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Después del boom de los restaurantes japoneses, llegan los coreanos
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Después del boom de los restaurantes japoneses, llegan los coreanos

Desde hace varios años, los restaurantes japoneses han acaparado la atención de los españoles, ansiosos por degustar sus célebres sushis, makis y sashimis. Para todas aquellas personas

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Después del boom de los restaurantes japoneses, llegan los coreanos

Desde hace varios años, los restaurantes japoneses han acaparado la atención de los españoles, ansiosos por degustar sus célebres sushis, makis y sashimis. Para todas aquellas personas que ya han disfrutado de estos platos y quieren conocer nuevos sabores, llega a España el boom de los restaurantes coreanos, una gastronomía que ya ha enamorado a neoyorkinos, parisinos y londinenses.

Pese a existir puntos en común entre la gastronomía nipona y la coreana, esta última propone al cliente platos novedosos que enganchan tanto por sus sabores como por sus beneficios . El bap (arroz), el guk (sopa) y el kimchi (una ensalada) constituyen la base de esta comida, reconocida como una de las más saludables del mundo. Gracias a sus variados ingredientes es la solución perfecta para gozar de una salud de hierro, al tiempo que se degustan deliciosos arroces, setas o sopas.

Para apreciar la comida coreana es importante comprender la creencia popular según la cual el cuerpo y el espíritu forman uno. Una buena alimentación es el mejor remedio para prevenir cualquier enfermedad. “Para nosotros la comida sirve para protegernos de las enfermedades. No es solamente para disfrutar de los sabores. Debe darme los nutrientes necesarios”, explican los responsables de Korean Food Fundation, presentes en la X Edición de Madrid Fusión.

La teoría de los cinco elementos está muy presente en sus platos. Proponen siempre preparados con cinco colores: verde, rojo, amarillo, blanco y negro; un arcoíris importante, además de para la vista, para la sabiduría del equilibrio alimenticio.

La forma de preparar los platos es otro de los puntos fuertes de la gastronomía coreana. Se intenta mantener los sabores para poder degustar así a la madre naturaleza. “No solemos freír las cosas, preferimos cocinar al vapor o cocer los alimentos”.

Puede que para algunos españoles las propuestas coreanas resulten al principio algo 'sosas', pero con el tiempo reconocerán los beneficios de sus preparados. “Frente a la comida japonesa, nosotros tenemos una buena fuente de setas, verduras de montaña, cereales, con vitaminas, sabores y olores”.

En poco tiempo, la ciudad de Nueva York ha abierto más de 300 restaurantes coreanos que ofrecen a sus clientes los platos más tradicionales de esta gastronomía. Algo parecido ha sucedido en París, donde existen más de 100 locales. Pese a que en España todavía no hay una propuesta tan variada, todo apunta a que en pocos meses la comida nipona quedará desbancada por la llamada gastronomía saludable.

Prueba de este creciente interés es el éxito que ha tenido en esta edición de Madrid Fusión el joven cocinero coreano Yim Jung Sik. Tras abrir su primer restaurante en Seúl en 2009, recientemente ha inaugurado el primer local de cocina moderna coreana en la “Gran Manzana”. Para todos aquellos que quieren degustar sus creaciones, el chef propone durante 6 noches ( 26, 27 y 28 de enero y 2, 3 y 4 de febrero) en el Restaurante La Rotonda del Palace un menú cien por cien coreano.

El menú incluye exóticos platos con materias primas de origen asiático, así como originales recetas utilizando productos más conocidos de la gastronomía occidental. Entre ellos , foie gras “Jungsik”, hamburguesa “Bulgogi”, ensalada “Bibim”, champiñón “Jungsikdang”, erizo de mar “Bibimbap”, pargo crujiente, el cerdo de los 5 sentidos, el famoso “Kimchi” y delicisos postres.

Desde hace varios años, los restaurantes japoneses han acaparado la atención de los españoles, ansiosos por degustar sus célebres sushis, makis y sashimis. Para todas aquellas personas que ya han disfrutado de estos platos y quieren conocer nuevos sabores, llega a España el boom de los restaurantes coreanos, una gastronomía que ya ha enamorado a neoyorkinos, parisinos y londinenses.