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Cinco pastelerías donde probar los mejores dulces de Semana Santa
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De LAS TORRIJAS A LAS MONAS DE PASCUA

Cinco pastelerías donde probar los mejores dulces de Semana Santa

Lo que toca ahora es el 'typical spanish', nuestro dulce más patrio, la torrija. Ese prodigio elemental al que los ingenieros del azúcar han sabido buscar las cosquillas

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Aunque nuestras pastelerías estén rebosantes de cupcakes, éclairs, macarons y otros dulces de diseño, componiendo un festín de postre que ya hubiera querido Babette, lo que toca ahora es el typical spanish, nuestro dulce más patrio, la torrija. Ese prodigio elemental al que los ingenieros del azúcar también le han sabido buscar las cosquillas. Y si la rebanada de pan bañada en leche, pasada por huevo y a la sartén es para la Cuaresma -todo un canto a la contención-, el huevo, la liebre y la mona, cumbres artísticas del chocolate, son para la Pascua, acabada ya la abstinencia. En estos centros de perdición, hay que advertirlo, seremos profusamente tentados. Ypecar, pecaremos.

Nunos Pastelería, en Madrid: parecen patatas fritas, peroson torrijas

Parecía que ya estaba todo dicho sobre la torrija, ese postre con vocación de primer plato, hasta que llegó José Fernández, el maestro pastelero de Nunos (C/ Narváez, 63) y pronunció la última palabra, que será seguramente la penúltima. Su última locura se llama Torrijas que quisieron ser bocadillo. Y no es otra cosa que un juego gastroarquitectónico de trampantojos: son dulces pero parecen salados. El bocadillo de jamón es una torrija rellena de mermelada de tomate y mantequilla especiada; el perrito caliente tiene por dentro crema de chocolate de avellanas, mermelada de frambuesa (como kétchup), crema de curry (como mostaza) y virutas de chocolate con leche (como cebolla frita). Hay, además, otras torrijas disfrazadas de bocata de calamares, cruasán relleno,minihamburguesa, perrito caliente y patatas fritas, estas últimas servidas, por cierto, en cucurucho.

Escribà, en Barcelona: la película ‘Chocolat’ haciéndose realidad

Ya en su presentación, esta santa casa invita al personal a bañarse en chocolate -ahora cuestión de huevos, liebres y monas, como manda la tradición-, y aullar a la luna, y se recuerda que su prócer quería ser torero pero “terminó siendo el Mozart de la pastelería”. Ahora son los herederos del gran maestro chocolatero Antoni Escribà, que revolucionó el mundo de las monas de Pascua, quienes siguen en la arena, con su hijo Christian a la cabeza. Reina la fantasía y todo es muy Ferrán Adrià, para entendernos. Su ruedo está en la antigua Casa Figueras, un sublime edificio modernista Rambla de les Flors, 83), en Gran Vía de las Corts Catalanes, 546 (los orígenes), y desde este mes de marzo en el centro comercial L’Illa Diagonal (Avda Diagonal, 569).

Martina Zuricalday, en Bilbao: un obrador con delicias de edición limitada

De este obrador puede salir cualquier cosa y todas a mayor gloria de nuestras ansias azucaradas. La colección de Pascua que llaman de “edición limitada” es una retahíla de cantos de sirena con nombrescomo piruletas de galleta bretona con forma de huevos, macarons con forma de pollitos, cookies que son conejitos, cupcakes de cuatro sabores especiales para estas fechas, y en este plan, todo muy mono, encolores ‘pastel’ y llamándote a gritos para que caigas en la tentación. Martina Zuricalday tiene cuatro pastelerías en Bilbao (Ercilla 43, Plaza de San José 3, Rodríguez Arias 48, Doctor Areilza 38) y es un referente en cuestión de pasteles y familia (desde 1830).

La Mallorquina, en Madrid: un clásico de las torrijas en la Puerta del Sol

Las joyas de la corona de esta pastelería que está en el kilómetro cero, allí donde el oso y el madroño ven a los turistas en tropel pasar (Calle Mayor 2), son las napolitanas, las trufas y las reinas de nata, pero llegando estas fechas se adueñan del cotarro las torrijas. “Recién hechas todos los días y de manera artesanal, desde la elaboración del pan especial hasta el último toque con azúcar y canela”, rezan, no dicen. La fundó un mallorquín, Juan Ripoll, en 1894. Entonces los camareros llevaban frac y hablaban francés. Eran tiempos de tertulia y ensaimadas acompañadas de chocolate (y San Ginés tan cerca). Francisco Silvela y Raimundo Fernández Villaverde (hoy ilustres dando brillo a nuestro callejero) se tomaban aquí su refrigerio.

Hofmann, en Barcelona: la gallina de los huevos de oro (y de chocolate)

Este es el reino de ‘la maestra dulce’ (añadimos prodigiosa)Mey Hofmann, donde conviven su escuela de hostelería, su restaurante y su tienda de pasteles (C/ Flassaders, 44), a cual mejor y más tentadora. Por esta época del año, estos confines son casi arca de Noé, pues se llenan de gallinas, huevos, vacas, ovejas y otros personajes de zoo, y todos están para comérselos. Hay en sus vitrinas buñuelos de Cuaresma, cocas de llardons, colombas y monas de Pascua.

Aunque nuestras pastelerías estén rebosantes de cupcakes, éclairs, macarons y otros dulces de diseño, componiendo un festín de postre que ya hubiera querido Babette, lo que toca ahora es el typical spanish, nuestro dulce más patrio, la torrija. Ese prodigio elemental al que los ingenieros del azúcar también le han sabido buscar las cosquillas. Y si la rebanada de pan bañada en leche, pasada por huevo y a la sartén es para la Cuaresma -todo un canto a la contención-, el huevo, la liebre y la mona, cumbres artísticas del chocolate, son para la Pascua, acabada ya la abstinencia. En estos centros de perdición, hay que advertirlo, seremos profusamente tentados. Ypecar, pecaremos.

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