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Falsificaciones, avalanchas y caos acompañan a Lady Gaga en su concierto de Madrid
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Falsificaciones, avalanchas y caos acompañan a Lady Gaga en su concierto de Madrid

Algo más que caótico ha resultado ser el esperado concierto de Lady Gaga en Madrid. Al parecer, más de cuatrocientas personas no pudieron acceder al interior

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Falsificaciones, avalanchas y caos acompañan a Lady Gaga en su concierto de Madrid

Algo más que caótico ha resultado ser el esperado concierto de Lady Gaga en Madrid. Al parecer, más de cuatrocientas personas no pudieron acceder al interior del Palacio de los Deportes ya que las entradas que habían comprado eran falsas. Según las primeras informaciones, dichas localidades podrían proceder de la compraventa en páginas web no autorizadas para ello. Esta situación provocó una gran indignación entre los afectados, muchos de los cuales pedieron, entre sollozos, responsabilidades a la organización.

Lady Gaga comenzó el recital minutos después de la hora prevista, aunque el retraso no fue considerable teniendo en cuenta la magnitud del evento. Alguno de los asistentes confesó a Vanitatis que en el recinto se encontraban alrededor de 20.000 personas, lo que provocó que algunos temieran incluso por su integridad física.

“Ha sido un desastre de organización. Se han producido avalanchas y todo, porque han abierto las puertas minutos antes de lo que esperábamos. Hemos pasado momentos de auténtico miedo”, comentan.

Por su parte, los porteros del Palacio de Deportes, principales afectados por la gran aglomeración de publico, que obligó a que la policía tuviera que intervenir, hablaban de 4.000 entradas, pero un portavoz de la promotora (Livenation) confirmaba que eran unas trescientas y recordaba que nunca se deben comprar localidades en lugares no oficiales.

Pese a los incidentes, y los diferentes movimientos de contraventa que se habían detectado durante los últimos días, la organización ha querido curarse en salud en todo momento. "La organización no responde de la validez de las entradas compradas fuera de los canales oficiales de venta", rezaba un cartel en la entrada. Muchos de los que han conseguido finalmente entrar han utilizado las redes sociales para manifestar su malestar por lo sucedido.

Todo un espectáculo

Volviendo a lo que realmente importa, Stefani Joanne Angelina Germanotta, conocida como Lady Gaga, con 15 millones de álbumes vendidos, a los que hay que sumar cuarenta millones de sencillos, no defraudaba a su público durante las dos horas de concierto.

Y es que esta neoyorquina, cantante, compositora, productora, bailarina y pianista, como heredara confesa de la auténtica reina del pop, Madonna, es una maestra del disfraz, la trasgresión, la provocación, la imagen y, en resumidas cuentas, el espectáculo, y una parlanchina empedernida, porque una buena parte de las dos horas las dedica a hablar, contar, gritar, susurrar y charlar con su público.

Defensora a ultranza de los inadaptados y la diferencia, Lady Gaga llegaba a Madrid, tras pasar por Barcelona y Lisboa, con su segunda gira mundial, The Monster Ball Tour, y era recibida por un público entregado y que la esperaba desde hacía horas, algunos hasta habían hecho noche en las puertas del edificio.

Para empezar y tras una introducción visual, Lady Gaga elegía "Dance in the Dark", el primer tema de un repertorio en el que no han faltado "Glitter and grease", "Just dance", "The fame", "Telephone", Alejandro", "Pokerface", "Paparazzi" y "Bad romance", estas cuatro últimas elegidas como broche final del espectáculo.

En boca de todos estaba eso de que "la Gaga canta de verdad" y es que la mayoría se acercaba al Palacio de Deportes con la duda de si la nueva diva era de esas que disimulan la falta de voz con mucha parafernalia, pero comprobaban in situ que la neoyorquina cantar, canta.

Veinte bailarines y músicos la arropaban en escena, y eso sí, por lo menos veinte veces se cambiaba de vestuario y no dudaba en disfrazarse de dominatrix encuerada en negro y morado, de monja vestida de blanco y plástico transparente a modo de muñeca hinchable con los pezones cubiertos con tiritas, de madrastra de Blancanieves, de hada de las nieves tipo carnaval de Tenerife, de heroína atacada por un gran monstruo, de mujer galáctica cristalizada y hasta se enfundaba en la bandera de España.

En cuanto a los escenarios, un poco de todo, eso sí, demasiada proyección visual que cortaba el ritmo del concierto. Para empezar un paraje urbano con luces de neón y un gran coche averiado, por el que pasaba el "Gaga Express" y recogía a la diva; un bosque petrificado al más puro estilo Tim Burton, en el que incluso, para el tema "Alejandro", una gran fuente coronada por un ángel terminaba chorreando sangre, y para terminar con "Bad romance" en una especie de nave espacial.

Lo cierto es que la reina del "freak" y el exceso ha dado lo que su público esperaba, una buena dosis de espectáculo.

Algo más que caótico ha resultado ser el esperado concierto de Lady Gaga en Madrid. Al parecer, más de cuatrocientas personas no pudieron acceder al interior del Palacio de los Deportes ya que las entradas que habían comprado eran falsas. Según las primeras informaciones, dichas localidades podrían proceder de la compraventa en páginas web no autorizadas para ello. Esta situación provocó una gran indignación entre los afectados, muchos de los cuales pedieron, entre sollozos, responsabilidades a la organización.