Cuatro restaurantes a pie de playa para saborear ya el verano

Nos gustaría tanto pisar la arena que anticipa el mar que hemos hecho una guía gastronómica a nuestra medida. Queremos tener un restaurante en cada puerto, comer pescado fresco a la sombra de un sol de justicia o hacer de nuestras noches preveraniegas un menú largo y ancho. Hemos venido a desembocar aquí.

Barracuda, en Castelldefels

El hermano pequeño de la arrocería barcelonesa Barraca ha bajado hasta la mismísima arena para darnos de comer sus arroces y pescados salvajes sin horarios, y con ánimo campestre y el espíritu ecológico de la Tribu Woki, que quiere“volver a las raíces en un contexto moderno y actual”. Nos apuntamos. Este picnic nos lleva hasta Castelldefels de la mano del chef Xavier Pellicer, que nos acoge en Barracuda, su restaurante playero, en el que no se entra sino que se embarca; así es su decoración, a la que no le falta chic. Por cierto, la barracuda es un pez carnívoro que nada en aguas profundas.

Pídete: arroz (del delta del Ebro) negro con sepia y almejas, arroz a banda con navajas ode verduras ecológicas, fideúas varias, la carne eco de los Pirineos o el pescado de la lonja. De postre, por ejemplo, un cremoso de fruta de la pasión y espuma de yogur. Hay un menú por 29 euros.

Dónde: C/Ribera de Sant Pere, 17. Castelldefels (Barcelona).

La más bonita, en Valencia

Este restaurante anclado en Alboraya no necesita abuela, y la verdad es que no le falta razónpara autopiropearse de esa manera; podría ser La más bonita. Está pintadito de azul, ofrece comida casera, ecológica y de comercio justo, se encuentra en primera línea de playa y en todo el centro de la ciudad, y no podía ser más mediterráneo, como una casa en Formentera. Para comer y cenar, pero también para desayunar, tomar un brunch o un cóctel ymerendar. Tiene tres ambientes: terraza con vistas al mar, salón comedor y patio interior; te sentirás como en casa.

Pídete: la ensalada de higos del jardín, con queso de cabra, jamón crujiente y vinagreta de miel, croquetas, una tabla de ibéricos para compartir, sus cremas veraniegas, y todo tipo de licuados, batidos y tés. Y, por supuesto, tarta de la abuela y pan casero.

Dónde: Paseo Marítimo de la Patacona, 11. Alboraya (Valencia).

La Fontanilla, en Conil de la Frontera

Como tumbado felizmente en la arena está La Fontanillaenel Conil que no se olvida. Con su cocina tradicional, orgullosa de los productos que da el mar, y un escenario de película para ver ponerse el sol con sonrojo y la vida pasar. Su atún de almadraba merece un capítulo aparte: guisote a la Fontanilla, carpaccio, tartar, ventresca, lomo, pimientos rellenos o encebollado.

Pídete: además del atún, chocos de trasmallo en su tinta, carpaccio de gambas con vinagreta de pistachos verdes oensalada de bacalao.

Dónde: Avenida de la Playa, s/n. Conil de la Frontera (Cádiz).

Tira do Playa, en La Coruña

Desde este mirador se ve el Atlántico coruñés, ya en elfinisterre, allá donde se precipitan las nostalgias como si todo el paisaje gallego fuera una acantilado. Hemos venido a dar cuenta de loque nos da el mar de la Costa da Morte en un restaurante que en tiempos estuvo vinculado al Real Club Deportivo de La Coruña y que ha hecho grande, aún más, la parrilla, donde se asan carnes y pescados, que llegan a la mesa abiertos como en las elaboraciones a la espalda, ya desespinados.

Pídete: un asadode lubina, doradaocortes de vacuno. Recomiendan los longueirones de la Costa da Morte. De postre, cañitas fritas con helado de vainilla y gelatina de orujo o filloas rellenas de crema sobre chocolate caliente.