Las VIP nacionales, de los nervios

Durante un tiempo se le conocía como el doctor milagro capaz de renovar facialmente a cualquiera que acudiera a sus consultas por medio mundo. Viajaba de Milán a Roma, pasando por Londres o Madrid. Cualquier ciudad importante tenía su centro donde Chams aterrizaba con sus pócimas como si fuera Panoramix, el druida amigo de Astérix y Obélix. No había mujer VIP en Madrid del tipo Isabel Preysler o similar que no pasaran por su consulta. Al menos así lo contaba el entorno de Chams que, con esa campaña subliminal, veía como engordaban sus cuentas corrientes.

Al principio, los pinchazos milagrosos costaban un congo. Alrededor de tres mil euros cada sesión. Con el tiempo, otros especialistas en dermatología y medicina reparadora ofrecían el tratamiento rejuvenecedores por mucho menos dinero y además informando de los ingredientes que formaban parte del cóctel mágico, que no es otra cosa que una mezcla de dosis homeopáticas de ácido hilaurónico, vitaminas C y E, enzimas, oligoelementos, antioxidantes, elementos absorbibles en varios meses y sin efectos secundarios de vitaminas.

En el caso de Chams, nunca se ha sabido, y de ahí ciertas críticas que durante los últimos años le han acompañado. Igual que las recriminaciones de personajes internacionales, que han confesado públicamente que nunca han visitado la consulta del doctor Chams y han dado el nombre del verdadero artífice de su buen estado facial. Lo que sí es cierto que si la duquesa de Cornualles o Sarah Ferguson no son paciente del médico francés, estaría bien saber quién es el autor o autora de su imagen.

Ahora vuelve la controversia que tiene a Chams como punto de mira. Circula el rumor que alguien muy cercano le ha traicionado y ha contado y revelado ciertos secretos. No se sabe muy bien cuales serían las razones de esta infidelidad que pueden desestabilizar la vida de las chamsadictas.