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Cómo abrir la puerta de una suite con un guiño
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Cómo abrir la puerta de una suite con un guiño

Luces que se encienden y se apagan con tan sólo dar unas palmadas, frigoríficos que nos informan de en que momento debemos acercarnos al supermercado, huellas

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Cómo abrir la puerta de una suite con un guiño

Luces que se encienden y se apagan con tan sólo dar unas palmadas, frigoríficos que nos informan de en que momento debemos acercarnos al supermercado, huellas digitales o iris oculares que abren puertas… son sólo algunos ejemplos de avances tecnológicos que hasta hace bien poco sonaban más a ciencia ficción que a realidad.

Estos inventos, que parecen más propios de una película de James Bond, están revolucionando el mundo de la hostelería puesto que las cadenas hoteleras han decidido poner la tecnología al servicio de sus clientes para que la estancia sea cada vez más cómoda y de paso, reducir los costes. Entre las nuevas opciones, según publica el periódico estadounidense USA Today, se incluye sustituir las actuales tarjetas de plástico para abrir las puertas de las habitaciones por tarjetas de papel.

El sistema es muy similar al de los tickets de aparcamiento. Se trata de un cartón con una banda magnética donde se registra toda la información, este sistema en papel es mucho más ecológico y permite a los hoteles abaratar costes por tarjeta. Sin embargo, desde Plastic Locktech International, la empresa encargada de producir la mayoría de las tarjetas plásticas no se muestran preocupados puesto que según afirman se trata de tarjetas mucho más duraderas, unas diez noches por tarjeta, frente las dos que ofrece el papel.

Pero las tarjetas de papel no son el único avance que los hoteles están utilizando, algunos, como el hotel Plaza de Nueva York ya están usando la tecnología RFID (identificación por radiofrecuencia) para bloquear las puertas de sus habitaciones. Este sistema se aplica mediante la grabación de datos tales como el número de habitación o la duración de la estancia en un chip insertado en la tarjeta que se utiliza a modo de llave para abrir la puerta.

Las tarjetas de radiofrecuencia, aunque son más caras que las de plástico o papel, permiten reforzar la seguridad puesto que son más difíciles de copiar que sus predecesoras, según afirman desde la empresa sueca Assa Abloy, encargada de realizar las tarjetas para el Plaza.

Por su parte Accor, operador de Sofitel, ha empezado a probar en dos habitaciones de sus hoteles (una situada en el hotel Sofitel Le Faubourg y otra en el hotel Pullman Paris Bercy) una nueva forma de abrir y cerrar sus puertas. Se trata de un sistema basado en la radiofrecuencia pero a través de los teléfonos móviles y las PDA para el que han contado también con Assa Abloy.

Otro paso puede ser el escáner de iris. En el año 2004 uno de los hoteles de la cadena Kimpton, el Nine Zero de Boston instaló escáneres de iris en su suite instalada en el ático. Cuando los huéspedes acuden a la recepción para registrarse, uno de los empleados saca una foto de su iris. Esa foto va a parar a un lector que permitirá el acceso a los clientes a la suite con sólo posicionarse delante de ese lector, instalado en la puerta de la habitación.

También existe la posibilidad de acceder al alojamiento mediante las huellas digitales. Este es el caso del hotel SoHo Loft de Nueva York, un establecimiento que cuenta con siete habitaciones y que ha instalado este sistema de reconocimiento en cinco de ellas. Los huéspedes pueden abrir las puertas presionando con su dedo índice sobre un lector que convierte los datos de la huella digital en códigos numéricos. Estos códigos se eliminan cada pocos días de los registros para garantizar la privacidad de los visitantes.

Desde BrickHouse Security, la empresa neoyorquina que está instalando los lectores de huellas en los hoteles, afirman que el único problema que pueden presentar estas nuevas tecnologías es la indecisión de los clientes, puesto que algunos huéspedes aún se muestran reacios a dar sus huellas dactilares porque no saben cómo va a afectar eso a su privacidad.

Luces que se encienden y se apagan con tan sólo dar unas palmadas, frigoríficos que nos informan de en que momento debemos acercarnos al supermercado, huellas digitales o iris oculares que abren puertas… son sólo algunos ejemplos de avances tecnológicos que hasta hace bien poco sonaban más a ciencia ficción que a realidad.