Lo sabes. Son el comodín perfecto para los largos días de verano. Y, desde hace un par de temporadas, se han convertido en una de esas piezas que puedes llevar a lo largo de todo el año. Sí, sí, también en invierno. Así que conviértelos en un básico de tu armario, porque han pasado de ser una prenda de temporada, de mayo a
octubre, a convertirse en protagonistas los 365 días del año. Estos son algunos trucos para llevarlos con estilo.