La crisis económica pasa de Hollywood

¿Quién dijo crisis? La recesión económica afecta, y mucho. Las grandes empresas meten tijera en sus gastos y los de a pie se lo piensan dos veces antes de utilizar sus tarjetas de crédito, pero los famosos siguen derrochando sin control.

¿Para qué desembolsar las compras si puedes contratar a un tipo que lo haga por ti? Los Beckham, por ejemplo, se empeñan en crear empleos inexistentes hasta el momento y han llegado a pagar 1.800 euros por ahorrarse este esfuerzo. ¿Y si necesitas gafas? Peter Fonda prefiere adquirir lentes a prueba de balas.

Para ‘naturalizar’ la casa, uno puede acercarse a una floristería y comprar semillas... o bien llamar a un vivero y hacer un encargo de plantas exóticas por valor de 20.000 dólares. Es lo que hizo Brad Pitt hace un tiempo y parece que no tiene intención de pasar a recoger el pedido.

Comer bien es muy importante. Se puede entender que quienes pueden, no quieran ser como el común de los mortales y arrastrar un carrito de la compra por el supermercado, ¿pero es necesario viajar con un chef exclusivo a todas partes? Ésta es una costumbre de más de uno, de dos y de tres famosos...

Gloria Stefan, a diferencia de sus compatriotas, conoce muy bien lo que es derrochar. Una de sus últimas excentricidades ha sido pagar a cinco empleados de una tienda de Armani para que le lleven los trajes a su casa. Pero si esto cuesta mucho dinero, no es nada comparado con lo que le costó a Jennifer López cerrar un centro comercial para hacer sus comprar en la más absoluta tranquilidad.

Cuando el bolsillo se vacía cada vez más rápido, muchos tendemos a recortar en vicios, antes de nada. Pero cuando la crisis no llama a tu puerta, puedes permitirte gastar 10.000 dólares para ver un show de striptease con todas las butacas del público vacías. Es lo que ha hecho el rapero P. Diddy.

Crisis en vivienda

Tanta boda y divorcio animan en mercado inmobiliario de alto standing. Algunos matrimonios de famosos duran tan poco que lo que se compró como una vivienda para compartir, en menos de un año pasa a venderse para que los miembros de la pareja rota adquieran dos inmuebles igual de lujosos o incluso más.

Un ejemplo es el de Brad Pitt y Jennifer Aniston: cuando salían juntos se compraron una mansión de 930 metros cuadrados en Beverly Hills valorada en 28 millones de dólares y perdieron tres y medio al venderla. Pero esa cantidad no es nada para el actor, a juzgar por el hecho de que, con su nueva pareja, Angelina Jolie, acaba de decidirse por un antigua casa de 35 habitaciones en Francia, por la que ambos han pagado más de 43 millones de euros, que corresponden a un alquiler de tres años.

Le sobraba dinero a Pitt, así que ha decidido hacer un buen regalo de cumpleaños a Jolie. El martes contrató a un chofer y se desplazó en un BMW hasta la feria de Arte Basel de Suiza para gastarse 50.000 dólares en varias piezas de arte: dos sillas de bronce diseñadas por Max Lamb y una lámpara fabricada con hule espuma y fibra de vidrio, entre otros objetos.

Asimismo, hace un par de semanas, la pareja contrató a un amplio equipo de seguridad en Mónaco para evitar fotografías incómodas (algo que, por cierto, no consiguieron) y alquiló un yate privado para descansar la mente en un paseo marítimo, como hicieron también Kate Hudson y el ciclista Lance Armstrong en el mismo escenario.

En el tema inmobiliario, el caso de Cher es el más llamativo: antes de mudarse a una nueva vivienda, compra varias propiedades en el mismo lugar. ¡Cuánto capricho!