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¿Qué cenan los millonarios?
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¿Qué cenan los millonarios?

Cuando alguien importante da una cena tiene la responsabilidad de agradar a los mejores paladares, que suelen ser muy exigentes. En las reuniones sociales de alto

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¿Qué cenan los millonarios?

Cuando alguien importante da una cena tiene la responsabilidad de agradar a los mejores paladares, que suelen ser muy exigentes. En las reuniones sociales de alto standing el anfitrión no se arriesga y busca lo mejor, que suele ser lo más caro. La cena que Amusátegui ofreció el pasado jueves era de Berasategui: un menú exquisito.

Cuatro fueron los entrantes: gazpacho de melocotón de viña con infusión de berberechos al txakolí –ideal para una noche de verano-, tartaleta de brandada de bacaclao al aceite de oliva – para ir abriendo boca-, cestita cremosa de quesos del país con tocineta ibérica y lascas de jamón y ajo blanco de melón con higos confitados. Una vez alegrados los paladares se pasó al menú, compuesto por tres platos de quitarse el sombrero: milhojas caramelizado de anguila ahumada, foie gras, cebolleta y manzana verde – tan original como exquisito-, lámina de salmón sobre un polvo de avellanas, café y vainilla y taco de ternera de leche a las 36 horas con puré de patata al aceite de oliva y carpaccio de cocido vasco. Los postres no tuvieron parangón: chocolate y vainilla tahití con posos de cacao y una fina crema de mascarpone, infusión de uva tinta con fruta de la pasión y licor de canela con leche de caserío.

Las cenas alrededor de una mesa están muy bien pero no tienen nada que envidiar a las de catering. Un ejemplo es la fiesta que organizó el presidente de Acciona, Juan Ignacio Entrecanales, el pasado 24 de mayo para celebrar el cumpleaños de su mujer Gema Archaga, a la que acudieron invitados tan distinguidos como los Príncipes de Asturias. Allí, decenas de camareros desfilaban con bandejas de auténticas delicias: el servicio comenzó con un chupito de brocheta capresse y siguió con montaditos de jamón ibérico de bellota, mini ravioli de cigala con salsa vizcaína en cucharas chinas, sacos de pimientos del piquillo rellenos de txangurro, terrina de foie gras con melocotón plancha, minihelados de guacamole y wasabi, chupa chups de codorniz, chupito de remolacha y manzana con espuma de mojito, brocheta de pollo yaquitori, tartaré de atún y salmón ahumado al estilo tradicional, tostadita de mousse de queso Idiazabal, membrillo e higo gratinado, pulpo a la gallega, taquitos de solomillo con salsa de frutas, brocheta de pato con reducción de naranja y canela, wonton crujiente relleno de gamba y salsa piri piri, chupito de sandía y langostino, espuma de guisantes y menta con croqueta de jamón y carpaccio de lubina sobre gelatina de caldo corto.

De postre, la originalidad sobre platos: coulant de chocolate, sorbete de pimienta rosa, sashimi de frutas y yakimi daikifu. Si tiene un acto importante a la vista y no tenía ideas sobre qué servir, aquí un adelanto. Las dos opciones, mesa o de pie, son excelentes dependiendo del tipo del evento. En este caso el primero fue más sofisticado, en la mansión del anfitrión, y el segundo más animado, en un discoteca con música en directo. Los invitados a ambos eventos salieron encantados con el menú, digno de ser repetido en cualquier otra ocasión.

Cuando alguien importante da una cena tiene la responsabilidad de agradar a los mejores paladares, que suelen ser muy exigentes. En las reuniones sociales de alto standing el anfitrión no se arriesga y busca lo mejor, que suele ser lo más caro. La cena que Amusátegui ofreció el pasado jueves era de Berasategui: un menú exquisito.