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Flavio Briatore quiere ser como Alejandro Agag
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Flavio Briatore quiere ser como Alejandro Agag

La boda de Briatore, como las de Canaa o la más doméstica de Farruquito, va a durar tres días, del 13 al 15 de junio. Serán

Foto: Flavio Briatore quiere ser como Alejandro Agag
Flavio Briatore quiere ser como Alejandro Agag

La boda de Briatore, como las de Canaa o la más doméstica de Farruquito, va a durar tres días, del 13 al 15 de junio. Serán setenta y dos horas de fiesta con liturgia religiosa incluida, padrinos poderosos como Berlusconi, invitados de lujo con la familia Benneton al completo y con la representación social española a cargo de Alejandro Agag, su mujer Ana, el suegro Jose María y la delegada de medio Ambiente de Madrid Ana Botella. La parte deportiva correrá a cargo de Fernando Alonso con su mujer Raquel del Rosario. Alberto Cortina y la bella Elena, más Ramón Calderón y los Fernández Tapias, Fernando y Nuria, pueden estar, pero también no estar. Ellos y quinientos más.

Como Briatore y su chica, Elisabetta Gregoraci (Eli, para los amigos), tienen ya su villas, apartamentos, mega bungalows, yates y el avión con todo puesto, regalar la porcelanita más cara de Lladró (que cuestan un congo y son la debilidad de Eli) no era de recibo. Por eso, los novios han imitado a Belén Esteban y han enviado a los amigos, junto con la invitación a los fastos nupciales, una cuenta para que ingresen los que consideren oportuno. A diferencia de la televisiva, Flavio y Eli donarán todo lo recaudado a la ONG Mary Poppins para los niños enfermos de cáncer del Policlínico Umberto I.

Para el primer día, los novios han dispuesto una cena cóctel en la Casina Valadier, un palacete reformado por el arquitecto Valadier en 1815 sobre un antiguo caserío que perteneció a los monjes agustinos. En 1922 se renovó totalmente y se abrió como restaurante. En este lugar, que tiene una vista espectacular de Roma, se colocarán miles de velas, jarrones con flores en la gama de blancos y rosas. Según los organizadores, será algo espectacular. A los invitados se les pide que vayan con vestimenta “casual”, es decir, ropita de andar por casa, en plan informal, pero con la firma de las megamarcas (Armani, Valentino, Dior, Missoni,….). Nada de oportunidades de centro comercial.

Al día siguiente, a las doce de la mañana, la ceremonia religiosa en la Iglesia del Santo Espirito in Sassia, oficiada por el cardenal Paul Josep Poupard, ex ministro de cultura de la Iglesia. Los padrinos serán Silvio Berlusconi y su mano derecha, el periodista Emilio Fede, y Daniela Santanché, que en las últimas elecciones se enfrentó con el todopoderoso ex jefe. "Mujeres italianas les pido: no le den el voto a Silvio Berlusconi, porque Silvio nos ve sólo en posición horizontal", dijo entre otras cosas. Para que no hubiera imprevistos, el ensayo general se celebrará días antes. El plan de seguridad para acceder a todos estos lugares es impresionante. Cada invitado recibe un pase especial. Si se olvidan de él, no habrá clemencia. Los mocetones de seguridad de cuatro por cuatro tienen orden de impedir la entrada sea quien sea.

Tras el ‘sí quiero’ que inmortalizarán solo un par de fotógrafos, un brunch en el mismo lugar donde se organiza la cena de gala de los premios Telegatti (los Oscar de la televisión). Por la noche, la cena en el castillo de Tor Crescenza con la pareja ya como marido y mujer. Los invitados, de lujo total. Ellas con todo el joyerío encima y ellos adecuados a sus damas. Al día siguiente mañana de resaca y paseos organizados por la ciudad.

¿Y quién es la joven de 28 años que por fin ha conseguido cambiar el estado civil a Flavio Briatore a sus 58 años? Elisabetta es del sur, de Calabria, mientras que Flavio es de Piamonte. Él la llama cariñosamente “la mia terroncella". ‘Terrone’ es la forma despectiva con la cual los del norte llaman a veces a los del sur. Es algo así como el ‘sudaca’ para referirse a los latinoamericanos. Conoció al millonario en una cena en Milán. Él estaba rodeado "por 20 chicas impresionantes y yo pensé que ni se fijaría en mí”. Y el jefe de Fernando Alonso no sólo se percató de su presencia, sino que la empezó a cortejar con flores, SMS, cenas y… regalitos. El verano pasado, mientras la pareja realizaba un crucero con sus cuarenta mejores amigos (Agag entre ellos), el maduro Flavio le propuso matrimonio la noche de San Lorenzo (10 de agosto) acompañando la petición con un pedrusco tamaño ‘XXXL’, un diamante de seis quilates montado en oro blanco y decorado con 297 esmeraldas.

Dicen los que conocen a Briatore que el apoyo y la dedicación de Eli cuando le diagnosticaron un cáncer fue determinante. Ni tan siquiera Heidi Klum, con quien tuvo una hija, le hizo cambiar de opinión. Con Elisabetta las cosas cambiaron, e incluso quiere seguir la senda de su amigo Alejandro Agag y empezar a encargar niños el mismo día de la noche de bodas ¿O llegarán antes?

La boda de Briatore, como las de Canaa o la más doméstica de Farruquito, va a durar tres días, del 13 al 15 de junio. Serán setenta y dos horas de fiesta con liturgia religiosa incluida, padrinos poderosos como Berlusconi, invitados de lujo con la familia Benneton al completo y con la representación social española a cargo de Alejandro Agag, su mujer Ana, el suegro Jose María y la delegada de medio Ambiente de Madrid Ana Botella. La parte deportiva correrá a cargo de Fernando Alonso con su mujer Raquel del Rosario. Alberto Cortina y la bella Elena, más Ramón Calderón y los Fernández Tapias, Fernando y Nuria, pueden estar, pero también no estar. Ellos y quinientos más.