Delirios, una apuesta diferente y ganadora en León
Delirios es la mesa, los platos y su manera de entender los productos, su transformación y el resultado, algo que gusta, con sabor y con un punto sorprendente
Javier Rodríguez es un joven cocinero que se esmeró en aprender parte de lo mucho que demuestra saber, a tenor de lo que refleja su cocina,trabajando a las órdenes de Coque y de Roncero en la Terraza del Casino, entre otros, para apostar finalmente y en plena crisis materializar sus sueños, que años después se ha demostrado como una apuesta rompedora para la ciudad, pero ganadora.
Delirios está situado justo a espaldas de la catedral, gótica, ligera y de vidrieras impactantes a la vista, tal y como se representan los platos en la mesa. Platos pensados, de concepción moderna, bien estructurados y de recetas que permiten mantener la potencia de los sabores, pero aligerados y diseñados para gustar a la vista primero y al paladar después. Propuestas vistosas y coloristas, concebidas en las tres dimensiones, vista, sabor y olor.
Una fachada de ladrillo rojo que se asemeja a una vieja nave industrial del norte de Europa, esconde un pequeño y muy sencillo comedor, libre de artificios y puestas en escena que distraigan del motivo principal, la comida. Delirios es la mesa, los platos y su manera de entender los productos, su transformación y el resultado, algo que gusta, con sabor y con un punto sorprendente.
Deliriospretende ser una realidad cambiante, con una carta que evoluciona y se renueva, su bodega se retoca un par de veces al año, incluso la disposición del comedor, la mantelería, todo pretende sorprender y que nada sea estático. Javier aúna dos personalidades en la cocina:por un lado, una vertiente de cocinero técnico, capaz de experimentar, de investigar y de innovar, ypor otro,su capacidad para arriesgar y crear algo que algunos llaman locura y que otros pensamos que es simplemente ir unos pasos por delante de los demás.
Entre sus platos más destacados: la croqueta de huevo cocido, un trampantojo de huevo frito que en su interior guarda la yema líquida que estalla en la boca. Los guisantes con jamón,pequeñas esferificaciones de guisante y crujiente de jamón ibérico. Entre los principales, destacar las brochetas de rape a la plancha con papada de cerdo blanco y tortilla de patata, sabores que se fusionan y suman intensidades y que se completa con una tortilla de patata líquida. El cochinillo segoviano a baja temperatura durante horas, deshuesado y tostado con naranja en texturas, es uno de sus mejores platos, carne tierna y suave por dentro y curruscante por fuera. Y de postre, un refrescante mojito para comer con cuchara.
Sus dos menús son imbatibles en estructura, planteamiento y precio. El menú gastronómico es muy completo, comienza con un tartar de atún con ensalada de brotes y encurtidos, que aportan frescura, y aguacate y aceitunas fritas, componentes que aportan y dan empuje al sabor. Un buen risotto de verduras, parmesano y hongos. Multiplica la corvina asada con la potencia de la panceta y la frescura de la yema, además de la contundencia contenida de una ligera sopa de ajo. El lechazo asado, como el cochinillo o las costillas, resultan en su punto justo. De postre, unas fresas, espumoso y yemas.
La bodega es joven y fresca, alejada de clasicismos y etiquetas de siempre. Del mismo modo que hacen con la carta, apuestan por bodegas emergentes que hacen bien las cosas y cuyos resultados en la boca son muy correctos.
Javier Rodríguez es un joven cocinero que se esmeró en aprender parte de lo mucho que demuestra saber, a tenor de lo que refleja su cocina,trabajando a las órdenes de Coque y de Roncero en la Terraza del Casino, entre otros, para apostar finalmente y en plena crisis materializar sus sueños, que años después se ha demostrado como una apuesta rompedora para la ciudad, pero ganadora.
- niMÚ Azotea, una cocina con vistas sobre los tejados de León Eli Morales
- Un paseo largo y estrecho por Arbidel Daniel Camiroaga