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Primavera en París: 10 direcciones imprescindibles más allá de la torre Eiffel
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Primavera en París: 10 direcciones imprescindibles más allá de la torre Eiffel

La capital francesa estalla y, con la nueva estación, brotan locales muy cool donde diseño, decoración y gastronomía lo son todo. Los sitios que frecuentan los parisinos más bohemios, aquí

Foto: Todos los lugares de moda en la capital del Sena están aquí. (Foto: Juanjo Madrigal)
Todos los lugares de moda en la capital del Sena están aquí. (Foto: Juanjo Madrigal)

“París siempre enseña los dientes; cuando no ruge, ríe. Así es París”. Algo de cierto hay en la 'salvaje' definición de la ciudad que hizo Victor Hugo en su novela 'Los miserables'. Y es que los ecos de este alarido llegan hasta las tendencias, la moda (Oh là là!) y, cómo no, hasta los locales viejos o de nuevo cuño que toman el pulso chic de la capital del Sena. Huir de sus rutas turísticas habituales es posible. Los planes y los lugares más vanguardistas escapan de lo típico –foto con la torre Eiffel de fondo mediante– y de lo tópico. Porque la Cité de la Lumière bien merece ser visitada de nuevo, para observarla desde alguno de sus tejados y azoteas o para sentir el latido de una urbe que palpita, cómo no, en clave glamurosa. A continuación, Vanitatis elabora una lista de direcciones imprescindibles que permiten revisar su cara B –siempre bohemia– con la llegada de la primavera.

1. Un icono revisado

Les Bains es algo más que un hotel: es un icono de la vida social y cultural parisina. Se erigió allá por 1885 como uno de los baños privados con más solera de la ciudad. Un templo para los amantes de los circuitos termales donde era posible disfrutar de un masaje, de un baño turco o de un chapuzón en su piscina. Tanto es así que hasta el mismísimo Marcel Proust solía dejarse caer por allí para darse un baño de vapor y tomarse el primer café de la mañana. Hasta que en 1978, la familia Guerbois abandona su gerencia y pasa a convertirse en uno de los locales nocturnos con más renombre de la capital del Sena.

placeholder El hotel Les Bains albergó en los 80 uno de los clubes nocturnos más famosos de la capital francesa. (Foto: Hotel Les Bains)
El hotel Les Bains albergó en los 80 uno de los clubes nocturnos más famosos de la capital francesa. (Foto: Hotel Les Bains)

Un club que devino en parada y fonda de algunos de los grandes de la cultura, la moda y el espectáculo del momento. Andy Warhol, Karl Lagerfeld, Mick Jagger, Naomi Campbell o Yves Saint Laurent frecuentaron en aquella década prodigiosa algunas de sus salas. Y de templo nocturno a refugio, precisamente, de la nocturnidad, ya que desde 2015 es uno de los hoteles más cool de la ciudad. Cuenta con 39 habitaciones y suites cuya personalidad la marca su decoración: tan bohemia y ecléctica como elegante y acogedora. Todo un hito para los amantes del lifestyle llevado al extremo.

2. Un refugio para 'bo-bos'

placeholder Les Chouettes. (Foto: Cortesía)
Les Chouettes. (Foto: Cortesía)

Restaurante, café, enoteca. Tres conceptos en uno. Así es, grosso modo, el ADN de Les Chouettes; un local situado en el distrito de Le Marais cuya estructura tiene las reminiscencias propias de la torre Eiffel. Un local coronado por un enorme lucernario al que miran todas las balaustradas de este edificio con 20 metros de altura. No faltan las mesas de aire rústico, los butacones de terciopelo y piel, así como un solado hidráulico que hará las delicias de los adictos a Instagram. El profundo lavado que ha experimentado esta antigua joyería tiene el sello de Lázaro Rosa-Violán, quien ha sabido cómo dar en la tecla para conseguir un espacio fresco y entusiasta. El refugio perfecto para bohemios y burgueses (o 'bo-bos'). Desayunar, almorzar, cenar o, por qué no, tomar el brunch ya tiene una nueva ubicación en el mapa de la capital francesa.

3. Siempre nos quedará Colette

Poco más de 500 metros distan entre el número 31 de la rue Cambon –sede de la maison Chanel– y el 213 de la rue de Saint Honoré, donde su ubica, a todas luces, una de las tiendas más 'in' de la capital francesa: Colette. Y es hasta ahí donde suele desplazarse algunos días, a eso de las siete de la tarde, el mismísmo Karl Lagerfeld a hojear libros aptos para coleccionistas relacionados con la moda, la fotografía o el diseño que se exponen a la entrada de la misma. Para quienes no tengan la suerte de toparse con el káiser, pueden compensar el 'disgusto' saliendo de allí bien pertrechados de souvenirs nada convencionales. O disfrutar de esa cafetería donde se concentra lo más mainstream de la sociedad parisina o disfrutar de ese despliegue de colecciones de firmas como Gucci o Valentino.

