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Los peligros de la Navidad
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LA COLUMNA

Los peligros de la Navidad

Ya está aquí la Navidad y con ella una prueba de esfuerzo más para las sufridas madres de familia. Lo primero que han de hacer es

Foto: Los peligros de la Navidad
Los peligros de la Navidad

Ya está aquí la Navidad y con ella una prueba de esfuerzo más para las sufridas madres de familia. Lo primero que han de hacer es idear un menú para las noches de fiesta y obrar milagros para conseguir, con las mismas perras contadas de siempre y algún aguinaldo más bien escaso, multiplicar los panes y los peces. Luego hay que pensar en la decoración de los días ‘D’, en los que, además del Belén y del árbol, se exigen mesas coloridas, velas navideñas y como no las vajillas y cuberterías de la boda, que siempre vuelven a los cajones con alguna pieza perdida en la batalla.…

Por si todo esto fuera poco, tienen que señalar la indumentaria de los niños, del marido y cuando les queda un ratito la suya, que suele ser la más criticada. Y a todo esto queda añadir, que han de acordarse del sueldo, la paga y el aguinaldo de la chica -¿de dónde lo saco? ¡por Dios!-, de hacerle el regalito al portero y de decirle a la suegra mientras le cuestiona el pavo que con tanto esmero ha preparado que como el que hacía ella “no existe ninguno”.

Si a este explosivo cóctel se le suman las felicitaciones de Navidad, los regalos de Papá Noel y Reyes Magos y las copas de las empresas varias -la propia, la del marido, la del hijo mayor, etc-, podría decirse que o la madre en cuestión se toma varios botes de vitaminas para soportar las fechas señaladas o llega al término de las mismas, al borde de la depresión. Bueno, esa casi siempre es inevitable, porque viene pareja al color rojo con el que la cuesta de enero suele pintar las cuentas corrientes, y a los kilos de más que se han quedado prendidos en las caderas a base de no poder decir que no, para no quedar mal, a tanta bandeja de turrón del malo que no hay quien digiera, que no se disfruta y que, además, deja huella para toda la eternidad…En fin, queridos…¡Feliz Navidad!

* Marta Robles es periodista

Ya está aquí la Navidad y con ella una prueba de esfuerzo más para las sufridas madres de familia. Lo primero que han de hacer es idear un menú para las noches de fiesta y obrar milagros para conseguir, con las mismas perras contadas de siempre y algún aguinaldo más bien escaso, multiplicar los panes y los peces. Luego hay que pensar en la decoración de los días ‘D’, en los que, además del Belén y del árbol, se exigen mesas coloridas, velas navideñas y como no las vajillas y cuberterías de la boda, que siempre vuelven a los cajones con alguna pieza perdida en la batalla.…