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Las floristerías más cool para hacer una inmersión primaveral
  1. Estilo
estilismo botánico

Las floristerías más cool para hacer una inmersión primaveral

Sally Hambleton es la inglesa. Moss, la provenzal. Gang and the wool, el invernadero. Fransen et Lafite, la exótica. Bornay, el taller. Y aún hay más. Tendrás que decírselo con flores

Foto: María Ruiz de Huidobro en Moss. (Foto: María Nieto Raventós)
María Ruiz de Huidobro en Moss. (Foto: María Nieto Raventós)

Ya solo podemos pensar en flores, es lo que tiene marzo y no digamos abril, así que nos hemos ido de peregrinación no por los campos de Castilla y otros en plan machadiano, sino por las floristerías que tanto hacen por embellecer nuestros reinos. Aquí, en estas florerías, se cultiva tanto la belleza como la creatividad y ya no solo se habla de plantas, ramos y arreglos, sino que se practica el estilismo floral. Nada como ponerse una flor en la solapa o donde sea. Hay cosas que no cambian. En Moss, Sally Hambleton, Gang and the wool, Bornay, Fransen et Lafite, Brumalis o Margarita se llama mi amor (el nombre era inevitable), verás cómo la sangre se te altera. Cosas también del equinoccio.

1. Gang and the wool, el invernadero

¿Floristería? No, esto es una green house, lo cual la emparenta más con el invernadero y lo rural que con el shopping y lo urbano. Además de flores frescas, flores secas, detalles florales y mil y una cosas con flores, que vienen de Aalsmeer, el mayor mercado de mundo (por supuesto holandés), cuando no del mismo campo, Manuela Sola, muy especializada en bodas, abre las puertas de este su hogar para la realización de todo tipo de eventos: cenas y comidas privadas, sesiones de fotos, talleres y proyectos varios, siempre que tengan el encanto bucólico y silvestre, el de la madera envejecida y la lavanda, de todo lo de aquí. El taller no podía ser más rústico. Ni gustarnos más.

Dónde: Parque Natural de la Sierra de Collserola. Carrer d'Orellana, 3. Barcelona.

2. Flowers by Bornay, el taller

Sabíamos que las flores eran parientes de la magia, pero no que tanto. No habíamos caído en la cuenta de que un ramo podía ser un cuadro de Matisse (sin odalisca) o bailar una danza, y un centro floral inspirarse en una película de ciencia ficción, un cómic o en una de zombis. Hasta que llegamos a Bornay y supimos del frikismo de Joan Xapelli y su equipo, el que les ha llevado a entablar un diálogo entre las flores y el arte del calibre del de Adrià (con la comida). Y esto es lo que hacen en este atelier, con mucho de alta costura y no poco de mecánico.

Lo curioso es que Xapelli empezó comprando flores por todo el mundo al por mayor para abastecer a las floristerías españolas y ahora las vende a todo el mundo pero al por menor y desde este Flowers by Bornay, que aspira a ser la floristería más bonita (y artística) del ídem. De momento, ya han hecho arreglos para la familia real de Jordania, Lady Gaga, Shakira y hasta Depeche Mode.

Dónde: Mercior de Palau, 32-36. Sants. Barcelona.

3. Moss Floristas, la provenzal

María Ruiz de Huidobro, la propietaria y directora artística de Moss Floristas, cargo que habla de cuánto de creativo hay en este tinglado, tiene la culpa de todo esto. De tanto encanto como hay en su Moss y de todo el aire provenzal que se respira estando en pleno Madrid. Pero sus arreglos florales son así, inspirados en la naturaleza, lo cual hace que nos confirmemos en nuestra fe en la belleza de lo natural, aunque luego se ponga sofisticada y lleve sabiamente a las flores hasta sus instalaciones artísticas en las que interviene la cerámica y el delicado cristal.

