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Pesadilla en la peluquería: qué hacer si el corte no te gusta
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Pesadilla en la peluquería: qué hacer si el corte no te gusta

Por fin te decides. Después de mucho tiempo estudiando estilos de corte, viendo millones de fotos de famosas, de catálogos, vas y te despides de tu larga melena.

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Por fin has tomado la decisión. Después de mucho tiempo estudiando diferentes estilos de corte, viendo millones de fotos de celebrities, de catálogos, y después de hablar con tu estilista y ver cómo adaptar ese look a tus facciones, le has hecho una fiesta de despedida a tu melena y te has lanzado al bob o incluso al pixie. ¡Bien hecho! Sales de la peluquería contentísima, subes una primera foto del resultado a Instagram y empiezan a llegar los comentarios. Y a partir de ahí empiezan los problemas.

Los "pero¿qué te has hecho?"y "guau, ¡qué radical!"empiezan a repetirse tanto que optas por silenciar las notificaciones. Llegas a casa y tu pareja te suelta el típico "a ti todo te queda bien, pero ¿no va a tardar mucho en crecer otra vez?". Quedas en ir a casa de tu madre y después del "estás guapísima"te suelta el "pero con el pelo tan bonito que tenías... Y ya no te lo puedes recoger". A estas alturas, tu único amigo será tu padre y porque seguro que ni se ha dado cuenta de que te has cortado el pelo. Han conseguido cabrearte, pero también te han quitado la ilusión por tu cambio de look y lo que te parecía tan buena idea ahora ya no lo es tanto. Empiezas a mirar fotos anteriores al cambio... y de repente ya no te gusta lo que te has hecho.

Pues no. La actitud más saludable que puedes tomar en estos momentos es un "que les den"en toda regla. Haters gonna hate, así que no te dejes influenciar por unas opiniones que van desde la más pura envidia (sí, esos 'amigos'de las redes sociales), hasta el egoísmo de tu chico al que le gustan las melenas largas, pasando por una triste mentalidad prehistórica en la que las mujeres tienen que tener el pelo largo para ser guapas y respetables. La próxima vez que te veas en esta situación, saca a pasear el dedo de en medio y piensa que:

• Lo hiciste porque tu nuevo look es lo más. Repasa todas esas fotos que viste y que te sirvieron de inspiración. ¿No está mucho mejor Michelle Williams desde que se cortó el pelo? ¿No le queda fabuloso el pixie a Jennifer Lawrence? ¿No ha ganado personalidad Anne Hathaway? ¿No tenía allure Jean Seberg en esas películas de nouvelle vague? ¿No están todas fabulosas? Pues, querida, tú también lo estás, así que ya se pueden ir acostumbrando.

• Tu pelo medio o corto ofrece muchísimas más posibilidades de los que la gente piensa. Demuéstralo jugando con tu pelo y explorando las posibilidades de tu nuevo corte. Apuesta por un look wet en ocasiones especiales, dispara las puntas de tu bob o crea ondas para el día a día, define con cera los mechones estratégicos de tu pixie, todo hacia delante, hacia atrás, a un lado, al otro... Puedes presumir de un peinado diferente cada día, si te animas a ello.

• Observa bien el peinado de tu hater. Mira bien a esa persona que te está criticando y reflexiona sobre su look, pero en forma de monólogo interior, que tú tienes más clase. Puede que esa persona lleve las mismas mechas fritas desde el instituto, o que no haya cambiado su corte de pelo y peinado desde la Transición. A lo mejor es una de esas melenas tipo Pantoja, muy larga sí, pero sin gracia ninguna. ¡O quizás es un seguidor de Instagram al que ni siquiera conoces! ¿De verdad vas a dejar que el criterio de estas personas se impongan sobre el tuyo? No, así que dale a los selfies y presume, que tienes motivos para hacerlo.

Por fin has tomado la decisión. Después de mucho tiempo estudiando diferentes estilos de corte, viendo millones de fotos de celebrities, de catálogos, y después de hablar con tu estilista y ver cómo adaptar ese look a tus facciones, le has hecho una fiesta de despedida a tu melena y te has lanzado al bob o incluso al pixie. ¡Bien hecho! Sales de la peluquería contentísima, subes una primera foto del resultado a Instagram y empiezan a llegar los comentarios. Y a partir de ahí empiezan los problemas.

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