Llega a los escenarios un Tartufo con sabor a años 20

La Sala Girau del Teatro Fernán Gómez (Madrid) acoge a partir de esta semana una de las obras más importantes del teatro francés, el Tartufo de Molière. Pese a tratarse de una pieza escrita en el siglo XVII, Hernán Gené, director y protagonista de esta revisión del clásico, ha ambientado la obra en los años 20, sumergiendo así al espectador en un universo donde el jazz y el charlestón constituyen la banda sonora.

Esta tragicomedia cuenta la relación entre Orgón, un burgués autoritario, despótico jefe familiar, y su protector, Tartufo, que ejerce sobre él una influencia tan considerable que llega a que Orión le ceda sus posesiones y que pretenda entregarle la mano de su hija, a pesar de que ella sienta amor por otra persona. Comedia de engaños, abuso de confianza e infidelidad, nada falta en el este drama que termina por convertirse en comedia. "Los personajes se vuelen cómicos porque les pasan cosas tan terribles que la gente se ríe", explica a Vanitatis Hernán Gené.

Además de pasar un buen rato, todos estos elementos permiten al espectador reflexionar sobre la naturaleza del engaño y del acuerdo entre sus participantes. ¿Cómo es posible que Orgón, burgués bien avenido, se deje engañar por este tan exagerado devoto que no cabe duda de que no es tal?

Uno de los aspectos más novedosos de este Tartufo es la época en la que está situada la obra. “He ambientado la obra en los años 20 porque no me gustaba la idea de hacernos los franceses, con el pañuelo y los encajes. No soy eso. Los clásicos son clásicos porque sus valores permanecen vivos a través del tiempo”, argumenta el director. Hernán fue buscando un marco temporal en el que se encontrara a gusto y con el que le resultara fácil trabajar: “Me encantan los años 20, la estética, la frivolidad, el art nouveau, el art deco, el jazz… Esta época me permitía además hacer algunos guiños a las películas mudas”.

El elenco de personajes es otro de los atractivos de este montaje. Natalie Seseña, Roberto San Martín, Cristina Castaño y Paco Hidalgo y el propio Gené, interpretan los diálogos que Molière escribió hace más de tres siglos. “Es un texto tan bueno, tan complicado y tan difícil, que lo más importante es hacer ese texto tuyo, de tu personaje, y sacarlo lo mejor posible”, explica el actor Roberto San Martín.

Pese a que en su origen la obra fue escrita en verso, la adaptación hecha por Mauro Armiño transforma esta forma de expresión tan pomposa en una prosa florida, que roza casi la prosa poética gracias a sus imágenes y paráfrasis.

Tartufo se estrena el día 21 de septiembre y estará en cartel hasta el 23 de octubre, fecha en la que comenzará una gira por varios teatros españoles.

Hernán Gené, un genio argentino

Actor, dramaturgo, director y pedagogo, Hernán Gené cosechó grandes éxitos durante los años 70 y 80 en el teatro, el cine y la televisión.  A partir de 1984, empezó a explorar el terreno del Clown de Teatro, fundando junto a otros compañeros, el grupo El Clu del Claun, y más tarde el colectivo La Cuadrilla.

A partir de 1991 comenzó a buscar nuevas formas de expresión, tomando diversos seminarios con el Odin Teatret de Dinamarca y entrenando con Guillermo Angelelli. En 1997 tuvo lugar su tercer encuentro con el grupo Ur Teatro, del País Vasco, al que se incorporó como actor para el montaje de Trabajos de amor perdidos de W. Shakespeare y como guía de entrenamiento en gira.

En Madrid, fundó el grupo Extra-Vagante Teatro, con el auspicio y el patrocinio del Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral (CELCIT).

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