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Planes más allá de San Isidro: qué hacer en Madrid después del puente
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Planes más allá de San Isidro: qué hacer en Madrid después del puente

Llevemos al tinte el vestido y el chaleco de chulapos. Y probemos a deleitarnos con una exposición diferente, con un bistró a la madrileña o con los aromas de París. Eso y más, aquí

Foto: Imagen del interior de la floristería Brumalis (Foto: Pablo Gómez-Ogando)
Imagen del interior de la floristería Brumalis (Foto: Pablo Gómez-Ogando)

Tras el atracón de bocadillos de calamares, rosquillas, barquillos y vermú, nada como llevar al tinte el vestido y el chalecode chulapos, poner los claveles en agua y lanzarse a exprimir todo el ocio que ofrece la capital a partir del 16 de mayo. Los planes (quizá) menos castizos pero símás 'cool' pasan de la pradera de San Isidro a la zona de las Salesas o al barrio de Salamanca. Decir adiós a las Vistillas ya no supondrá un mal trago. Para la semana próxima, existe solo un planteamiento: bloquear la agenda. Solo hay que tomar nota del qué, del dónde y del cuándo.

1. Una exposición de fábula

Fotografía, microrrelato y caligrafía. O lo que es lo mismo: Julio Jiménez Corral, Cósimo de Monroy y José María Passalacqua. Tres disciplinas diferentes para un triunvirato creativo infalible con un proyecto en común: ‘15’. Una serie de piezas que hunden sus raíces en el imaginario de la fábula y que se expondrán en la Fresh Gallery a partir del 17 de mayo.

En esta exhibición, las fotografías de Jiménez Corral se dejan seducir por los inquietantes personajes literarios creados por De Monroy, quienesa su vezdialogan con los trazos caligráficos de Passalacqua. Un universo que lleva a imágenes y textos a saltar del plano bidimensional propio de los libros para convertirse en cuadros.

¿El objetivo? Crear cinco fábulas de hoy donde la perversidad se convierte en un ambiguo juego. Quienes visiten esta exposición se sumergirán en el imaginario visual propio de un libro aunque reconvertido en una realidad tridimensional gracias a las mezclas de volúmenes que proyectan sobre el texto los relieves del montaje.Un parking desierto o a una habitación de hotel bastan como localizaciones cuyas descripciones se convierten en 'armas' de seducción. ¿Alguien da más?

¿Dónde?En laFresh Gallery,calle Conde de Aranda, 5.

¿Cuándo? Del 17 al 19 de mayo.

2. Una floristería versallesca

Un pasaporte a otra época, un espacio de aires versallescos y de estilo romántico enclavado en la madrileña zona de Almagro. Así es Brumalis, una floristería con encanto chicy con mucho significado. "Elegimos este nombre porque viene del calendario floral de Linneo–un botánico sueco del siglo XVIII– que dividió el año según las etapas de floración. Y esta palabra corresponde a la última, a la que coincide con el otoño-invierno", explican sus dueñas, Loreto y Mariluz, a este medio.

Desde este personalísimo local, se afanan en la creación de cualquier reto (en forma de exorno floral) que se les ponga por delante. "Realizamos desde ramos de flores, pasando por decoración de grandes eventos hasta llegar a escaparates, bodas o acciones publicitarias", apuntan. Y todo hecho a la medida y al gusto de sus clientes.

Tanto es así que este dúo creativo triunfa en el sector de las noviasa las que tratan con mimo: "Ellas nos inspiran al igual que lo hace la época del año en que se casan o el lugar donde se celebra la ceremonia". Todos los detalles para ellas o para quienes quieran decírselo con flores encuentran en este coqueto espacio el lugar ideal para perderse bajo sus coronas de flores preservadas o el aroma de sus velas. Los arreglos florales están servidos.

¿Dónde? En calle Covarrubias, 20.

¿Cuándo? De lunes a viernes de 10.00 a 19.00 horas y sábados de 11.00 a 14.00 horas.

3. Un bistró castizo

Los peregrinos culinarios encuentran parada y fonda en Le Petittras las jornadas posteriores a la feria madrileña por antonomasia. El lugar donde hacer una buena cura de los excesos de vermú y rosquillasgracias a su cocina de mercado elaborada a partir de productos naturales. Como sus alcachofas elaboradas estilo Petit Appetit o sus espárragos blancos confitados, que se han convertido en dos auténticos 'hits' de su carta de temporada.

Bocados 'gourmet' en un enclave 'deco' muy singular. Este local respira aires propios de unbistró propio de parisino con reminiscencias estéticas de los clubes ingleses o los 'lofts' neoyorquinos. Un local con grandes ventanales y paredes de ladrillo blanco del siglo XIXcuyo 'leitmotiv' es poner en valor la gastronomía a través de recursos estéticos como su vajilla francesa. Además, Le Petit cuenta con dos salas y una coqueta barra convertida en altar de la mixología. Degustar cualquierade los muchos cócteles con los que cuentan en su carta redondean un plan apto para sibaritas.

¿Dónde? Le Petit de Petit Appetit, encalle Argensola, 24.

¿Cuándo? Consultar horarios de apertura en el 913 085041.

4. Una perfumería efímera

Jabones, fragancias y tratamientos corporales. Todos estos productos y más han puesto una pica en 'fashion' –léase en la milla de oro capitalina– de la mano de lafirma perfumista francesaRoger&Gallet.Una 'pop-up store' que, durante tres meses, servirá como enclave de exposición y venta de algunos de los productos más icónicos de la marca como el frasco que Jean Marie Farino hizo en exclusiva para Napoleón o la primera jabonera de viaje.

Novedades, muchas, como la venta exclusiva durante este periodo de tiempo de la versión en 50 ml de todas y cada una de sus fragancias. La marca, con más de 150 años de historia, es conocida en el sector por sus exóticas y delicadas fragancias o por sus beneficios aromacológicos como el estimulante jengibre de la india o la tonificante madera de naranjo. Si el olfato de Jean-Baptiste Grenouille, protagonista del filme 'El perfume', levantara la cabeza, los aromas de esta tienda lo llevarían a Madrid.

¿Dónde? En calle Padilla, 1.

¿Cuándo? En horario comercial.

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Tras el atracón de bocadillos de calamares, rosquillas, barquillos y vermú, nada como llevar al tinte el vestido y el chalecode chulapos, poner los claveles en agua y lanzarse a exprimir todo el ocio que ofrece la capital a partir del 16 de mayo. Los planes (quizá) menos castizos pero símás 'cool' pasan de la pradera de San Isidro a la zona de las Salesas o al barrio de Salamanca. Decir adiós a las Vistillas ya no supondrá un mal trago. Para la semana próxima, existe solo un planteamiento: bloquear la agenda. Solo hay que tomar nota del qué, del dónde y del cuándo.

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