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El ‘violento amor’ de famosos y fotógrafos
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El ‘violento amor’ de famosos y fotógrafos

Al ocho veces campeón del mundo del surf y al parecer nuevo novio de la modelo israelí Bar Rafaeli, Kelly Slater, le pudieron los nervios hace

Foto: El ‘violento amor’ de famosos y fotógrafos
El ‘violento amor’ de famosos y fotógrafos

Al ocho veces campeón del mundo del surf y al parecer nuevo novio de la modelo israelí Bar Rafaeli, Kelly Slater, le pudieron los nervios hace unas semanas cuando se enfrentó con los fotógrafos que intentaban tomar las primeras instantáneas de la flamante pareja. Slater, que participó hace años en una temporada de Los vigilantes de la playa, empujó a un paparazzi y agarró por el cuello a otro a la entrada de un hotel en Tel Aviv en el cual se encontraba también la maniquí.

Las culpas, como siempre, se reparten dependiendo de a quién se le pregunte. El surfista asegura –todo un clásico– que fueron los fotógrafos los que empezaron la trifulca forzándole a salir del coche, y que a partir de entonces sólo actuó en respuesta a lo que él consideró una agresión. ¿No tiene esta historia cierta sensación de déjà-vu, de hecho ya ocurrido y contado mil veces?

Puede ser, porque aunque es la primera ocasión en la que Slater salta a la palestra por un asunto así, las peleas entre fotógrafos y famosos cazados en momentos románticos son el pan nuestro de cada día. En sus tiempos felices con Justin Timberlake, Cameron Diaz también tuvo un encontronazo con los fotógrafos que acabó con los paparazzi denunciando a la pareja por agresiones.

El caso de Ramoncín ha pasado a la antología de los rifirrafes con la prensa para desgracia del cantante, que fue condenado a pagar 180.000 euros a un fotógrafo. El rey del pollo frito no soportó hace años la insistencia de un fotógrafo cuando caminaba por el aeropuerto del Prat acompañado de la presentadora Ivonne Reyes y, tras una discusión, propinó un puñetazo al paparazzi Enric Bayón. El resto es historia.

Al cantante le pudieron los nervios y la inexperiencia, ya que no estaba demasiado acostumbrado a tratar con la prensa del cuore, por lo que parece tener justificación... La misma que es difícil de encontrar en alguien tan bregado como Paul McCartney. El bajista de The Beatles ha ocupado muchas más portadas de tabloides en los últimos años que cuando era un melenudo revolucionario en los felices 60, sobre todo por su matrimonio y posterior divorcio de la modelo Heather Mills.

La trifulca que tuvo en Nueva York mientras asistía a un espectáculo del mago David Blaine fue, sin embargo, tiempo antes de su separación. No se puede achacar a esta dramática situación, por tanto, el que Macca se enzarzara una pelea en la que, según su portavoz, “hubo empujones pero no puñetazos”. El fotógrafo contaba entonces (septiembre de 2003) una versión bien distinta de los hechos: según dijo, el séquito del cantante le agarró mientras el intérprete de Live and Let Die le golpeaba.

Harry de Inglaterra, alcohol y hormonas masculinas

Aunque McCartney pertenezca a la nobleza británica, tampoco es que pueda tomar mucho ejemplo acerca de cómo mantener una relación cordial con la prensa de las figuras que se encuentran a la cabeza del estamento. De todos es conocida la afición del príncipe Harry, tercero en la línea de sucesión al trono de su graciosa Majestad, a la farra y el desenfreno. El hijo menor de Diana de Gales, en otra de sus imprevisibles reacciones, se enzarzó en una ocasión en una pelea con un fotógrafo que estaba intentando tomar imágenes de una riña suya con su novia Chelsy Davy.

Las mejores familias de Gran Bretaña han vivido la situación, pero no hace falta ni cruzar el canal de la Mancha ni franquear los Pirineos para descubrir conatos parecidos en alguna de las familias de más rancio abolengo de España. El conde de Salvatierra, Cayetano Martínez de Irujo, no tiene demasiada paciencia con los reporteros gráficos que recurrentemente le siguen adonde quiera que va. Los fotógrafos le preguntan, él no responde, así que los reporteros insisten, por lo que él acaba pidiendo con mayor o menor vehemencia –y rudeza– que le dejen en paz. En alguna ocasión ha agarrado violentamente los objetivos de las cámaras que intentaban retratarle.

Y es que esto de la alergia al fotógrafo no entiende de sexos, edades, clases sociales o profesiones. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, abroncó a unos fotógrafos el pasado verano, durante sus vacaciones en el estado de New Hampshire, por tomarle fotos durante un paseo en barco. Visto cómo ha acabado la historia con su mujer, el líder galo se ponía la venda antes que la herida.

Al ocho veces campeón del mundo del surf y al parecer nuevo novio de la modelo israelí Bar Rafaeli, Kelly Slater, le pudieron los nervios hace unas semanas cuando se enfrentó con los fotógrafos que intentaban tomar las primeras instantáneas de la flamante pareja. Slater, que participó hace años en una temporada de Los vigilantes de la playa, empujó a un paparazzi y agarró por el cuello a otro a la entrada de un hotel en Tel Aviv en el cual se encontraba también la maniquí.