La pasarela se rinde ante la belleza caribeña de Rose

Tiene 19 años, se llama Rose Cordero y su exótico físico ha cautivado a los diseñadores y al público de la Mercedes-Benz Fashion Week. Acostumbrados a ver a modelos rubias, de blanca piel y ojos claros, esta chica marca la diferencia sobre la pasarela, gracias a lo que ella misma describe como su “son caribeño”.

“Desfilo en todas partes. He hecho shows en todos los circuitos internacionales”, comenta Rose, una top internacional de origen dominicano que fue descubierta a los 13 años cuando salía de un entrenamiento de volley, deporte al que se dedicaba de forma profesional. Un hombre de una agencia le propuso trabajar de modelo, algo que por aquel entonces no le tentó demasiado, pero que con el paso de los años se ha convertido en su profesión. 

“Me gusta. Es mi pasión. Nunca pensé en ser modelo, tampoco era algo que me gustara. Me descubrieron en las calles y luego le cogí cariño. Después de ver que me empezaban a llamar firmas como Givenchy, Louis Vuitton, Prada o Burberry pensé pues aquí están las cosas; y así empezó todo", explica esta. 

Ahora, Rose vive en Nueva York, desde donde viaja de pasarela en pasarela desfilando para las firmas más importantes del mundo. Y es que, cada vez más, los diseñadores piden a las agencias chicas con un físico especial, que sobresalgan por encima del resto. Si hasta el momento, las jóvenes de rasgos nórdicos dominaban en los circuitos internacionales, ahora lo que se busca son chicas diferentes, que se desmarquen: asiáticas, africanas, indias, etc. 

“Claro que mi físico ayuda. Es una belleza diferente, exótica. Al haber tantas modelos blancas, con el mismo color de pelo y ojos, hay veces que la gente se cansa. Ofrecer algo nuevo es bueno y más con esta piel caribeña”, afirma entre risas Rose.

El cambio de criterio a la hora de hacer los castings ha llegado igualmente a la pasarela de Madrid en esta 56 edición. Por ello, entre las modelos que desfilan estos días no faltan chicas de color, asiáticas o mulatas.

“Cada vez hay más desfiles multiculturales, y eso significa más dinero para el bolsillo. Somos únicas. Sé que cuando salgo en un show me van a prestar atención sea como sea. Soy yo la estrella, la diferencia, la que brilla, la estrella negra”, comenta la dominicana. 

De República Dominicana a Nueva York

Tras dejar su país natal, Rose se instaló en Nueva York, donde vive desde hace unos meses. “Echo de menos a mi familia. Tengo gente en casi todas partes donde viajo. Aquí en Madrid tengo a mi tía y a mi prima. Pero echo mucho de menos a mi mamá  y mi papá. Lo bueno es que New York está muy cerca de la República Dominicana y siempre que no tengo nada que hacer voy de vacaciones a verles”, explica la modelo.

Pese a su juventud y a trabajar en Nueva York en un mundo rodeado de frivolidad, parce que Rose ha mantenido los pies en el suelo y ha conseguido seguir siendo ella misma. “En cosas de fiestas de trabajo no me gusta involucrarme mucho, porque yo soy auténtica. Yo soy yo misma, no aparento ser otra persona”, termina esta.