Ordena tu casa y ordena tu vida

El orden exterior puede generar orden interior. Esta teoría está en auge y su gurú es la japonesa Marie Kondo, que con su bestseller internacional La magia del ordenha conseguido que hasta el más desastre se plantee aquello de que cada cosa tiene un lugar y hay un lugar para cada cosa. Kondo publicó su libro con 30 años y ordenó con él tanto su vida como su cuenta bancaria, ya que se hizo mundialmente famosa. Pero antes de ello, la sistemática autora ya llevaba una década de ordenadora profesional de espacios. Una ocupación muy valorada en un país como el suyo donde impera el minimalismo y las viviendas de escuetas dimensiones. Así que plasmó sus mejores recetas en el libro y convenció a sus seguidores de que, más allá de la estética, en una casa bien ordenada también hay ética.

Un espacio agradable hace que tengamos más ganas de estar en él, que lo disfrutemos más, que nos sintamos más relajados. Por otra parte, desprenderse de lo que ya forma parte del pasado nos libera y nos ayuda a caminar más livianos por la vida. El hecho diferencial del método que propone Kondo es la facilidad para llevarlo a cabo. En un plis tienes el piso como una patena y el alma acariciando el nirvana.

• Ordena por categorías y no por espacios

Coge toda la ropa de la casa, por ejemplo, y júntala,y después ya decidirás qué va en cada armario. Haz lo mismo con libros, papeles, cosméticos o lo que sea. Puede que al principio te parezca un caos, pero verás la magnitud de todo lo que guardas y te será más fácil descartar lo que no quieres.

• Empieza por lo fácil

Es la mejor forma de no acabar agobiado. Al ver que ya tienes una parte hecha, que ha quedado la mar de bien y que tampoco ha sido tan difícil, te motivarás para seguir con lo que queda sin demasiados agobios.

• Ni te pases ni te quedes corto

Es importante que cumplas los objetivos que te hayas marcado para ese día. Si quieres poner a punto tal o cual cosas, tienes que empezar y acabar. Pero también es importante que no te pongas metas inalcanzables, pues, como en las dietas, eso puede acabar creando un efecto rebote y después no tendrás ganas de volver a pensar en el orden.

• Quédate solo con lo que te dé alegría

Fíjate bien en cada uno de los objetos y decide qué sensaciones te trasmiten. Quédate únicamente con los que te hagan feliz. No busques ninguna otra utilidad que esa. Nada de “igual más adelante me lo pongo” y “o está nuevo aunque pasado de moda”. ¿Te produce buen rollo? Pues te lo quedas. ¿Qué no? Pues lo das o lo recliclas.

• Despídete de lo que vas a tirar

Este ritual igual te parece muy oriental. Pero puedes darle otro significado. En ocasiones guardamos ropa, libros, fotos o regalos porque nos recuerdan momentos de nuestra vida y nos da pena desprendernos de ellos. La idea es quedarse con la sensación o el momento que vivimos con ese objeto y entender que en una etapa pasada jugó un papel importante, pero ahora ya no. En cierta forma, así también avanzamos sin lastres del pasado.

• Olvídate de los clasificadores

Según Kondo, únicamente ocupan un espacio innecesario en los armarios y requieren un tiempo para mantenerlos ordenados que es totalmente prescindible. Es mejor aprovechar el espacio de los cajones de otras formas.

• Sácale partido al espacio

Kondo en varios tutoriales muestra cómo doblar la ropa, para que ocupe menos espacio y sea más fácilmente identificable. La clave, básicamente, consiste en ponerla en los cajones de forma vertical: tanto ropa interior,como calcetines, como camisetas. Ahorras superficie y encuentras todo a primera vista.