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Virvin o el triunfo del vintage en tiempos de crisis
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Virvin o el triunfo del vintage en tiempos de crisis

Los expertos en economía explican que en tiempos de crisis surgen las mejores ideas. Virgina pertenece a este reducido grupo de privilegiados que, en una época

Los expertos en economía explican que en tiempos de crisis surgen las mejores ideas. Virgina pertenece a este reducido grupo de privilegiados que, en una época financiera complicada, ha conseguido montar su propio negocio; en su caso, el portal Virvin, una página donde vende ropa vintage que restaura ella misma.

Sentada en su taller, Virginia repasa cuidadosamente sus pequeñas joyas; prendas y complementos vintage encontrados en mercadillos, anticuarios y casas de todo el mundo. En Seattle, Ámsterdam, Londres o París ya la conocen como la 'cazadora de tesoros española', una mujer que busca y rebusca hasta dar con piezas únicas, que pasan desapercibidas ante los ojos del resto de la gente.

“Para ser emprendedora en tiempo difíciles hay que echarle muchas horas y mucha pasión. Cuando me volví de Madrid a León, por motivos personales, mi mayor pánico era terminar de mujer florero. Mi carrera no se podía cortar a los 28 años. Me puse a trabajar, a darle vueltas a varios proyectos. Decidí que era el momento de darme la oportunidad de hacer lo que realmente me gustaba. Quería ofrecer algo artesanal, algo único, a un precio razonable”, explica Virginia en conversaciones con Vanitatis

En viajes o desde su casa-taller de León esta antigua empleada de Accenture localiza prendas vintage en Europa, Canadá y los Estados Unidos, piezas que con una buena puesta a punto recobran toda su belleza.” Yo compro realmente cosas súper seleccionadas, no compro contenedores. Cada vez que voy de viaje, pienso una ruta. Al principio empecé jugándomela; salía y preguntaba. Con el tiempo, te das cuenta que ya estás metida en el mercado. La gente me ofrece colecciones, ropa de familiares fallecidos o prendas de marca que ya no se ponen”.

Tras localizar y comprar las prendas, llega la fase de tratarlas, un momento que consiste en una limpieza a fondo y un buen planchado. En algunos casos, el trabajo tiene que ir más allá ya que por culpa del paso del tiempo, elementos como botones o cremalleras tienen que cambiarse. “Siempre falta algún botón en estas prendas, porque las tiendas compran al peso y sin criterio. A veces hay que cambiar los forros manchados, rotos o estropeados”, añade Virginia. 

¿El merito de esta leonesa? Sacar adelante este proyecto con su esfuerzo y la ayuda de su familia. En Virvin, todo queda en casa: su marido, fotógrafo, se encarga de fotografiar las prendas y los looks que su mujer idea; su padre le ayuda con las cuentas; y su madre, otra apasionada de la moda,  con los arreglos. Una forma de negocio, a la antigua usanza, que poco a poco está dando sus frutos. 

“Es un negocio personalizado y artesanal que crece despacio. Pero no quiero un negocio grande. Al ser pequeño puedo cuidar cada detalle. Estoy contenta con el impacto, y el interés que despierta. En internet eres una aguja en un pajar, pero si te vas dando a conocer, poco a poco ves tu trabajo recompensado”, termina Viriginia. 

El furor de las cosas vintage 

Antes de montar Virvin, Virginia ya era una apasionada de la ropa vintage. Le gustaba comprar estas prendas para introducir en sus look elementos diferentes. 

Al igual que ella, cada vez más gente apuesta por esta forma de vestir que consigue estilismos irrepetibles por la exclusividad de las prendas.

No hay que ir entera de vintage. La clave está en combinar básicos con piezas antiguas, consiguiendo así un efecto trendy adecuado, sin necesidad de ir disfrazado. 

En cuanto a los mejores lugares para encontrar estas prendas, Virginia lo tiene claro: “La cuna de la moda es Francia, pero dentro de Europa, países como  Italia, Inglaterra o los países nórdicos también son muy buenos. Europa es el mejor mercado, pero la globalización hace que sean muy parecido al americano. He comprado en EEUU cosas de España, un vestido que pone 'fabricado en España', el movimiento es continuo”.

Los expertos en economía explican que en tiempos de crisis surgen las mejores ideas. Virgina pertenece a este reducido grupo de privilegiados que, en una época financiera complicada, ha conseguido montar su propio negocio; en su caso, el portal Virvin, una página donde vende ropa vintage que restaura ella misma.