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El culto al cuerpo gana terreno a la cultura
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El culto al cuerpo gana terreno a la cultura

Una imagen vale más que mil palabras. En una sociedad eclipsada por la perfección física, no es de extrañar que el culto al cuerpo se esté

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El culto al cuerpo gana terreno a la cultura

Una imagen vale más que mil palabras. En una sociedad eclipsada por la perfección física, no es de extrañar que el culto al cuerpo se esté convirtiendo en un valor en alza y, por ende, en un negocio rentable. Después de siete años cerrados y con buena carga de polémica a sus espaldas, los antiguos Cines Luna de Madrid reabren el próximo mes de octubre reconvertidos en un gimnasio que presume de ser el primero en llevar el concepto del “lujo accesible” al mundo del fitness.

Situado en las plantas superiores del emblemático edificio y con más de 1400 metros cuadrados, Gymage presenta una nueva forma de entender el deporte y el bienestar. Se trata de un espacio concebido por jóvenes emprendedores (ninguno supera los 30 años), cuya experiencia en el mundo de la moda y el cuidado personal ha dado lugar a un gimnasio en el que deporte y bienestar se fusionan con innovación y tecnología.

A pesar de que aún no se ha inaugurado y de que la única publicidad realizada hasta el momento ha sido mediante una inmensa lona que ha cubierto la fachada de los Luna este verano, Carlos Enguidanos, director de Gymage, comenta a Vanitatis que las solicitudes de matrícula les han colapsado el email. El principal motivo, cree, es el precio: 20 euros al mes.

La diferencia de Gymage con respecto a otros gimnasios de la ciudad supone, además, su seña de identidad. Siguiendo la tendencia de “lujo accesible”, el centro ofrece, en el centro de Madrid, servicios de primer nivel a un precio reducido, con diseño contemporáneo, espacios diáfanos y equipamiento deportivo de última. “Se trata de un lugar en conexión con el exterior que invitará a cuidarse en un entorno inmejorable, con luz natural, algo que no existía en Madrid”, añade Carlos. “Nuestra idea es apoyar la industria y marcas españolas en su equipamiento deportivo y contribuir a la activación económica del país”.

Por su parte, la espectacular terraza de 650 metros cuadrados estará tanto a disposición de los socios del centro deportivo como para cualquier persona que quiera disfrutar de servicios deluxe como restaurantes, infinity pool y solárium, adaptados a todos los bolsillos.

Pero Gymage nace también con una clara vocación de responsabilidad social. De hecho, el centro ya ha firmado un convenio con la Universidad Europea de Madrid y con la Catedral de las Tecnologías del Ayuntamiento de Madrid para potenciar el uso de Energías Renovables. Como primer proyecto conjunto se ha planteado poder reutilizar la energía que los socios del club generen en las cintas de correr y cederla para la iluminación de la plaza de la Luna (Plaza María Soledad Torres Acosta). De esta manera se creará un ciclo renovable entre ciudadano (produce la energía), Gymage (la transforma), y ayuntamiento/sociedad (la recibe).

La odisea de ‘llegar a la Luna’

Durante los años que el cine Luna lleva cerrado, no han dejado de salirle ‘novias’. Sin embargo, un problema de licencias ha echado abajo más de un proyecto. Sin olvidar a los okupas que hace algún tiempo amenazaron con quedarse allí para siempre. Para los responsables de Gymage, tampoco fue fácil conseguir llevar a cabo su idea en este edificio. “Desde que comenzó la idea, el lugar favorito para desarrollarla eran las plantas superiores de los Cines Luna. Tal era la convicción que teníamos en este local que de no haberse podido realizar en este emplazamiento, nunca se hubiera llevado a cabo en otro lugar”, explica Enguidanos.

“Se ha hecho un estudio para que sea el emplazamiento perfecto para nuestros socios. Amplitud, luz natural, justo en el centro del marco Plaza España, Cibeles, Tribunal, Sol... Pero no ha sido nada fácil. Más de 10 meses nos ha llevado conseguir las licencias para poder abrir aquí el gimnasio. Ni el Ayuntamiento ni el edificio contaba con planos reales de la situación actual de nuestras plantas, y hemos tenido que trabajar muy duro para que todo saliera adelante”.

Musicales en la planta baja

La idea de hacer un teatro en los Luna sigue adelante. El pasado mes de enero la Cadena Ser confirmaba que el productor Enrique Salaberría y la familia Larrañaga abrirían una sala para musicales en este espacio, con lo que Gymage compartirá en un futuro el edificio con las dos salas de teatro que proyectan crearse también en este destacado enclave de la plaza Santa María Soledad Torres Acosta.

Según se adelantó en su momento, los socios pretenden construir una gran sala en la planta calle, con cerca de 900 butacas, pensada para montajes importantes, y en el sótano, sustituir las dos antiguas salas de cine por otro espacio escénico con capacidad para 400 espectadores, en el que podrían programar obras infantiles. Pero para el renacer cultural de los Cines Luna habrá que esperar. Mientras el gimnasio tiene previsto abrir sus puertas dentro de un mes, todavía no hay fecha para el inicio de las obrasque estaban planificadas para la planta baja de los antiguos cines.

Una imagen vale más que mil palabras. En una sociedad eclipsada por la perfección física, no es de extrañar que el culto al cuerpo se esté convirtiendo en un valor en alza y, por ende, en un negocio rentable. Después de siete años cerrados y con buena carga de polémica a sus espaldas, los antiguos Cines Luna de Madrid reabren el próximo mes de octubre reconvertidos en un gimnasio que presume de ser el primero en llevar el concepto del “lujo accesible” al mundo del fitness.