Una profesional Kate Moss posa por primera vez para ‘Vogue España’

Kate Moss tenía una deuda pendiente con España. La modelo entre las modelos, muy selectiva a la hora de posar en magazines, no había aparecido hasta ahora nunca en la edición en nuestro país de Vogue, aunque sí que es habitual en las páginas de su hermana británica. “Llevábamos algún tiempo detrás de ella”, aseguran desde la revista. El pasado cuatro de marzo por fin lo consiguieron. Moss posa espectacular en el número que conmemora el 20º aniversario de la revista en España. El resultado, en forma de cuatro portadas y gran reportaje interior, llegará a los quioscos en fechas próximas.

Ese día, hace algo más de un mes, Moss se encontró en un estudio a las afueras de Londres con el equipo que se había trasladado ex profeso desde Madrid. Allí también estaba algún que otro viejo conocido suyo como Nick Knight, con el que ya trabajó, por ejemplo, en la portada del número de marzo de la edición inglesa de Vogue. Knight, uno de los fotógrafos británicos más solicitados del momento y autor también de la fotografía de Victoria Beckham que aparece en el número de abril de Vogue UK se ha encargado también de retratar a Kate para la revista española.

Cuando en las revistas deciden realizar una sesión de fotos con alguien relativamente conocido muchas veces se encuentran con problemas. La lista de exigencias de los aspirantes a estrellas suele ser kilométrica, pero en el caso de Kate no sólo no fue así, sino que se comportó como lo que es: una profesional de la moda. Parece como si la profesionalidad fuera inversamente proporcional al grado de celebridad de la persona. “No puso absolutamente ninguna pega a lo que le propusimos”, remarcan desde Vogue.

Kate “es una mujer encantadora, británica, simpatica, educada y por supuesto guapísima”. Tanto es así que casi no hubo ni que utilizar la magia del retoque informático. Fue encender las luces y los ventiladores y todo comenzó a rodar. La ropa había sido llevada desde España y seleccionada por Jonathan Kaye, toda una eminencia en el mundo del estilismo y persona de confianza de Moss. De la peluquería se encargó Sam McKnight y del maquillaje, Val Garland, asesora de maquillaje de Yves Saint Laurent y también gurú de las celebrities en estos asuntos.

Trabajar con una profesional de la moda se nota: “Nada más ponerse la ropa y con el ventilador funcionado y las fotos salían solas”. En el estudio sonaba música y parecía como si las casi dos decenas de personas que allí había hubieran estado trabajando juntas toda la vida. En algún momento hubo catering, y Moss participó del almuerzo como una más del equipo.

Cuando la jornada de trabajo ya casi había terminado la parte española del equipo tuvo que marcharse corriendo al aeropuerto para regresar a Madrid mientras Kate permanecía en el estudio atenta a cada uno de los detalles de la producción que se acababa de realizar. Con tanto buen hacer queda clara una cosa: que si Moss ha conseguido triunfar y mantenerse después de tanto tiempo en el mundo de la moda no ha sido sólo por su cara bonita.