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Anya Hindmarch ha ganado casi 20 millones de dólares vendiendo pegatinas
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ya no son cosa de niños

Anya Hindmarch ha ganado casi 20 millones de dólares vendiendo pegatinas

Cara Delevingne tiene su móvil lleno de pegatinas de la firma británica y Karlie Kloss sigue su estela customizando su 'smartphone' con los adhesivos de moda. Así es el negocio de las pegatinas

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Parecía imposible que bolsos de más de 1.300 euros con la cara del tigre de los Frosties triunfaran, pero Anya Hindmarch ha hecho de los suyos un bestseller. No contenta con semejante hito, la diseñadora ha conseguido más de 18 millones de euros en menos de dos temporadas vendiendo (atención: sorpresa mayúscula en 3,2,1...) P-E-G-A-T-I-N-A-S. Pegatinas que fashionistas de todo el mundo ya llevan en sus Birkin de Hermès y que no son las que cubren las carpetas de las niñas. Confeccionadas en cuero, las pegatinas de Hindmarch se venden desde 35 libras y son, según la propia diseñadora, "el nuevo negro". Pero con más adhesivo y más color, claro.

El primer diseño nació cuando el equipo de diseño estaba preparando té (sí: son británicos). Pusieron unrecorte de ojos en la taza y les pareció divertido. Fue entonces cuando Anya Hindmarch desarrolló una colección en colaboración con Charlotte Stockdale inspirada en el mundo pop. La icónica manode Mickey Mouse, letras o placascon mensaje son algunos de los más populares.No se trata de una colección exclusiva de una temporada, sino que cada nueva temporada se van a lanzar diferentes diseños al comprobar cómo las tandas se agotan incesantemente.

En el colegio, la británica aprendió a considerar las pegatinas como el elemento perfecto para personalizar sus carpetas y cuadernos. Se convirtieron en el único modo de hacer moda cuando todas las chicas llevaban uniforme, en ese 'algo' capaz de diferenciar un look del remanso estilístico.Gracias a la tecnología, Anya ha conseguido que una sencilla pegatina se convierta en una pieza de lujo. “Adoro la idea de ver cómo la tecnología se aúna con la artesanía. Estoy obsesionada con etiquetar las cosas. Estaba fantaseando con la idea y pensé que sería divertido utilizar la tecnología para hacer pegatinas. Lo genial de estases que sirven para personalizar productos, bien sea el teléfono, tu taquilla o unas deportivas. Son ideales para hacer a la gente sonreir. Por Dios, ¡todos llevamos el mismo teléfono!", cuenta Anya Hindmarch a Business of Fashion. La diseñadora asegura que las pegatinas se han convertido en la barra de labios de la firma, ese elemento asequible que todos pueden tener para sentirte parte del universo Hindmarch sin desembolsos económicos excesivos.

Anya incluye en su colección estival bolsos en los que las pegatinas forman parte del diseño. Sus cuadernos de cuero con pegatinas que cuestan más de 750 euros, bolsos maxi de más de 3.000 euros y modelos clutch que superan los 2.000 euros saben que luchar contra las pegatinas de la marca, mucho más asequibles, es complicado. Por eso la diseñadora afirma estar centrándose en las pegatinas como en elementos que formarán parte de sus colecciones de ahora en adelante.


Desde que Karlito, un charm de Fendi de 820 euros, tomara las pasarelas, son muchas las firmas que han encontrado en los charms el nuevo monogram. Aunque el elemento de Fendi no sea el mejor ejemplo de una pincelada low cost con la que presumir de bolso de marca, Coach cuenta con su charm robot (60 euros), Marc Jacobs con sus gafas mini para colgar del bolso (20 euros) y Valentino con sus charms de cuero de colores arcoíris y tachuelas (185 euros).

Las marcas han descubierto el potencial comercial de lanzar pequeñas insignias de la firma con las que convertir cualquier bolso o accesorio en un diseño de lujo gracias a una inversión asequible. Tras las fundas de móvil de marca y loscharms, llegan ahora las pegatinas. La moda más pegajosa es ahora la que te hace diferente del resto. Pagar más de 30 euros por una pegatina puede parecerte caro, pero distinguirte del resto no tiene precio.

Parecía imposible que bolsos de más de 1.300 euros con la cara del tigre de los Frosties triunfaran, pero Anya Hindmarch ha hecho de los suyos un bestseller. No contenta con semejante hito, la diseñadora ha conseguido más de 18 millones de euros en menos de dos temporadas vendiendo (atención: sorpresa mayúscula en 3,2,1...) P-E-G-A-T-I-N-A-S. Pegatinas que fashionistas de todo el mundo ya llevan en sus Birkin de Hermès y que no son las que cubren las carpetas de las niñas. Confeccionadas en cuero, las pegatinas de Hindmarch se venden desde 35 libras y son, según la propia diseñadora, "el nuevo negro". Pero con más adhesivo y más color, claro.

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