4. Finlandia en sueños

placeholder Así es Koti, el hotel efímero del Instituto Finlandés en París. (Institut-finlandais.fr)
Así es Koti, el hotel efímero del Instituto Finlandés en París. (Institut-finlandais.fr)

Cien años de independencia dan para mucho. Y desde el Instituto Finlandés de París han decidido festejarlo a lo grande, a lo 'deco'. Poniendo de relieve cómo se las gastan en términos de hospitalidad en el país nórdico. A través del proyecto Koti han logrado una suerte de hotel efímero que consta de seis chalets con apariencia de cabaña y en los que es posible pernoctar hasta el próximo 7 de mayo.

Con el fin de promover el turismo, la diseñadora Linda Bergroth se ha inspirado en las tradicionales cabañas (o 'aittas') que se suelen utilizar en Finlandia como segunda residencia. La instalación tiene capacidad para acoger a 12 huéspedes en las que se cuida hasta el último detalle: no faltan pijamas, zapatillas y batas o esos desayunos con mucho 'hygge' que invitan a soñar con el país nórdico desde el grandioso París.

5. Notas (y cócteles) art déco

Este neobistró de reminiscencias art déco se ha convertido en el refugio perfecto donde tomar la primera (copa) o saborear la penúltima. “A dos pasos del distrito de Montmartre”, como sus mismos dueños aseguran a este medio, y a otros tantos de La Nouvelle Athénes, Maison Lautrec esconde de todo menos los célebres carteles de bailarinas de cabaret que antaño inmortalizara Toulouse (Lautrec). Aunque hay tanto mármol, madera, terciopelo y plantas tropicales que hasta el mismo pintor hubiera caído en la tentación de recrear esta atmósfera en algunas de sus obras.

placeholder Fashionistas y trendsetters han hecho de Maison Lautrec un lugar de referencia. (Foto: Cortesía)
Fashionistas y trendsetters han hecho de Maison Lautrec un lugar de referencia. (Foto: Cortesía)

Los amantes de la soirée parisina (o de l'apéritif fuera de casa) encontrarán en este local altas dosis de glamour y chic francés. La interiorista Fanny Perrier supo cómo crear un espacio con personalidad que se adaptara a los gustos de los cuatro socios que regentan este local. Y los deseos de estos apasionados del mundo de la cultura, la restauración y la comunicación vieron sus deseos colmados en este rincón donde se sirven unos cócteles que devienen en nueva alquimia mixológica y cuya gastronomía resulta exquisita. Y lugar en el que recalan fashionistas y trendsetters –nacidos en la década de las 80– que gustan de ver y ser vistos con un buen Pigallerie, su combinado más famoso, en la mano.

6. Con vista de lince

De acetato, metal, más o menos vintage… Las gafas que diseñan y fabrican desde Jimmy Fairly se han convertido en todo un oscuro objeto de deseo para medio barrio de Montorgueil. Pero ahí no queda la cosa. A día de hoy, esta firma de gafas francesa cuenta con cuatro ópticas repartidas por toda la ciudad de París. Y en todas ellas, disponen de infinidad de modelos a precios más que razonables: sus monturas cuestan 99 euros (cristales incluidos).

placeholder Una de las ópticas Jimmy Fairly en Rue de Montorgueil, 45.
Una de las ópticas Jimmy Fairly en Rue de Montorgueil, 45.

Y aún hay más: su modelo de negocio triunfa entre los hipsters de medio mundo porque sus diseños también se venden online. ¿Alguien da más? Sí, por cada par adquirido, sus fundadores destinan otro a personas que lo necesiten y les sea imposible comprar unas.

7. Una tarde en el museo

Un almuerzo rápido o simplemente un aperitivo. Hacer parada técnica para reponer fuerzas en un museo como el del Louvre, ahora tiene altas dosis de diseño. Ubicado en el primer piso del ala Denon, se encuentra el Cafe Mollien; un lugar que hará las delicias de quienes busquen tomar un refrigerio en su terraza con vistas a la famosa pirámide de cristal tras una jornada en la pinacoteca más grande de Europa.

El responsable de crear este espacio no es otro que el diseñador Mathieu Lehanneur, quien, a través de mobiliario lacado en blanco y unas lámparas de latón con tulipas de cristal en rosa palo, ha logrado dar un toque fresco y contemporáneo a una zona con capacidad para 66 comensales. Una convivencia entre arquitectura y decoración que hará las delicias de cualquier instagrammer que se precie. Y para rematar, nada como saborear cualquiera de los pasteles que ofrece este novísimo rincón -todos tienen el sello del pastelero Philippe Urraca- que colmarán las ansias de quienes busquen una foto que sea carne de likes.

