Picsa, la pizzería argentina en Madrid

En estos días en los que se habla de la recién inaugurada barra de Chifa Boteco, Picsa, la representación italiana del grupo Sudestada, está a punto de cumplir un año de su apertura en el castizo barrio de Chamberí.

Las paredes del local están revestidas de asépticos azulejos blancos que contrastan con las grandes lámparas negras, importadas de Alemania, que iluminan la zona de barra. También de importación, las sillas y taburetes de la firma belga New Duivendrecht ponen el toque celeste a este espacio de estilo industrial.

La joya del restaurante es un potente horno de fabricación española, que alimentan con leña de encina, propio de los empleados en panaderías.

Mientras espera una mesa, cosa probable porque no es posible reservar, puede comenzar en la barra con una cerveza La Virgen, de barril y en su versión lager o Jamonera, mientras da cuenta de algunos de sus mezzes o aperitivos. No pueden dejar de probar el Vitel Toné y el escabeche de berenjena, las sardinas Rulli o los zucchinis Alatsis. Si prefiere acompañarlos con vino, en su carta no falta el típico que acompaña a la pizza en Argentina, el moscato.

Pablo Giudice, al frente del negocio, y Mariano Gargiulo, cocinero de Sudestada, dividen la carta de pizzas en Old School o las tradicionales, que incluyen la fugazza con queso, la de morrones y rúcula, la calabresa (chorizo picante, provolone, piparras en vinagre y aceitunas negras) o la de jamón cocido. Y las de la New School, con propuestas más originales e innovadoras como las de papada de cerdo ibérico y alcachofas (tomate, queso Picsa, papada ibérica Carrasco, alcachofa, alcaparras), la de pato e higos (tomate, queso Picsa, raclette, pato confitado, higos secos) o la mexicana, que lleva tomate, queso Oaxaca, pimientos, frijoles, cebolla y chile seco.

Estas 'picsas', tal y como la pronuncian los argentinos y que da nombre a la casa, están hechas al estilo porteño, pero evolucionadas conforme a la experiencia de sus creativos socios. La masa, más gruesa que la italiana, es ligera, esponjosa, crujiente y con una generosa capa de queso compuesta por una mezcla secreta de tres variedades españolas. El toque diferente lo aporta la fainá, que es una masa elaborada con harina de garbanzos que se coloca encima o debajo de la porción de pizza, también al estilo argentino y uruguayo. Todas las pizzas tienen un tamaño único, que cortadas en ocho porciones están pensadas para compartir, ideal entre doso con algún mezze de entrante.

También hay algunas variedades para consumir en porciones. Y hasta servicio a domicilio para poder disfrutar de este completo menú en casa.

Para terminar con una nota dulce, recomiendo el flan casero con dulce de leche, que es una auténtica delicia. Para los cafeteros, que no pasarán por alto la atractiva máquina que luce sobre la barra, el café también tiene toque argentino porque lleva el sello de Santiago Rigoni de Toma Café (Palma, 49).

PICSA. C/ Ponzano, 76 (esquina con María de Guzmán). Madrid. Telf.: 91 534 10 09 www.casapicsa.com