Tita Cervera y las cintas de vídeo secretas

A pesar de los rumores que insisten en relacionar a Carmen Cervera con el que fuera su novio Manolo Segura, la realidad nada tiene que ver con ese supuesto reencuentro amoroso. Los que avalan la teoría del "l’amour fou" afirman que existen imágenes captadas por paparazzis donde a los amigos les habrían pillado (literalmente) con el carrito del helado en la cubierta del megayate 'Mata Mua'. Según esa hipótesis, las fotografías las habría retirado del mercado la revista Hola pagando por ellas a dos agencias (hay quien habla de una tercera) a razón de 18.000 euros cada lote.

De ser cierto, este precio estaría muy por debajo del que habitualmente se paga por fotografías comprometidas. Más si cabe, cuando este material, al ser (supuestamente) tan explícito como aseguran los que dicen haberlo visto, podría publicarlo otros medios a los que una historia tan suculenta vendría muy bien. Y no necesariamente tendría que ser una revista de corazón.

Al capítulo de las fotos habría que sumar la existencia de un vídeo con la misma esencia pero en movimiento. Por el momento, de esas grabaciones -en el caso que existan- no se sabe por dónde andan, ni qué programa televisivo estaría dispuesto a pagar una millonada por emitirlas. Siempre, claro está, que la baronesa y el publicista estuvieran como Leonardo DiCaprio y Kate Winslet en el 'Titanic'. Hasta aquí el rumor.

Por su parte, los protagonistas de este cuento de verano niegan la mayor. Tanto Manolo Segura como Carmen Cervera lo han desmentido. Los amigos comunes tampoco dan validez a la historia y afirman que los besos y achuchones se pueden interpretar de muchas maneras dependiendo de la apariencia que cada uno le quiera dar. No hay que olvidar que Carmen estaba acompañada de Borja y Blanca y sus íntimos de siempre. Si tuvieran un romance secreto no lo iban a airear en la cubierta de un yate.

Por otra parte, Paz Pastor, la mujer de Manolo Segura, ha confirmado a Vanitatis.com que no es cierto que esté tramitando la separación, y mucho menos, que ella sea la que ha redactado el documento de divorcio en su calidad de letrada porque "ni soy abogada ni trabajo en un bufete". Concluye que no es un personaje público y, por lo tanto, quiere mantenerse al margen de cualquier comentario o elucubración.