A su lado, Miguel Vidal Lull, que creció rodeado de los naranjos, caléndulas, azucenas y lirios que se cultivaban en el huerto familiar. A ella la pasión también le viene de entonces: “En nuestra infancia mi madre solía traer a casa todas las semanas flores frescas, que ella misma arreglaba en preciosos ramos en un ritual que me hipnotizaba”. Esto combinado con su experiencia laboral en el marketing en diversas empresas multinacionales de consumo, retail y lujo ha dado como fruto lo que se ve. Este universo floral al que cualquiera quisiera entrar hoy mejor que mañana.

Dónde: Don Ramón de la Cruz, 51. Madrid.

4. Sally Hambleton, la inglesa

Enamorada de la vida en el campo y se nota. De padre español y madre inglesa, y también se nota. “Vivo feliz -dice- haciendo lo que más me gusta en el mundo: trabajar con flores”, y lo mismo. Todo esto flota en el aire tanto en su tienda, Sally Hambleton by The Workshop Flores, como en su estudio (The Studio by Sally Hambleton), que es el lugar donde las flores y sus alrededores se vuelven académicas (ahí está su school; no hay que perderse sus talleres), hogareñas (por obra y gracia del estudio de interiorismo Madrid in Love) y muy muy sensuales (derrocha sofisticación).

Dónde: C/ Gabriel Lobo, 10. Y en el Corte Inglés de Castellana (C/ Raimundo Fernández de Villaverde, 79). Madrid.

5. Fransen et Lafite, la exótica

He aquí una floristería que nos recuerda los enormes lienzos, en todos los sentidos, del aduanero Rousseau, que es exótica por demás y que no solo le da a las flores y las plantas, todo un vergel, sino a los pájaros, cómo no, las velas perfumadas y escogidísimos objetos de decoración. Así pasa que cuando se cruza umbral, uno no tiene la sensación de estar en una tienda floral, sino en otro mundo, al ladito del palacio de Oriente y el mercado de San Miguel, pero con un pie en Holanda y otro en Francia. Es cosa de sus propietarios, el florista Patrick Fransen y el decorador y paisajista Francisco Javier Alcain Lafite. El género llega también de Aaslmer, ese gigante que va por ahí derrochando primavera.

Dónde: C/ Espejo, 5. Madrid.

6. Margarita se llama mi amor, la cuqui

Otro alarde de belleza por doquier, esta vez en Alonso Martínez, donde se halla esta tienda encantadora del Madrid más cool, a donde se te irán directos los pies. Todas las flores que te imagines y más están aquí. Y si te ha costado nada y menos entrar, como dicen en el sur, no te pasará lo mismo al salir. Siempre puedes apuntarte a uno de sus talleres para hacer tu vida aún más primaveral. Y además está en una calle tan arrebatadora.

Dónde: C/ Fernando VI, 9. Madrid.

7. Brumalis, la vintage

Las flores, la decoración del espacio, el aroma de las velas, los jarrones… Todo contribuye a envolverte en la bruma de esta floristería que realmente parece de otra época. Un poco inglesa y un tanto decimonónica, lo cual la convierte en el escenario perfecto para todo tipo de eventos. La personalización, la atención exclusiva y el diseño son el pan nuestro de cada día en esta casa. Cuando estés aquí, querrás decírselo con flores.

Dónde: C/ Covarrubias, 20. Madrid.


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Ya solo podemos pensar en flores, es lo que tiene marzo y no digamos abril, así que nos hemos ido de peregrinación no por los campos de Castilla y otros en plan machadiano, sino por las floristerías que tanto hacen por embellecer nuestros reinos. Aquí, en estas florerías, se cultiva tanto la belleza como la creatividad y ya no solo se habla de plantas, ramos y arreglos, sino que se practica el estilismo floral. Nada como ponerse una flor en la solapa o donde sea. Hay cosas que no cambian. En Moss, Sally Hambleton, Gang and the wool, Bornay, Fransen et Lafite, Brumalis o Margarita se llama mi amor (el nombre era inevitable), verás cómo la sangre se te altera. Cosas también del equinoccio.

Primavera Flores y ramos Decorar con flores
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