Es noticia
Menú
Islas privadas a precios de crisis
  1. Estilo

Islas privadas a precios de crisis

La vida de lujo de los uber-ricos está de capa caída. Ese universo cerrado al común de los mortales en el que unos pocos viajan a

Foto: Islas privadas a precios de crisis
Islas privadas a precios de crisis

La vida de lujo de los uber-ricos está de capa caída. Ese universo cerrado al común de los mortales en el que unos pocos viajan a bordo de jets particulares rumbo a sus villas coloniales en islas privadas se abre poco a poco a los demás, aunque casi nadie parece interesado en imitarlo. Bien lo saben en Australia: varias islas de la Gran Barrera de Coral se encuentran en venta y gracias a la recesión sus precios están por los suelos.

Lo publica estos días la prensa del país: la filial local de la inmobiliaria Coldwell Banker tiene en cartera nueve islas con precios que arrancan en cifras más bajas que la cantidad que habría que desembolsar por un chalet con parcela en cualquier localización prime de Madrid. A partir de 1.3 millones de dólares es posible conseguir una, aunque la más cara cuesta 90 millones.

 

La Gran Barrera de Coral está de moda: hace pocos meses, la autoridad estatal puso en marcha el exitoso concurso The Best Job In The World, gracias al cual el británico Ben Southall se ha ido a vivir a isla de Hamilton contando al mundo lo bien que se lo pasa a través de un blog. El objetivo se ha cumplido: el nombre de la zona ya está en la mente de cualquiera como referente de un lugar paradisiaco en el que ver pasar la vida. Aunque el afortunado Southall se alzó con el premio, sólo podrá disfrutarlo durante seis meses. Si usted quiere hacerlo durante el resto de sus días, ya sabe: a apoquinar pasta.

Dinero, sí, y mucho, pero no tanto como en otros tiempos. Una de las islas, conocida como Long Island, salía por seis millones y medio de dólares pero ahora su precio se ha visto reducido en un 42%. Y no es la única: el reclamo comercial para otras son precios que llegan a la mitad del que alcanzaban hace sólo un año.

Motos, tractores, vehículos a motor y mobiliario. Islas como Turtle Island, que la actriz Julia Roberts quiso comprar hace ocho años pero que acabó en manos de un empresario australiano que ahora también se ha deshecho de ella, vienen equipadas y los dueños están dispuestos a rebajar el precio a las expectativas del mercado. En declaraciones a la delegación local de la agencia Reuters Richard Vanhoff, de la agencia inmobiliaria, explica que “los propietarios pedían 6,5 millones de dólares por ella aunque ahora están dispuestos a aceptar cualquier oferta razonable”. En otras palabras: quieren vender como sea. Si le sobra el dinero y prefiere dejar a sus vecinos de La Moraleja o La Finca por la amplitud infinita del océano ya sabe dónde buscar.

La vida de lujo de los uber-ricos está de capa caída. Ese universo cerrado al común de los mortales en el que unos pocos viajan a bordo de jets particulares rumbo a sus villas coloniales en islas privadas se abre poco a poco a los demás, aunque casi nadie parece interesado en imitarlo. Bien lo saben en Australia: varias islas de la Gran Barrera de Coral se encuentran en venta y gracias a la recesión sus precios están por los suelos.

Lujo