Otro San Valentín es posible

Quedan menos de dos semanas para San Valentín. ¿Pensando en lo de siempre, comprar una colonia o preparar una cena? La economía está en crisis pero si queremos que nuestra pareja no lo esté es mejor preparar a conciencia un plan inolvidable para este día. Este 2009 San Valentín cae en sábado, por lo que las posibilidades de escaparse durante unos días en plan romántico aparece más apetecible que nunca.

 ¿Hay algo más romántico que una tarde invernal junto a la chimenea tras haber esquiado? La web de viajes Rumbo.es propone, para los amantes que compartan pasión por el deporte blanco, dos noches de alojamiento de viernes a domingo y dos días de forfait en la estación de Grandvalira a partir de 71 euros.

Si el presupuesto es mayor uno puede plantearse aprovechar la escapada para conocer alguna ciudad europea con encanto. En este caso Brujas, en Bélgica, es el destino ideal. Sus tranquilas calles (en especial el barrio del Beguinage) y el encanto de sus canales son un escenario perfecto para compartir en pareja. La mayorista Politours ofrece un paquete de tres días que sale el 13 de febrero de Madrid a partir de 285 euros y que incluye vuelo, alojamiento, cena especial de San Valentín, paseo en coche de caballos, descuentos para museos... y hasta una botella de champagne.

 

También es posible olvidarse del estrés de la ciudad sin alejarse demasiado. En el hotel gourmand Valdepalacios, ubidado en el pueblo toledano de Torrico, es posible alquilar un coche de caballos y disfrutar de un pic-nic junto al pantano, realizar un circuito en el spa o –lo que más atraerá a muchos– enamorarse de la gastronomía del restaurante Tierra, a cuyo frente se encuentra Santi Santamaría. Todo por 350 euros.

 

Y por último, la opción para los que quieran tirar la casa por la ventana: Tahití. Difícil encontrar un destino turístico tan apreciado por los enamorados. Escenario de incontables lunas de miel, también puede serlo de un perfecto día de San Valentin. Experiencias inolvidables como conocer las islas de Moorea y Bora Bora a bordo de un crucero de lujo o practicar senderismo entre paisajes volcánicos con lagunas y cascadas: todo es posible en este archipiélago del Pacífico, también relajarse en un spa en el que no faltará el aceite de monoi.