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Mabel Lozano: “He vivido el drama de las mujeres esclavas”
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Mabel Lozano: “He vivido el drama de las mujeres esclavas”

A muchos les va a sorprender esta nueva faceta de Mabel Lozano como directora de cine. Hoy estrena Voces, un documental rodado en Rumania y en

Foto: Mabel Lozano: “He vivido el drama de las mujeres esclavas”
Mabel Lozano: “He vivido el drama de las mujeres esclavas”

A muchos les va a sorprender esta nueva faceta de Mabel Lozano como directora de cine. Hoy estrena Voces, un documental rodado en Rumania y en España sobre la explotación sexual femenina y con el que quiere denunciar el horror en el que viven millones de mujeres en todo el mundo. Durante los últimos cuatro años, la presentadora y diseñadora ha convivido con ella a través del proyecto Esperanza. Se ha ganado su confianza y le han abierto su corazón para contar lo que significa vivir sin identidad, sin derechos y amenazadas de muerte.

¿Por qué esta película?

Voces es la forma de que nos concienciemos de lo que esta ocurriendo con mujeres a las que las redes de proxenetas les engañan con un futuro prometedor. Y en realidad es el inició del viaje del horror. Quería contar en primera persona lo que es la esclavitud del siglo XXI. A través de la ONG Esperanza pude ganarme su confianza y que me hicieran participe de sus vivencias.

¿Qué futuro tienen estas mujeres?

Son muy valientes porque han querido que su testimonio sirva para que la gente se entere de que este drama es una realidad aquí y ahora. Son mujeres, muchas de ellas niñas de 15 ó 16 años que viven aterrorizadas por los proxenetas. Les quitan los pasaportes y, por lo tanto, no tienen identidad: les amenazan con matar a los familiares cercanos, padres, hermanos, hijos… Les anulan como personas y no saben a quien dirigirse.

¿Cómo has conseguido que confíen en ti?

Durante cuatro años las he escuchado, he estado con ellas y decidimos que su historia tenía que ser contada. Y por eso me convertí en su altavoz.

¿Te preocupa la crítica?

La verdad, no. Mi único miedo era que no pudiera trasladar la angustia, la pesadilla y el drama en el que viven. Hay que tener en cuenta que incluso cuando ya han conseguido salir de las redes de los proxenetas viven angustiadas porque no pueden contar a nadie su historia.

¿Y que digan que qué haces tu detrás de una cámara?

Me da igual esos comentarios. He tenido la suerte de contar con Jorge Sánchez Gallo y su productora New Atlantis que me ha dado todo el apoyo. Un equipo magnifico de profesionales acostumbrados a realizar documentales de este tipo. Aquí no era cuestión de luces, ni de encuadres sofisticados. Lo importante eran los testimonios de estas mujeres, desgarradas pro la angustia y el miedo.

¿El hecho de ser conocida te ha facilitado las cosas?

Por supuesto. Ha sido difícil al principio, pero ahora he recibido el apoyo de muchísima gente y por supuesto de la prensa. El ser conocida me ha permitido no tener que ir detrás de los medios.

¿Qué te han enseñado estas mujeres?

Que a pesar de sufrir las mayores aberraciones son capaces de salir adelante y dar sus testimonios para ayudar a otras que no pueden hacerlo.

¿Cuál es el mensaje que quieres transmitir?

Que la esclavitud no es algo que pertenezca a tiempos pasados. Existe en pleno siglo XXI. Aunque el documental lo he centrado en Madrid y Rumanía, las redes de trata de blancas funcionan en todas partes.

¿Cómo has vuelto a la vida cotidiana?

Aún no lo he hecho. Me cuesta conciliar el sueño. He vivido sus angustias y su terror. Te aseguro que es muy difícil ver la vida al margen de sus sufrimientos.

A muchos les va a sorprender esta nueva faceta de Mabel Lozano como directora de cine. Hoy estrena Voces, un documental rodado en Rumania y en España sobre la explotación sexual femenina y con el que quiere denunciar el horror en el que viven millones de mujeres en todo el mundo. Durante los últimos cuatro años, la presentadora y diseñadora ha convivido con ella a través del proyecto Esperanza. Se ha ganado su confianza y le han abierto su corazón para contar lo que significa vivir sin identidad, sin derechos y amenazadas de muerte.