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Solo para valientes: afeitado femenino, el último grito en exfoliación facial
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Pásate la cuchilla

Solo para valientes: afeitado femenino, el último grito en exfoliación facial

Una cuchilla de afeitar, un poco de espuma, unos cachetes con 'after-shave'... et voilà! Ya tenemos nuestro cutis radiante. Nuestro cutis femenino

Foto: ¿Te imaginas haciendo lo mismo?
¿Te imaginas haciendo lo mismo?

Sí, amigas, estamos hablando de rasurarnos la cara, pero no porque tengamos hirsutismo, no porque nuestros mofletes sean velludos. Se trata de una vieja costumbre oriental que Occidente acaba de importar como tendencia: la del afeitado femenino como método para exfoliar la piel del rostro.

La mera idea nos hace temblar, ¿verdad? Una y mil veces hemos oído lo de que rasurarse -es decir, cortar el pelo 'al ras'- es el mejor camino para que el vello salga recio y fuerte. Así que si nos inquieta el que pasarnos la cuchilla pueda hacer aflorar un bosque frondoso en ingles o axilas, con más razón el pensar en someter nuestras delicadas mejillas a la acción de la 'gillette'. Pues error: el afeitado femenino es una técnica de belleza que se utiliza de forma habitual en Japón y, de hecho, existen 'barberías' especializadas en mujeres. Y de todos es conocida la tez de porcelana de las niponas.

En realidad, la idea es de una enorme sencillez: la cuchilla, al tiempo que elimina el imperceptible vello que surca nuestra piel, arrastra consigo impurezas y pieles muertas, dejando limpio el terreno para que sérums e hidratantes lleven a cabo su labor. El asunto es que mientras en Oriente se asume sin complejos como una técnica de belleza más, en nuestro entorno se contempla como un tabú. "Tú prueba a decirle a un chico que te afeitas. Prueba a decírselo a tu madre", señala la bloguera Silvienka Laka, quien, tras un viaje a Japón, se trajo consigo la idea del 'kao sori' (literalmente, rostro rasurado). Su visión, gamberra y feminista, defiende el "estoy haciendo esto porque me da la gana y no tengo que dar explicaciones a nadie".

¿Y cómo el 'kao sori' se hizo popular? Tirando un poco del hilo, la clave la tenemos en un 'reality'' norteamericano, 'The Real Housewives of New Jersey' -'Amas de casa reales de Nueva Jersey', el mero nombre me hace suspirar-, en el que una de sus 'starlettes', Caroline Manzo, aseguró que se mantenía joven, fresca y lozana debido a que se afeitaba desde hace años. ¡Glups! Supuso una bomba mediática, a raíz de la cual se fue descubriendo que Manzo no era la única, y que más de una mujer era aficionada -en silencio- a pasarse la cuchilla por el rostro. Y se le dio un nombre a la cosa: 'dermaplaning'.

A Europa la tendencia llegó de la mano del 'Daily Mail', que publicó un artículo en el que entrevistaba a distintas mujeres que reconocían afeitarse. Más aún, que confesaban 'hacerlo desde hace años' -como aseguraba la asesora jurídica Ángela Garvin, de 46 años-, aunque nunca hasta ahora se habían animado a decirlo en público. Por aquello del qué dirán, que ya sabemos que constriñe mucho. En este mismo artículo, diversos especialistas en belleza instaban a las chicas a realizarse un 'peeling' tan peculiar.

Pero no todo el mundo coincide. Así, la doctora Virtudes Ruiz Sánchez, presidenta de la Asociación Murciana de Medicina Estética y directora médica de Clínicas Virtudestética en Murcia y Lorca, señala a Vanitatis que "la idea de rasurarse la cara para realizar un efecto 'peeling' me parece un poco primitiva y desproporcionada en los tiempos que corren y con los adelantos que tenemos. Si lo que quieres es un 'peeling', háztelo con un agente químico -un ácido-, físico -dermoabrasión o una crema 'scrub'-, o mediante calor. Pasarse la cuchilla es algo impensable en la actualidad".

La doctora Ruiz, no obstante, sí reconoce que afeitarse no hace que crezca la barba: "Los folículos pilosos no aumentan con el rasurado; si eso fuera así, no habría problemas de calvicie o alopecia: bastaría con pasarse la cuchilla... Tampoco aumenta el grosor del pelo; lo que ocurre es que, cuando el pelo está naciendo, da la sensación de que es más fuerte y punzante; pero es solo eso, una sensación. ¡Puedes afeitarte las veces que quieras que no te va a salir más vello ni más fuerte! ¡Ya nos gustaría que eso fuera así!".

Eso no quiere decir, matiza, que tengamos que dejarnos seducir por la 'tendencia': "De verdad que no tiene nada de beneficioso para una mujer, no le encuentro la ventaja por ningún lado. Por favor, no usemos métodos primitivos, crueles y poco efectivos en estos tiempos en los que la medicina estética ha avanzado y puede solucionar muchas de nuestras preocupaciones".

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Sí, amigas, estamos hablando de rasurarnos la cara, pero no porque tengamos hirsutismo, no porque nuestros mofletes sean velludos. Se trata de una vieja costumbre oriental que Occidente acaba de importar como tendencia: la del afeitado femenino como método para exfoliar la piel del rostro.

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