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Montes de Galicia, un gallego renovado en Madrid
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Montes de Galicia, un gallego renovado en Madrid

Al cumplir la mayoría de edad, Montes de Galicia se ha renovado por completo. Una nueva sala más atractiva y una cocina más actual siguen ofreciendo la misma buena cocina de siempre

Foto: Montes de Galicia. Solomillo de vaca
Montes de Galicia. Solomillo de vaca

Encontrar el letrero de Montes de Galicia en una calle que abandona la estética noble del distrito de Salamanca de la capital y cruzar el umbral de su puerta, sorprende al que lo conoce desde su apertura en 1997 y al que va por primera vez, porque no es la casa de comidas de barrio que uno espera encontrar. Si en algún momento lo fue, después de una importante reforma se ha convertido en un restaurante moderno donde destaca su cocina expuesta a la vista. La decoración, que combina azulejos con maderas y paredes de ladrillo, logran una atmósfera cálida en los diferentes espacios en que se distribuye el local.

José Espasandín, cocinero desde los trece años y propietario del negocio, también ha cambiado la carta pero sin perder el rumbo que no es otro que el de ofrecer buenas carnes y pescados. Mantiene las clásicas y sencillas recetas de la cocina vasco-gallega a las que añade un toque personal y actual que no merma la esencia de sabores y texturas del buen producto que emplea. A estas incorpora otras recetas como los ceviches, platos que parecen impuestos en el panorama culinario actual.

La zona de barra es amplia y en ella comparten espacio el mundo del vino, que cuenta con una amplia variedad de etiquetas y un albariño de cosecha limitada embotellado especialmente para la casa, y el de la coctelería con el indispensable ‘negroni’ y otras combinaciones de autor tan originales como el de tarta de manzana, que también recomendados en los postres.

Para picar, además de unos buenísimos crujientes de morcilla, ensaladilla rusa, croquetas de bacalao, huevos rotos con jamón y pimientos de padrón, pulpo a feira o la tabla de quesos con algún ‘Cantagrullas’, no falta la buena empanada gallega casera rellena de sardinas. tomate y tomillo. Se puede comenzar con algunos de estos aperitivos en el comedor donde la carta, que es variada, incluye platos tradicionales como el caldo gallego y otros para compartir como los mejillones que llegan a la mesa en la misma bolsa transparente de cocción con su jugo potenciado por un poco de cava y un toque de hierbas; o, el foie de la casa que sellan en plancha para conseguir su textura untuosa y un sabor endulzado con un baño de brandy.

En esta ocasión no probamos los arroces a pesar de que el falso risotto de boletus trufado es una tentación y el caldoso de bogavante uno de los más demandados, hasta para llevar a casa. Del mar, la merluza en salsa verde o en unos jugosos tacos rebozados en tempura de cerveza de trigo; el bacalao en costra de mayonesa de su pil-pil sobre una cama de espinacas con piñones y pasas; y, el salmón en crema de arroz con falso caviar de soja, alga nori frita y huevas de pez volador. Del monte, un salteado de presa Duroc con mojo y piña; y, costillas de cerdo melosas con barbacoa de frambuesa. El resto, ternera gallega en diferentes cortes y maduraciones en seco.

De los postres, recomendable la tarta de queso gallego con confitura casera de fruta de la pasión y mango.

Montes de Galicia. C/ Azcona, 46. Madrid. Teléfono 913552786

Encontrar el letrero de Montes de Galicia en una calle que abandona la estética noble del distrito de Salamanca de la capital y cruzar el umbral de su puerta, sorprende al que lo conoce desde su apertura en 1997 y al que va por primera vez, porque no es la casa de comidas de barrio que uno espera encontrar. Si en algún momento lo fue, después de una importante reforma se ha convertido en un restaurante moderno donde destaca su cocina expuesta a la vista. La decoración, que combina azulejos con maderas y paredes de ladrillo, logran una atmósfera cálida en los diferentes espacios en que se distribuye el local.

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