Es noticia
Menú
Bomba de humo en WhatsApp: trucos para abandonar un grupo de forma elegante
  1. Estilo
tecno

Bomba de humo en WhatsApp: trucos para abandonar un grupo de forma elegante

Frases motivadoras, cadenas de mensajes... Sí, en esos farragosos terrenos se mueven los grupos de mensajería instantánea. ¿Quieres saber cómo decir adiós a uno de estos foros?

Foto: Sí, existe una fórmula por la que es posible salir de un grupo de WhatsApp sin hacer ruido. (Foto: Imaxtree)
Sí, existe una fórmula por la que es posible salir de un grupo de WhatsApp sin hacer ruido. (Foto: Imaxtree)

No nos vamos a andar con rodeos: estar en un chat de WhatsApp puede ser un auténtico grano donde la espalda pierde su casto nombre. La idea inicial siempre es loable: los padres del colegio podrán intercambiar información, los exalumnos del colegio recuperarán el contacto para organizar una cena, la familia estará virtualmente más unida... Sí, muy bien, ¿quién va a decir que no a una propuesta tan bienintencionada? Pero siempre hay personas que acaban saturando ese grupo con chistes sin mucha gracia, de fotos que importan más bien poco o de saludos matinales tan repetitivos como innecesarios. Y cada vez se acumulan más y más mensajes y cuando te dispones a consultarlos tienes 152, no te apetece mirarlos uno a uno y no sabes si tienes que responder a algo importante entre tanta maraña.

Y aún hay más. La gente que se comunica como si no hubiera un mañana parecen los más simpáticos, mientras que los que rehúyen la vacuidad del wasapeo están considerados como los huraños del foro. Y eso ocurre así porque no hay un código para los chat. Se va creando sobre la marcha mientras se asienta una peligrosa tendencia: parece que tenemos que estar disponibles en todo momento para todo el mundo. Además, haber nacido en este país no sirve de ayuda para revertir esta directriz. España es el lugar donde esta app de mensajería se ha puesto la botas: somos los cuartos del mundo que más la empleamos, solo por detrás de Sudáfrica, Singapur y Hong Kong. Así las cosas, resulta necesario un plan de acción.

Acaba con el molesto sonido

Suena el aviso de mensaje y corres a leerlo barruntando que tal vez sea algo importante (un mensaje de amor de esa persona que tanto te gusta o la propuesta del trabajo de tu vida) y te encuentras que es un gif y los subsiguientes 30 carcajeantes emojis. Para que esto no ocurra, puedes hacer dos cosas: o cambiar el timbre del chat, para que tenga uno específico y no lo confundas con los demás o directamente silenciar el chat. Esta opción es muy buena para no agobiarse por los avisos y también para no machacar los tímpanos de las personas que estén a tu lado. Te otorgará cierta tranquilidad momentánea, pero no evitará que tarde o temprano tengas que decidir qué hacer con los mensajes acumulados.

Marca horarios

Hay grupos de los que no vas a poder salir por mucho que lo desees. Si alguien en tu oficina tuvo la genial idea de crear un chat, estás vendido: no tienes escapatoria. Si te vas a la francesa, parecerá que el trabajo no te interese y como el jefe sea el más chistoso del lugar, el panorama aún es más desolador. Pero lo que sí puedes hacer es no responder en horas que no sean de trabajo. A no ser que sea algo extremadamente urgente o que se hay pactado previamente, no contestes fuera de tu horario laboral. Tampoco respondas a las conversaciones que no sean profesionales. De esta forma, estarás enviando un mensaje sutil y con el tiempo nadie se extrañará de que sigas esta pauta de comportamiento. El secreto es ser firme al principio.

Márchate lo antes posible

Y ahora, las buenas noticias. Hay un tipo de chat del que no tendrás ningún problema para irte: el que se ha creado para un evento concreto. El cumpleaños de un amigo, la organización de una cena o un viaje entre colegas suelen ser los escenarios más habituales para este tipo de comunicación. Aquí debes ser expeditivo: cuando haya acabado la razón de ser del chat y se hayan intercambiado las fotos, envía un mensaje diciendo que ha sido un placer y date de baja. El tiempo es importante: hazlo lo más rápido posible para que nadie sugiera dejarlo abierto. Si eres tú el que ha organizado el chat, déjalo claro desde el principio: este chat se autodestruirá cuando acabe su propósito. Este mensaje es muy tranquilizador para los que piensan como tú.

Las dudas a la hora de irse

El principal miedo a la hora de abandonar un grupo de chat es el desaire que supone. A nadie le gusta que le rechacen o que no le hagan caso y al hacerlo, tenemos miedo de que en otros ámbitos nos paguen con la misma moneda. La cantidad de tiempo libre de la que dispone cada miembro no es la misma y, por tanto, no se puede equiparar a su grado de interés por la gente que conforma el chat. Aún así, nos sentimos culpables si no contestamos, nos sentimos mal si nos largamos y, lo peor de todo, nos sentimos indignados por tener que estar en un lugar que nos quita tiempo y nos reporta escasas satisfacciones. Lo importante es acabar con ese sentimiento de culpa y sobre todo ser educado en todo momento.

No lo pienses más: hazlo

Bien, has tomado la decisión: te cae muy bien un grupo de amigos, pero ya no puedes más con su incontinencia a la hora de teclear. Irte sin decir nada es una solución, pero no es la más educada. Así que tienes que despedirte. La clave está en explicarse sin justificarse y dejar una puerta abierta. No estás rechazando a la gente de ese grupo, estás yéndote de un chat, que son dos cosas bien diferentes. Escoge la fórmula que prefieras para transmitir el mensaje: "Me voy del chat, pero para cualquier cosa, ya sabéis donde estoy". Y otro factor importante a tener en cuenta es no hacerlo en el momento en el que haya una conversación a medias.

Si no puedes con él, reconviértelo

Piensa, por ejemplo, en un chat de padres del colegio del que no puedes irte por si hay alguna notificación importante, pero que se ha puesto muy pesadito. La gente, en general, se toma muy mal que les digas que se están pasando con los chistes o que te importa poco que quieran vender una moto. Además, el que lo dice se queda habitualmente solo, sin apoyo de todos los que también estaban cansados, pero no quieren enemistarse con nadie. Una forma más elegante de decir lo propio es proponer abrir otro chat para temas urgentes y dejar este para las 'conversaciones' (o sea, las chorradas). Una propuesta así suele contar con la bendición de los que tampoco podían más o sirve de revulsivo para replantearse la comunicación dentro del mismo sin ofender a nadie.

¿Tienes un dispositivo móvil iOS o Android? Descarga la APP de Vanitatis en tu teléfono o tablet y no te pierdas nuestros consejos sobre moda, belleza y estilo de vida. Para iOS, pincha aquí, y para Android, aquí.

No nos vamos a andar con rodeos: estar en un chat de WhatsApp puede ser un auténtico grano donde la espalda pierde su casto nombre. La idea inicial siempre es loable: los padres del colegio podrán intercambiar información, los exalumnos del colegio recuperarán el contacto para organizar una cena, la familia estará virtualmente más unida... Sí, muy bien, ¿quién va a decir que no a una propuesta tan bienintencionada? Pero siempre hay personas que acaban saturando ese grupo con chistes sin mucha gracia, de fotos que importan más bien poco o de saludos matinales tan repetitivos como innecesarios. Y cada vez se acumulan más y más mensajes y cuando te dispones a consultarlos tienes 152, no te apetece mirarlos uno a uno y no sabes si tienes que responder a algo importante entre tanta maraña.

Trucos