El arte de la mafia: Las Vegas abre un museo para honrar al gánster

“Si hay algo seguro en esta vida, si la historia nos ha enseñado algo, es que se puede matar a cualquiera". A partir de febrero de 2012, esta mítica frase, pronunciada por Al Pacino en la segunda parte de El Padrino, podría ‘colgar’ perfectamente de las paredes del Museo Nacional del Crimen Organizado y las Fuerzas del Orden. ¡Un museo para la mafia! En Las Vegas, claro, como no podía ser de otro modo.

El rincón dedicado a la diversión y al vicio en el desierto de Nevada rendirá de este modo tributo a los gánsteres más famosos de la historia, con una atracción semicultural que completará la ya de por sí extravagante oferta de ocio de la ciudad, junto a los lujosos hoteles y casinos.

Este futuro museo, que no ha estado exento de críticas, pues los 42 millones de euros que ha costado provienen  de fondos públicos, ya ha adquirido la que se convertirá en su atracción estrella: el célebre muro de ladrillo de la matanza del día de San Valentín, una masacre a sueldo que ordenó Al Capone contra siete miembros de una banda rival el 14 de febrero de 1929.

Coincidiendo con el 83º aniversario de ese triste acontecimiento, se abrirá por primera vez al público el museo de la mafia, en el que no habrá restricción por edades, con precios por entrada que estarán entre los 12 y 18 dólares, y con la que se intentará dar luz a todas las sombras que han atormentado la lucha contra el crimen organizado.

Aunque, como en todo museo que se precie, también se expondrán los objetos personales de reconocidos capos como Al Capone, Dion O´Bannion, George Moran o Charlie Luciano, además de una amplia exhibición de armas y fotografías que mostrarán crímenes perpetrados por los gánsteres.

Como colofón, el museo contará con tres exposiciones que realizarán un compendio de elementos relacionados con la violencia, el blanqueo ilegal de dinero, así como de la tecnología empleada en las escuchas telefónicas que utilizaba la policía para cazar a los criminales.

Un punto más de interés turístico que Las Vegas ha diseñado para que el público conozca de primera mano los misterios y secretos de la mafia estadounidense, sin que sus visitantes deban convertirse en testigos protegidos.