La Plaza Mayor de Madrid, como un zoco marroquí

Dibujos de henna, cuero trabajado respetando la tradición centenaria, trabajos en vivo de especialidades como la madera o el cobre... No, no estamos en ningún zoco marroquí, sino en la muy castiza Plaza Mayor de Madrid. Tanta profusión de olores y colores no tiene otro responsable que el mercado gastronómico urbano La Plaza, el evento que cada dos meses convoca a gastrónomos y amantes del buen yantar a descubrir nuevas especialidades en algún rincón de la ciudad y que en esta edición, que hace la décima quinta, está especialmente dedicado a Marruecos.

 

Por la plaza soñada en el siglo XVI por Felipe II pasarán hasta el domingo portadores de agua, bordadoras, artesanos de madera, cuero, cobre e hilo, calígrafos o tatuadoras en henna, que mostrarán a los visitantes todas las maravillas de la cultura vecina. ¿Qué tal aprender en vivo a preparar cualquiera de las deliciosas y energéticas recetas de la gastronomía del otro lado del estrecho y luego comprar los productos sin tener que movernos para poder prepararlos en casa? Catorce puestos de frutos secos, dátiles, aceites, dulces, tés o cuscús servirán para abastecernos de los ingredientes necesarios para poner en práctica las recetas de cocina moderna y tradicional que los miembros de la escuela de cocina Alambique enseñarán a lo largo de estos días.

La apasionante cultura musical marroquí también tiene hueco: el grupo de fusión Basidou, el de gnawa Dar Al Jamie, de Tanger; el de Dakka Marrakchya de Marrakech o el de Taktoka Al Jabalia de Tetuán regalarán a nuestros oídos sus tántricas melodías, el modo perfecto para rematar esta experiencia integradora que acerca al público de Madrid productos, experiencias y conocimientos que de otro modo serían difíciles de encontrar por estas calles.

Pero La Plaza no sólo servirá para desbordar nuestros sentidos con la experiencia marroquí: los puestos habituales en otras ediciones también estarán presentes: miel del pirineo, azafrán natural, embutidos de teruel, sidra natural asturiana, productos artesanales vascos, embutidos curados de La Rioja, mermeladas ecológicas, morcilla de Burgos, quesos y dulces portugueses... Dieciocho puestos (incluyendo dos dedicados al vino) abrirán entre las 11 de la mañana y las 10 de la noche. Desde hoy hasta el domingo, disfrutar de esta experiencia es algo casi obligado.