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Clicquot, la viuda que vuelve locos a los hombres
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GASTRONOMÍA

Clicquot, la viuda que vuelve locos a los hombres

Muchos la conocen como la Gran dama del champán, otros como la Viuda Clicquot, pero pocos son los que conocen su verdadero nombre: Barbe Nicole Ponsardin.

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Clicquot, la viuda que vuelve locos a los hombres

Muchos la conocen como la Gran dama del champán, otros como la Viuda Clicquot, pero pocos son los que conocen su verdadero nombre: Barbe Nicole Ponsardin. Pese a ser una de las firmas de espumoso más famosas del mundo, solo unos cuantos conocen realmente la historia de la Veuve Clicquot, una mujer avanzada a su tiempo que consiguió con su esfuerzo y trabajo consolidarse como una de las mejores productoras de champagne del mundo. 
 
Barbe Nicole Ponsardin nació en 1777 en la ciudad francesa de Reims. Tras pasar el período revolucionario, que trastocó toda la vida del país galo, la joven contrajo matrimonio con François Clicquot el 10 de junio de 1798. Este último, era hijo de Philippe Clicquot, un empresario propietario de varios viñedos que había fundado, unos años antes, su propia marca de champán.
 
Durante los seis años y medio que duró su matrimonio, Barbe y François vivieron felices y tuvieron una niña. Sin embargo en octubre de 1805, el padre de familia falleció por culpa de unas fuertes fiebres, dejando a su esposa al frente del negocio familiar.
 
Consciente de la situación en la que se quedaba, a sus 27 años Barbe tomó las riendas del negocio. Gracias a los conocimientos que había adquirido al lado de su difunto esposo, la joven entendió muy rápido las necesidades de la empresa y empezó a introducir cambios que la convertiría en la propietaria de la marca de champán más deseada en Europa.

La Veuve Clicquot, como se la empezó a llamar, era una mujer adelantada a su tiempo: abierta, entusiasta y con ganas de aprender. Una de sus máximas fue no bajar el precio de las botellas. El champán que elaboraba era un producto de calidad que debía por lo tanto ser pagado por los clientes que lo demandaran. 
 
Gracias a su audacia e inteligencia mandó gente a varios países europeos para facilitar así la exportación de sus productos: Holanda, Hungría, Alemania, Italia o Rusia, país que se convertiría con el paso del tiempo en sus mayores mercados.

En 1816, toda Europa quería probar sus vinos. Ansiosa por reducir el tiempo de espera y de preparación, la mujer ideó el pupitre de remuage o removido. Dicha técnica consistía en girar las botellas con un movimiento de rotación para colocarlas cada día un poco más inclinadas. De este modo, todos los sedimentos se depositaban en el cuello de la botella, a punto para ser expulsados en el proceso de degüello. Esta revolucionaria técnica, actualmente mecanizada y clave en todas las fábricas, le valió el título de Gran Dama del Champán.
 
Clicquot falleció en el castillo de Boursault, el 29 de julio de 1866 a los 89 años. 

El champán de la Veuve Clicquot es hoy uno de los espumosos más deseados del mundo. La firma francesa ha logrado con el paso del tiempo convertirse en sinónimo de lujo y exclusividad gracias a la calidad de sus botellas y a las técnicas ideadas por esta brillante mujer.

Muchos la conocen como la Gran dama del champán, otros como la Viuda Clicquot, pero pocos son los que conocen su verdadero nombre: Barbe Nicole Ponsardin. Pese a ser una de las firmas de espumoso más famosas del mundo, solo unos cuantos conocen realmente la historia de la Veuve Clicquot, una mujer avanzada a su tiempo que consiguió con su esfuerzo y trabajo consolidarse como una de las mejores productoras de champagne del mundo. 
 
Barbe Nicole Ponsardin nació en 1777 en la ciudad francesa de Reims. Tras pasar el período revolucionario, que trastocó toda la vida del país galo, la joven contrajo matrimonio con François Clicquot el 10 de junio de 1798. Este último, era hijo de Philippe Clicquot, un empresario propietario de varios viñedos que había fundado, unos años antes, su propia marca de champán.
 
Durante los seis años y medio que duró su matrimonio, Barbe y François vivieron felices y tuvieron una niña. Sin embargo en octubre de 1805, el padre de familia falleció por culpa de unas fuertes fiebres, dejando a su esposa al frente del negocio familiar.
 
Consciente de la situación en la que se quedaba, a sus 27 años Barbe tomó las riendas del negocio. Gracias a los conocimientos que había adquirido al lado de su difunto esposo, la joven entendió muy rápido las necesidades de la empresa y empezó a introducir cambios que la convertiría en la propietaria de la marca de champán más deseada en Europa.