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Anida en lo más alto: los hoteles se suben a los árboles
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Anida en lo más alto: los hoteles se suben a los árboles

Ya no hay que ir al Amazonas para sentirse un pájaro en su nido. Ni a la siempre tan ecológica Suecia. Puedes andarte por las ramas en una cabaña de aquí.

Foto: Una de las cabañas de Zeanuri, al sur de Vizcaya
Una de las cabañas de Zeanuri, al sur de Vizcaya

Ya no hay que ir al Amazonas para sentirse un uirapuru; un pájaro -este u otro- en su nido. O lo que es igual, para ser el inquilino de una cabaña subida a los árboles, como la deCollin y la tía Dolly de El arpa de hierbade Truman Capote (no todo iba a ser Desayuno con diamantes). Ni siquiera a la siempre tan ecologista y ejemplar Suecia, donde la arquitectura y el diseño se multiplican al cuadrado para reducir los metros de estos habitáculos naturales cien por cien (ellos son los inventores del Tree Hotel).

¿No queríamos ser más orgánicos y desarrollarnos sosteniblemente mientras gira la rueda del reciclaje y Tarzán se cuelga y descuelga otra vez en nuestra memoria? Estos hoteles, que nos hacen más robinsonesypeterpanes aún y prometen vacunarnos eternamente por un día contra la rutina y el estrés, anidan ya en España. No diremos que son cientos volando, pero se puede elegir. Y esta vez sí conviene andarse por las ramas.

COMO PÁJAROS EN UN ABETO O UN HAYA Y CON VISTAS A LOS PIRINEOS O AL MONTSENY

Sí, hay que ser un amante de la naturaleza para hacer el check in en este hotel. Las habitaciones-nido de Cabanes als arbres, en Sant Hilari Sacalm (Gerona), para cuatro personas como máximo,se encuentran en las alturas: de tres a ocho metros de distancia del suelo. Al abrigo deun abeto o de un haya, con vistas a los Pirineos (Vilanova de Sau) o al Montseny.

En total, diez cabañas camufladas en la espesura, atravesadas por el tronco de unárbol,con nombre de pájaroycon la cercana masía de la Vileta,casa madre, que ofrece la seguridad de los pies en el suelo (y recepción, comedor, sala de estar, duchas, piscina y jardín). ¿Para subir? Un puente colgante o una escalera. Lo que prometen es "un exilio entre el follaje y pernoctar en un nido en el entramado de las ramas de un majestuoso árbol". Y nosotros sentados en la alambicada silla de la oficina.

LO QUE TIENES QUE SABER. Todo esto es muy auténtico, así que no esperes en la cabaña ni electricidad (sí linternas y velas) ni agua corriente (sí agua y lavamanos). Para eso está la masía. Sí WC;biodegradable, claro. El desayuno te lo subirán a las alturas en una cesta y mediante polea.Es casi la utopía rural.

EN EL SUR DE VIZCAYA Y ¡A 17 METROS DEL SUELO!

Si alojarte en un hotel a ocho metros del suelo te parecía demasiado (o demasiado poco), en el País Vasco podrás curarte de espanto (o de ansias de aventura). Porque dos de las cuatro cabañas que forman parte del complejo Zuhaitz-etxeak (Elaia y Txantxangorria) están colgadas a 17 metros de altura dentro del municipio de Zeanuri, al sur de Vizcaya. La que lleva el sugerente nombre de Oooh! es una suite con una terraza girando a su alrededor y panorámica verde de 360º. Y la que se llama Hontza es toda una casa: para ir con niños o amigos. Puedes sentarte a esperara que un corzo venga a visitarte: lo hará. Lo tendrás a vista de pájaro desde tu refugio hoteleroaéreo, al que, por cierto, accederás por escalera. Todo muy bio;un canto al medio ambiente y lamadera.

