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Despide el año a lo grande en Times Square
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Despide el año a lo grande en Times Square

Digamos las cosas como son: la celebración de la Nochevieja buena, buena, de verdad, es la que se hace en Times Square. Así que no valen las excusas: siempre hay plazas aéreas y el vuelo apenas dura ocho horas.

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Digamos las cosas como son: la celebración de la Nochevieja buena, buena, de verdad, es la que se hace en Times Square. Así que no valen las excusas: siempre hay plazas aéreas y el vuelo apenas dura ocho horas: vámonos a pegarle una patada en salva sea la parte a este 2014 y darle un abrazo de oso al imberbe 2015 en el mejor lugar del mundo para hacerlo: Nueva York.

El epicentro de las celebraciones no podría ser otro que Times Square, ese escaparate neoyorquino que es uno de los lugares más instagrameados del mundo –ay, si Samuel Fuller levantara la cabeza y viera cómo la noche de la plaza la iluminan los neones de la tienda Disney y no de los cines eróticos-, y donde a cualquier hora hay algo que hacer, que ver, que comer o que comprar… Excepto en la tarde del 31 de diciembre, cuando medio mundo fija su atención en Times Square: las audiencias televisivas superan los mil millones de espectadores.

La tradición comenzó en 1907 y, desde entonces, la plaza ha sido uno de los lugares donde celebrar el cambio de año ha adquirido mayor renombre en todo el mundo. Lo más recomendable es llegar antes de las tres de la tarde (y, si el tiempo es bueno, incluso antes) porque, a partir de las 22h, es casi imposible acceder, y armarse de paciencia, buena música en el móvil y ropa de abrigo, pero sobre todo de lo primero, porque no se puede hacer nada. No hay baños públicos ni vendedores de comida, ni nada…

Bueno, nada, no: hay actuaciones musicales en los dos escenarios de la plaza a partir de las seis de la tarde (aún no se ha hecho público el programa de este año pero, el pasado, fueron ni más ni menos que Melissa Etheridge, Miley Cyrus y Macklemore quienes hicieron la espera más amena) y, cada hora en punto hasta las once de la noche, un espectáculo de fuegos artificiales. En definitiva, una auténtica prueba de resistencia que tendrá su recompensa cuando nuestra garganta sea una más del millón que corea la cuenta atrás que acompaña al descenso de 23 metros, desde lo alto del One Times Square Building, de la ya legendaria Bola de Nochevieja, que también reclama para sí cifras mareantes: es una esfera geodésica que pesa más de cinco toneladas, de cuatro metros de diámetro y que está cubierta de más de 2.600 triángulos de cristal de Waterford (que, para quien no lo sepa, es uno de los mejores cristales del mundo) y más de 32.000 ledsque proyectan más de 3.000 efectos de color mientras dos toneladas de confeti caen sobre las cabezas de todos…

Si lo que se quiere es huir de las multitudes y celebrar el cambio de año en un ambiente menos masificado y más familiar, el plan perfecto son los fuegos artificiales de Prospect Park, en Brooklyn. Allí, en uno de los parques más bellos de la ciudad -diseñado por los mismos arquitectos y paisajistas que crearon el Central Park-, las familias del barrio se plantan con sus bebidas a contemplar el espectáculo pirotécnico, de un cuarto de hora de duración, que tiene lugar en Grand Army Plaza, en el corazón del parque.

La celebración continúa en las centenares de fiestas que bares, clubes, hoteles y restaurantes de los cinco distritos de la ciudad organizan, y, por supuesto, también en Times Square: en Ruby Tuesday (el local más importante de la franquicia propiedad del ex Rolling Stone Bill Wyman), en el Bourbon Street… Y aunque son fiestas que no se prolongan hasta que el sol luce alto el día siguiente, cuando llegue la mañana del día 1, nada mejorpara recuperar fuerzas que devorar uno de los mejores desayunos de la ciudad, el del Balthazar Restaurant (80 Spring St., ), una institución neoyorquina cuyos huevos Benedictine reconcilian a cualquiera con el año nuevo, el viejo y los que se quiera quitar de encima. Háganos caso: este año, las uvas, en Nueva York.

Digamos las cosas como son: la celebración de la Nochevieja buena, buena, de verdad, es la que se hace en Times Square. Así que no valen las excusas: siempre hay plazas aéreas y el vuelo apenas dura ocho horas: vámonos a pegarle una patada en salva sea la parte a este 2014 y darle un abrazo de oso al imberbe 2015 en el mejor lugar del mundo para hacerlo: Nueva York.

Nueva York Miley Cyrus