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Bares, clubes y otros locales de moda en los que te puedes encontrar a la fauna del arte
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Bares, clubes y otros locales de moda en los que te puedes encontrar a la fauna del arte

Vamos a hacer el paseíllo triunfal por el gran teatro del arte, dentro y fuera de los pabellones de Ifema donde se cuece la vanguardia. Puedes seguir en la cresta de la ola de Duchamp por estas alturas

Foto: El Otto de Rosauro Varo
El Otto de Rosauro Varo

De camino al inexcusable centro comercial del arte contemporáneo, léase Arco, nos encontramos con Justmad yArt Madrid, ferias preprimaverales de la efervescente capital, y a punto estamos, cual Ulises, de no llegar al destino. Pero como soñamos con ser alumnos aventajados de Marcel Duchamp y los más sagacesSherlock Holmes de cualquier Rothko, vamos a hacer el paseíllo triunfal entero por el gran teatro vanguardista de este mundo, para terminar descansando como guerreros en los garitos por donde se pasea la fauna crápula (o no) del arte, esa otra movida madrileña todavía sin etiquetar. De Tamara Falcó a Óscar Murillo, el enfant terrible que vino de Colombia, pasando por Rosauro Varo, hay cielos enteros derara avisque van de feria.Con la que está cayendo vamos a terminar todos hechos curadores y aun procuradores de la cosa artística. Y estos bares ayudan, y mucho. Nos vamos a rumbear con Murillo, el cotizadísimo artista colombiano, que para algo nuestra Art Basel se nos ha vuelto latina.

Elpijerío patrio con arte. A este local con vocación de palíndromo en plena arteria madrileña (Paseo de la Castellana 8) que respira por el pulmón del barrio de Salamanca no le falta casi de nada para salir triunfante de las noches capitalinas, incluso las más iconoclastas. Su propietario, Rosario Varo, el novio de diseño de Amaia Salamanca (sic), va a Arco no a mirar, como el común de los mortales, sino a comprar (=invertir). En el Otto puedes encontrarte a cualquier estrella del papel cuché mientras con la pericia de un taxidermista desentrañas un healthy snack,esperas la llegada del penúltimo gin-tonic y el rojo vivo de la música, y averiguas qué famosos con inclinación al artehay esta noche en la carta. ¿Vicky Martín Berrocal, Boris Izaguirre, Javier Hidalgo?

Dalí, Buñuel, Ava Gardner… y nosotros. El Cock, ese gallo que ha quebrado nuestras auroras más pintorescas cuando buscábamos la entrada de emergencia del paraíso a ritmo de coctelería ejemplar, viene ahora engalanado artísticamente para la ocasión por 3TTMAN, David Bestué, Lolo y Sosaku, y Luis Úrculo. Digamos convertido en un Absolut Art Bar, con mucho vodka, música, fiestas postferia y esa voluntad de transgresión que aquí se hace mítica y warholiana, ynunca suficiente. Es refugio de galeristas, artistas y otros 'istas'de la comparsa;de todos, los más crápulas (C/ Reina, 16).

De Colombia a París y Tokio con Sarasola. En Chueca, en la plaza Vázquez de Mella (nº 12), dentro del Hotel Room Mate Óscar, no se puede pecar de más modernez, la que ha condenado a estos infiernos gozosos al París Tokyo, consu restaurante y su bar bistró (dos plantas) -de sobravintage e invadido de luz natural-para abrir boca con las últimas golosinas orientales y francesas, junto a la troupe del amo del ilustre y feliz calabozo,Kike Sarasola. ¿La incansable Ana Obregón o Nicolás Vallejo-Nájera? Las mil y una noches en una con sesiones de DJs, ambiente de club y, dicen, “la mejor gente”, ahora venida del imperio del arte. Juega, además, a ser el 'arco'de la gastronomía: malabarismos con sus gyozas y makis, y coctelería de quitarse el sombrero (el de Úrculo, Eduardo, esta vez).

El mundo fabuloso de Silvia Superstar (y su largo etcétera). Todos los jóvenes bandera del antienvejecimiento, imberbes con largas barbas y pitillos que sueñan ser pata elefante se confunden en alguna de las dependencias gamberras de la superstar Silvia, aunque sea de día. No queríamos decirlo, por miedo a pecar de aburrimiento letal, pero ahí va: Alaska, Vaquerizo y viceversa, con toda su cohorte de loles, davidelfines y bibianas. Así que si te dan a elegir entre El Fabuloso (para beber), a la espalda de la Gran Vía (C/ Estrella, 3), Juanita Banana, para tapear y seguir (puerta con puerta), o el Coconut Bar, para postbeber (C/San Roque 14), y la gloria, ni telo pienses. El elástico setenterismo es la última de nuestras trincheras. En las casasde la 'killer baby', los pijos, peces fuera de barrio,hacen un máster en retrokitsch, barroquismo sin culto, yantológicas y libérrimas sesiones de DJs, y no se cambian la chaqueta, sino que se la quitan. Aquí el que menos parece llegado de Arco.

Del palacio al matadero. Para ser reyes a cuerpo de mecenas, que es lo que toca, nos lo han puesto como a Felipe II. Fácil. En el Palacio Cibeles, que fue el gran buzón capitalino y es uno de los mejores locales de ocio donde ir a mirar (no solo el paisaje). Abajo, en la Galería de Cristal, se cueceArt Madrid. Arriba, en el 6º, la cocina de altura deAdolfo Muñoz, epilogada con nocturnidad y cócteles para el personal que no puede ser sinode postín.Y otro tanto pasa enEl Matadero(Plaza de Legazpi, 8), que existió en tiempos por y para el ganado, y ahora por y para la creación artística: exhibe su jugosa programación pro ARCO y un café teatro postindustrial cuajado de cómicos y otras gentes de la farándula. Esla cantina de las Naves del Español, junto al Manzanares. Aún hay un tercer 2x1:el COAM (Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid), que es a la vez sede de la feria de arte emergenteJustmady delrestaurante Bosco de Lobos(C/ Hortaleza, 63), donde son bienvenidos todos los hijos, primos y otras parentelasde la Bauhaus.

De camino al inexcusable centro comercial del arte contemporáneo, léase Arco, nos encontramos con Justmad yArt Madrid, ferias preprimaverales de la efervescente capital, y a punto estamos, cual Ulises, de no llegar al destino. Pero como soñamos con ser alumnos aventajados de Marcel Duchamp y los más sagacesSherlock Holmes de cualquier Rothko, vamos a hacer el paseíllo triunfal entero por el gran teatro vanguardista de este mundo, para terminar descansando como guerreros en los garitos por donde se pasea la fauna crápula (o no) del arte, esa otra movida madrileña todavía sin etiquetar. De Tamara Falcó a Óscar Murillo, el enfant terrible que vino de Colombia, pasando por Rosauro Varo, hay cielos enteros derara avisque van de feria.Con la que está cayendo vamos a terminar todos hechos curadores y aun procuradores de la cosa artística. Y estos bares ayudan, y mucho. Nos vamos a rumbear con Murillo, el cotizadísimo artista colombiano, que para algo nuestra Art Basel se nos ha vuelto latina.

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