LO QUE TIENES QUE SABER. Tres de las cuatro cabañas disponen de luz y agua corriente (con ducha). Los servicios, advierten los propietarios, están al nivel de los mejores hoteles. El desayuno te lo subirán ala cabaña, también en cesta y con polea.

COMO UN CUENTO INFANTIL DE LA GALICIA PROFUNDA

Las Cabañitas del Bosque de la comarca de Noia (La Coruña) suenan a cuento infantil, y más porque se suben a los árboles en la Galicia de todas las leyendas, no lejos del 'fin de la tierra'. La Cabaña de Amalia se alza a media altura en medio de un bosque caducifolio autóctono y al amparo de un carvallo centenario.¿Te resulta demasiado rural? La de Amalia está diseñada en plan loft y cuenta con dormitorio, cocina, sala de estar, baño y las impagablesterrazas exteriores. Si te parecen pocas comodidades, aúnhay más: chimenea de leña,jacuzzi ywifi. La de Arturo, por su parte, está entre castaños, laureles y alisos;también tiene alma de loft y todo lo demás.

LO QUE TIENES QUE SABER. La reserva incluye la limpieza y el mantenimiento diario de la habitación y el baño, el kit de leña para la chimeneay las velas aromáticas para crear ambiente, más aún. Puedes llevar a tu mascota (con recargo).

ENTRE ÁGUILAS EN EL PARQUE NACIONAL DE CABAÑEROS

No es casualidad que una de las cabañas-nido del complejo Ecolodge, enel Parque Nacional de Cabañeros,se llame El Águila Imperial Ibérica, porque la rapazvuela y anida por aquí. Tiene capacidad para tres personas y está construida a más de seis metros de altura, confundida en el bosqueentre las copas de los árboles.¿Las vistas? A las cumbres del macizo de Rocigalgo. Hay otra que se llama como el árbol que la acoge, El Quejigo, y está -muy bucólico todo, casi de égloga de Virgilio- a cinco metros del suelo, con vistas al embalse y de nuevo a los Montes de Toledo. Estánen el término de Retuerta del Bullaque (Ciudad Real)

LO QUE TIENES QUE SABER. Las cabañas están equipadas con baño completo con agua caliente, cocina con todo lo necesario, calefacción y hasta televisión. Pero no admite mascotas. Hay tantos animales sueltos por ahí.

Y SI QUEREMOS UNA CABAÑA POR TODO LO ALTO (ENDISEÑO), SIEMPRE NOS QUEDARÁ SUECIA

En Harads, cerca del río Lule, en plenaLaponia, con vistas al valle y en medio de un bosque de pinos magníficos y centenarios, se alza altanero el Tree Hotel, que no es un hotel al uso sino habitaciones-cabañas trepando por los árboles aquí y allá, como los nidos. Hay una que se llama precisamente así, El Nido, y no lo podía ser más.Estamos hablando de diseño mayúsculoy de sello escandinavo;arquitectura ydecoración. Nacieron en 2010 inspiradas en la película The tree lover, de Jonas Selberg Augustsen, y están pensadas precisamentepara ellos (nosotros), los amantes de los árboles y sus copas. Son un prodigio de la ingeniería: La Cabina, el Cubo de Espejos, el Cono Azul, El Ovni y El Dragonfly. Y aún falta la sauna sin vértigo. En Suecia tenía que ser. Y a 60 kilómetros del círculo polar ártico.

Ya no hay que ir al Amazonas para sentirse un uirapuru; un pájaro -este u otro- en su nido. O lo que es igual, para ser el inquilino de una cabaña subida a los árboles, como la deCollin y la tía Dolly de El arpa de hierbade Truman Capote (no todo iba a ser Desayuno con diamantes). Ni siquiera a la siempre tan ecologista y ejemplar Suecia, donde la arquitectura y el diseño se multiplican al cuadrado para reducir los metros de estos habitáculos naturales cien por cien (ellos son los inventores del Tree Hotel).

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