8. Chapuzón de ocio y tiempo libre

Blancos, mostazas y azules eléctricos. Los tres colores que perfilan, definen y caracterizan a este célebre edificio parisino: el hotel Molitor. Su inusual arquitectura, con apariencia de barco, lo convierte en un crucero encallado en tierra donde las actividades de ocio, gastronomía y deporte –gracias a sus piscinas– son el ejemplo del 'bonvivantismo' parisino. Todo un complejo urbanita (es un hotel que incluye gimnasio, peluquería, circuitos termales, coctelería o restaurantes) del que resulta imposible salir.

placeholder Bares, restaurantes, terraza y piscinas. El hotel Molitor es un parque de atracciones en sí mismo (Foto: Frédéric Baron-Morin)
Bares, restaurantes, terraza y piscinas. El hotel Molitor es un parque de atracciones en sí mismo (Foto: Frédéric Baron-Morin)

Aunque es Le bar de le Molitor el que merece especial mención. Un lugar donde es posible degustar un cóctel con unas vistas singulares a la zona de su gran piscina. Para quienes busquen una cura de sol, nada como probar su azotea, una suerte de jardín vertical de plantas aromáticas donde hacer una puesta a punto de energía mental, gastronómica y mixológica. Degustar su 'Rose in negroni' es toda una experiencia sensorial. Deja que sus ingredientes –Aperol, Martini Rosato y ginebra– o las recomendaciones de su bartender hagan el resto. Tras esto, nada como disfrutar en lontananza de la ciudad acurrucado en una de las sillas modelo Tropicalia que tienen el sello de Patricia Urquiola.

9. Nueva meca healthy

París es algo más que cenas de vino y queso. Por ello, a escasos metros de la celebérrima place Vendôme o de la milla de oro del lujo –la archiconocida rue Saint Honoré–, se encuentra esta nueva meca de comida saludable llamada Maisie Cafe. En este coqueto local ubicado en la rue du Mont Thabor, antigua sede de la Maison Darré, es posible hacer una cura detox –gracias a sus zumos cold pressed– o toparse con el mismísmo Christian Louboutin tomando un café en este coqueto rincón cuya decoración tan americana recuerda que París también tiene algo de California.

placeholder Colores pastel y madera clara, las señas de identidad 'deco' de Maisie Cafe.
Colores pastel y madera clara, las señas de identidad 'deco' de Maisie Cafe.

Su foccacia con guarnición de crema de anacardos y verduras frescas se convierte en algo más que en revisión del recetario tradicional francés. Porque no hay nada como sentarse en alguna de sus mesas de mármol veteado para saber que la capital del Sena sigue marcando tendencia hasta con la gastronomía del otro confín.

10. Sueño de una noche de primavera

Rihanna, Kanye West, Cara Delevingne... La nómina de cantantes, modelos y celebridades que frecuentan esta discoteca –situada a los pies del Arco del Triunfo– es interminable. En L'Arc Paris se disfruta de esas noches parisinas que tienen tanto de narcisistas como de chic. Y en este local de decoración 'glam' donde no faltan materiales como el mármol, la madera o el pan de oro. Y ahora en primavera, nada como tomar un rosé en su terraza acristalada con vistas a una de "las plazas más bellas del mundo", como sostienen sus propietarios. Cualquier fashionista que se precie debería probar a dejarse caer por allí una noche de primavera.

placeholder Imagen de la terraza acristalada de L'Arc Paris. (Foto: Cortesía)
Imagen de la terraza acristalada de L'Arc Paris. (Foto: Cortesía)

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“París siempre enseña los dientes; cuando no ruge, ríe. Así es París”. Algo de cierto hay en la 'salvaje' definición de la ciudad que hizo Victor Hugo en su novela 'Los miserables'. Y es que los ecos de este alarido llegan hasta las tendencias, la moda (Oh là là!) y, cómo no, hasta los locales viejos o de nuevo cuño que toman el pulso chic de la capital del Sena. Huir de sus rutas turísticas habituales es posible. Los planes y los lugares más vanguardistas escapan de lo típico –foto con la torre Eiffel de fondo mediante– y de lo tópico. Porque la Cité de la Lumière bien merece ser visitada de nuevo, para observarla desde alguno de sus tejados y azoteas o para sentir el latido de una urbe que palpita, cómo no, en clave glamurosa. A continuación, Vanitatis elabora una lista de direcciones imprescindibles que permiten revisar su cara B –siempre bohemia– con la llegada de la primavera.

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