Joaquín Cortés: "En el extranjero me tratan como un mito viviente"

Dice el bailarín Joaquín Cortés de ‘Mi soledad', el montaje que ahora llega a España, que es un espectáculo parco en adornos escénicos y que musicalmente es flamenco fusionado con soul, gospel y ritmos árabes. El vestuario ha sido diseñado por Jean Paul Gaultier, y está inspirado en la tradición cíngara más ancestral, algo con un fuerte simbolismo para el artista, que reivindica sus raíces gitanas. Una gira que Cortés presentó en la discoteca Gabana de Madrid, otrora el tablao Zambra, donde el artista participó hace ahora 20 años en el montaje ‘cinco flamencos’.

¿Cómo surgió la idea de hacer este espectáculo sobre un sentimiento tan íntimo?

La verdad es que, aunque siempre lo digo, todas mis ideas surgen en una cafetería, pido una servilleta y hago un boceto. Además de eso, nace de tus vivencias, de los viajes, de lo que has conocido. La verdad es que me siento un hombre afortunado porque he tenido la suerte de viajar por todo el mundo y además gratis. Gracias al baile he conocido el mundo.

¿Qué tipo de soledad has querido reflejar?

Ahí me has pillado. Creo que más que un tipo de soledad, se trata de mostrar cómo enfrentarse a ella, a los miedos y a las inseguridades.

¿Qué haces en tus momentos solitarios cuando bajas del escenario?

Cuando acaba el espectáculo me relajo, viendo alguna película o reflexionando. No hay una soledad apagada o marchita.

¿Cual es el lado positivo de la soledad?

Es que para mí la soledad es positiva. Es agradable para aprender a descubrirte a ti mismo y para ir limando con el tiempo los defectos y potenciando las virtudes.

¿Qué es peor estar completamente solo o sentirse solo rodeado de personas?

Es igual de malo, creo que se trata más bien de la actitud.

A estas alturas de la película ¿con qué sueña Joaquín Cortés cuando se acuesta?

Lo que he soñado siempre, con volar. Supongo que es un poco complejo de Peter Pan. Me encantaría que los brazos se convirtieran en alas y poder volar.

¿Y ese síndrome de Peter Pan también incluye el miedo a hacerte mayor?

No, porque me estoy haciendo mayor y lo estoy llevando bien. Yo creo que uno tiene que aprender a convivir con su edad. Tienes que adaptarte y no perder tu identidad, tienes que seguir guardando ese niño que llevamos dentro y estar siempre vivo.

Tu interés por la infancia se vio reflejado con tu apoyo a otros en una situación tan complicada como fue la de los padres de la niña Mari Luz…

Por supuesto, y se lo daré a todos los que les pase una desgracia así. No entiendo como puede haber personas que actúen con esa sangre fría.

¿Ese apoyo es parte del lado humano de Joaquín Cortés?

Yo creo que mi lado humano ya está visto. Yo tengo una fundación cultural propia, soy embajador de UNICEF y he sido embajador de la UNESCO con la paz, ahora soy embajador cultural del pueblo romaní en Europa y lo último que hice fueron unos conciertos que sirvieron para recaudar fondos, con ellos construimos un hospital en Haití para 2000 personas. Yo estoy haciendo cosas de estas constantemente, aunque no salgan.

Quizá tampoco es tu faceta menos conocida…

Es que yo tampoco soy el típico que le gusta salir en el papel couché diciendo ‘apoyo a los niños’ o ‘estoy creando hospitales para que curen a los niños’, sino que me dedico a esto y si con ello puedo ayudar a mucha gente en muchos sentidos, pues lo hago.

¿Si no bailases que harías?

Pues ahora ya lo tengo muy difícil, pero de pequeño tenía otras inquietudes, me gustaba la pintura. De hecho mis padres me quisieron meter en la escuela de bellas artes porque dibujaba bastante bien, pero ahora no hago ni la O con un canuto. Ahora me pongo con un pincel y no sé ni dibujar, pero supongo que algo relacionado con la cultura y el arte.

¿Te has planteado por ejemplo escribir?

No. Escribir no, pero sí quizá dirigir algo. Algo biográfico, más a nivel de documental que de película como tal.

¿Qué es lo que más te molesta de lo que se publica sobre ti?

Me molesta cuando se tergiversan los términos y sacan de contexto cosas que has dicho. Eso sí que me da rabia, sobre todo de periodistas que no vienen con buena voluntad y sacan un comentario fuera de contexto y lo convierten en principal.

Quizá también pagan justos por pecadores.

Puede ser, pero yo soy sincero y te digo lo que pienso. Lo que yo recibo fuera de España es diferente. Allí me tratan como un mito viviente. No he muerto y ya me tratan como un icono de la cultura. Y aquí llegas y parece que eres uno más entre mil, pero es que a esos mil no los conocen fuera de España, no saben quienes son. En cambio, yo llego aquí y no puedo ni andar por la calle porque todo el mundo me conoce.

¿Y eso molesta?

Te duele porque es tu país, es tu gente, y a veces parece que prefieren lo de fuera que valorar lo que tienen aquí y que sí que se valora fuera, que hace que tu país se conozca fuera.

Al final el dicho de uno no es profeta en su tierra tiene algo de cierto…

A mí me está pasando, pero si que es verdad que los medios deberíais de tomar otro tipo de medidas depende de con quién estés hablando, sobre todo por la trayectoria y el currículum…

¿Y por qué crees que interesa tu vida?

No lo sé, porque nunca he aireado mi vida. Yo me dedico a bailar, a vivir y a sentir esto, y gracias al baile tengo una calidad de vida muy buena, y quiero seguir conservando mi integridad como persona, mi forma de pensar y de vivir y hay cosas en las que no he querido entrar nunca, y si no lo he hecho hasta ahora, no creo que lo haga ya…

¿Has tenido que renunciar a algo por bailar?

No porque tuve una infancia preciosa, rodeada de familia. Con una vida sacrificada como era la dedicada a la danza, pero a la ver apasionante, que he podido compartir con mi seres queridos.

¿Cuál es el recuerdo más feliz de esa infancia?

Los olores, sin duda los olores. La canela en rama, por parte de mi abuelo que nació en Tetuán, y por parte de mi abuela materna, el del jazmín, como buena andaluza. Y los domingos por la mañana el olor a chocolate que hacía en una olla gigante. Ese olor era increíble, no está pagado con nada, son cosas que no vas a olvidar nunca porque forman parte de ti, de tu esencia.

¿Si tuvieras que elegir un lugar para vivir cual sería?

La luna (se ríe), sería sin duda la luna.

¿Y uno para soñar?

El país de Nunca Jamás. Siempre he querido encontrarlo, supongo que algún día lo haré.