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Barbastro y su gastronomía, auténtica y rica, también en Pascua
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Barbastro y su gastronomía, auténtica y rica, también en Pascua

La Semana Santa en Barbastro es uno de los momentos más efervescentes y coloridos de su gastronomía. Capital de la comarca del Somontano,

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Al pie de las estribaciones, al sur del Pirineo oscense, y bajo grandes picos de cumbres nevadas que se tornan plateados o dorados según incida el sol, entre viñedos y aires serranos, crecen grandes productos, excelentes materias primas, con los que se elaboran contundentes platos de cuchara, sabrosos guisos y deliciosos postres; que completan grandes comidas.

Recorrer Barbastro, capital de la comarca del Somontano, es pasear desde la emblemática y antigua Plaza de la Candelera, en el corazón del barrio del Entremuro, origen y centro de la ciudad en tiempos; testigo de la unión de la casa real de Aragón y el condado de Barcelona. Es visitar el Museo del Vino, el Pozo de la Barbacana que fue depósito de nieve y llegar al Castillo templario de Monzón.

Barbastro es huerta y es vino de Somontano, son joyas que hacen de esta región una experiencia completa alrededor del gusto y del olfato. Barbastro es un compendio de grandes productos; son sus deliciosos tomates rosa, sus populares y finos bisaltos o tirabeques, es la fresca y no suficientemente bien valorada borraja o, el extraordinario cardo, uno de los platos de verdura más suaves y sustanciosos que se pueden probar.

Al menos una docena de restaurantes se unen durante la Pascua en Barbastro, para ofrecer desde sus extraordinarios potajes a otro de sus platos señeros, el bacalao. Del irresistible pan de sésamo con crema de queso, al salmón y los pimientos rojos, desde los extraordinarios huevos de vigilia o los suaves y deliciosos crepes de setas del Pirineo, a las tapas y dulces típicos, como las torrijas, la leche frita o sus buñuelos.

Una conjunción perfecta de platos que se convierten en escaparate privilegiado de la gastronomía oscense regados con los vinos del Somontano. Platos autóctonos como: los crespillos, que no son más que borraja rebozada y frita, pero que resultan sorprendentemente buenos; la chireta, una tripa de cordero rellena de arroz, jamón, tocino y vísceras; la empanada goguera, un hojaldre relleno de carne de caza o de ave picada; o el suculento y grandioso ternasco. El pastillo es una estupenda empanada dulce que junto con el pastel de Biarritz, un dulce artesanal de almendra; conforman una singular y deliciosa carta de postres.

Sus vinos merecen al menos unas líneas para destacar el papel jugado por algunas bodegas que se han posicionado a unos niveles al menos tan importantes como otras denominaciones de más renombre. La región de Somontano cuenta con más de 15 variedades de uva, locales y foráneas, entre las que destacan la Garnacha blanca, la Cavernet Sauvignon, la Merlot o la Moristel.

Además, en Semana Santa, Barbastro, es conocida por su Festival Gastronómico de Pascua que este año cumple su IV edición, y se convierte en uno de los momentos más efervescentes y coloridos de su gastronomía.

Al pie de las estribaciones, al sur del Pirineo oscense, y bajo grandes picos de cumbres nevadas que se tornan plateados o dorados según incida el sol, entre viñedos y aires serranos, crecen grandes productos, excelentes materias primas, con los que se elaboran contundentes platos de cuchara, sabrosos guisos y deliciosos postres; que completan grandes comidas.

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