La rica y desconocida gastronomía de Bruselas que hay que probar

Bruselas además de ser la ciudad europea con más peso institucional por ser la sede central de la Unión Europea, ofrece un amplio abanico gastronómico con guiños internacionales, casi desconocido, pero digno de ser probado si vista la ciudad.

Empezamos nuestro especial recorrido gastronómico por un restaurante nacional, La Marée (Rue de Flandre, 99. https://www.lamaree-sa.com) donde, tal vez, se puedan comer las mejores moules de Bruselas; deliciosos mejillones al vapor bañados con cualquiera de sus diferentes salsas: Deliciosa la de vino blanco, la más clásica; con tomate picante o al estilo marinero. Y como es tradición, siempre acompañando el plato con una gran fuente de patatas fritas. Además, este local ubicado en el corazón de la urbe, concretamente junto a la lonja, es desde hace más de treinta años uno de los clásicos en los que degustar pescado fresco, elaborado sin grandes refinamientos ni ornamentaciones pero fresco y rico. Probar el rape, el rodaballo o la lubina. Como atestiguan los incontables reportajes que cuelgan en sus paredes, su fama la avalan innumerables expertos de todo el mundo, que valoran la calidad de su materia prima y una cocina deliciosamente honesta.

Para una perfecta fusión con su país vecino Francia, nada como una cena en L ´idiot Du Village (Rue Notre Seigneur 19. http://www.lidiotduvillage.be/ ). Una divertida unión culinaria en un pequeño local que sorprende y que a nadie deja indiferente. Su barroca decoración, plagada de antigüedades y mezclas imposibles, ofrece sin embargo un ambiente desenfadado y muy acogedor en el que disfrutar con la propuesta de sus propietarios, Olivier Le Bret y Alain Gascoin, a base de una ecléctica mezcla de platos de las dos culturas con toques contemporáneos y en abundantes proporciones. Imprescindible su langosta con mantequilla y hierbas. Como su capacidad se limita a tan sólo 35 comensales, es necesario reservar con bastante antelación.

Nos vamos a degustar una rica comida proveniente del país del sol naciente en el segundo y recién inagurado (mulitplica su espacio para comensales) local Kamo (Chaussée de Waterloo, 550 - 1050), único restaurante japonés con estrella Michelin en Bruselas que destaca por tener una sobria y depurada decoración y una zona de barra en la que admirar la destreza y el cuidado por el detalle del sushiman. A la hora del almuerzo, es imprescindible el Tekkadon, un delicioso plato de arroz cubierto con varias lonchas de pescado crudo, pepino y huevas de salmón, servido con una salsa de sésamo. Si es para cenar, dispone de tres menús variados: sushi-sashimi; descubrimiento y degustación, el más amplio. Cualquier elección es correcta ya que son perfectos para compartir y descubrir sus especialidades, como el besugo en sashimi (crudo).

Por último, terminamos nuestra ruta haciendo un parada en la cocina de moda del momento a nivel mundial, la peruana. King Kong (Chaussée de Charleroi 227. http://kingkong.me/ ) es un fresco y estiloso restaurante peruano de comida rápida, a base de materia prima de gran calidad y recetas naturales y sencillas. Con una luminosa decoración que evoca la selva con paredes de madera clara de la que cuelgan espejos y frondosas plantas, su gran especialidad son los bocadillos, fríos y calientes, elaborados con un bollo suave y rellenos de carne de cerdo o pollo a la parrilla, aguacate, crudités frescos y otros productos locales. Deliciosas también son sus ensaladas, como la de quinoa, y acompañamientos como las papas fritas de yuca.