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¿Un whisky en la sala de juntas? El afterwork se instala en la oficina
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¿Un whisky en la sala de juntas? El afterwork se instala en la oficina

Si hace unos años el afterwork llegaba a nuestras principales ciudades como vía de escape a la rutina laboral, ofreciendo la opción perfecta para olvidar los

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¿Un whisky en la sala de juntas? El afterwork se instala en la oficina

Si hace unos años el afterwork llegaba a nuestras principales ciudades como vía de escape a la rutina laboral, ofreciendo la opción perfecta para olvidar los problemas, desconectar del estrés olvidar los problemas y compartir con nuestros compañeros de trabajo un rato distendido, esta forma de hacer vida social después del trabajo da un salto significativo. El afterwork se reinventa y se instala, ahora, en la propia oficina.

Cada vez es más frecuente que grandes compañías de Nueva York, Chicago o Londres apuesten por fomentar las relaciones sociales entre sus empleados. Jornadas lúdicas, escapadas de fin de semana, actividades como paintball o sesiones de risoterapia... Todo vale para conseguir una mayor productividad por parte de los trabajadores, y más aún en momentos tan difíciles. Así, y tal y como nos muestra Glenfiddich, lo último al otro lado del charco es habilitar, una vez a la semana, un espacio en las mismas oficinas para que quienes lo deseen puedan pasar un momento relajado y ameno con sus compañeros mientras disfrutan de su combinado favorito.

Según los representantes de esta exclusiva marca de whisky escocés, su iniciativa avanza un paso más en la moda del afterwork en España y presenta un plan novedoso y a medida a las empresas que quieran ofrecer a sus empleados una actividad que, aseguran, mejora el rendimiento y motivación de sus trabajadores. "Con esta acción, se fomentan y mejoran las relaciones laborales, se promueve que los empleados se conozcan mejor y que interactúen con compañeros de otras áreas o departamentos, más allá de las largas reuniones laborales".

La propuesta ‘Afterwork at work’ de Glenfiddich ofrece la posibilidad de crear durante tres horas una zona de relax en un espacio habilitado dentro de las instalaciones de la compañía. Un equipo de cocteleros se desplazará cuando la jornada esté llegando a su fin, para que los empleados puedan disfrutar de un momento al más puro estilo neoyorkino: una copa del whisky más premiado junto con un selecto catering.

Que nuestra oficina esté lejos de lugares de copas ya no será un problema, y tampoco valdrá ninguna excusa para decir no a un momento afterwork con los compañeros. ¿Ventajas o inconvenientes?

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Si hace unos años el afterwork llegaba a nuestras principales ciudades como vía de escape a la rutina laboral, ofreciendo la opción perfecta para olvidar los problemas, desconectar del estrés olvidar los problemas y compartir con nuestros compañeros de trabajo un rato distendido, esta forma de hacer vida social después del trabajo da un salto significativo. El afterwork se reinventa y se instala, ahora, en la propia oficina.