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Una irresistible ‘multioferta’ cargada de historia
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RESTAURANTE

Una irresistible ‘multioferta’ cargada de historia

Cuando detrás de un gran restaurante hay una gran historia, resulta aún más interesante y llamativo. El antiguo palacio del siglo XIV donde hoy se eleva

Foto: Una irresistible ‘multioferta’ cargada de historia
Una irresistible ‘multioferta’ cargada de historia

Cuando detrás de un gran restaurante hay una gran historia, resulta aún más interesante y llamativo. El antiguo palacio del siglo XIV donde hoy se eleva el Café de la Princesa fue testigo del apasionado amor entre la joven doncella Lucía y un apuesto náufrago genovés. Una bonita historia desenterrada gracias a unos documentos hallados en Génova el siglo pasado, según los cuales, los amantes se vieron traicionados por la princesa Constanza, quien ejerció de alcahueta en un principio para acabar engañando a su amiga Lucía. La clandestinidad del romance acabó en tragedia. La pareja y su amor sobrevivieron a un incendio provocado en el hostal que presenció sus encuentros, aunque más tarde perecieron víctimas de la peste negra.

El romanticismo de antaño ha dado paso al modernismo de hoy. Cultura, gastronomía y moda son los ingredientes principales con los que se ha cocinado este ‘multiespacio’ nacido de la mano de un grupo de amigos encabezado por Sara Guerrero, Carmen Clara Morales, Elsa Cajiao y Justo Almendros. Su idea inicial era instalarse en su anhelado local de la calle Princesa, pero su deseo se vio frustrado. Finalmente, el Studiodos3 Arquitectura remodeló el antiguo palacio para crear el actual entramado cultural en el barrio del Born de Barcelona. Encontrar el nombre ideal para designar la empresa no fue difícil. Eran demasiadas coincidencias como para desechar el nombre de ‘La Princesa’.

No es la primera vez que oímos hablar de los emergentes ‘espacios multioferta’, pero no por ello dejan de sorprendernos. La lluvia de propuestas artísticas y culturales empapa todos los sentidos desde que se pone un pie en esta maravilla arquitectónica. Fotografía, pintura, artesanía, moda, y sobre todo, gastronomía. Todo tiene cabida en este camaleónico y polivalente cosmos multicultural, muy acorde con la zona en la que se ubica, uno de los barrios con mayor proyección artística y comercial.

El atrio central es la parcela estrella del restaurante. La gran cristalera que lo encierra derrocha una luz y una amplitud que invita a relajarse y dejarse llevar por una carta cargada de creatividad y recuerdos tradicionales. Y es que la capacidad para 130 comensales da para mucho. Además del gran comedor, los dos semi reservados de los que dispone son ideales para reuniones más íntimas. Pero si lo que se busca es todo lo contrario a un encuentro personal, también es posible ya que puede albergar perfectamente todo tipo de eventos tales como ruedas de prensa, almuerzos ejecutivos o presentaciones. Por poder, se puede incluso reservar todo el local.

Al tratarse de un ambiente y un diseño tan exclusivo, la cocina, como parte del negocio, tenía que proponer unos platos que estuviesen a la altura. Echar un simple vistazo a la variada carta es suficiente para desear verificar si realmente son tan exquisitas para el paladar como para la vista. Ensaladas, carpaccios, arroces, carnes y pescados -con especial simpatía por el bacalao- conforman una amplia y exquisita oferta. Es difícil resistirse a títulos como el timbal de judía verde, salmón marinado con frutos secos; pasta fresca con langostinos, orejones y guindillas o milhojas de cabrito glaseado a la miel con setas.

Si además sumamos las 50 referencias de la selección de vinos, los cavas y la irresistible oferta de postres, el Café de la Princesa resulta de lo más completo y asequible. Aunque el precio medio es de 40 euros por persona, también ofrece un menú diario muy cambiante.

CAFÉ DE LA PRINCESA
Dirección: Sabateret, 13 con Flassaders, 21. Barcelona.
Teléfono: 93 268 15 18
Web: www.cafeprincesa.com

Cuando detrás de un gran restaurante hay una gran historia, resulta aún más interesante y llamativo. El antiguo palacio del siglo XIV donde hoy se eleva el Café de la Princesa fue testigo del apasionado amor entre la joven doncella Lucía y un apuesto náufrago genovés. Una bonita historia desenterrada gracias a unos documentos hallados en Génova el siglo pasado, según los cuales, los amantes se vieron traicionados por la princesa Constanza, quien ejerció de alcahueta en un principio para acabar engañando a su amiga Lucía. La clandestinidad del romance acabó en tragedia. La pareja y su amor sobrevivieron a un incendio provocado en el hostal que presenció sus encuentros, aunque más tarde perecieron víctimas de la peste negra.