Fiona Swarovski arrasa en la fiesta de Amusátegui

La heredera del imperio del cristal-joya Fiona Swarovski y su marido, el ex ministro de finanzas austriaco Karl Heinz Grasser, fueron unos de los muchos invitados que acudieron a la celebración organizada por el matrimonio Amusátegui (Ver noticia) en su mansión de La Moraleja. Además de volver a reunir a los amigos tras una década de sequía festiva, la convocatoria tuvo este año dos motivos principales. Uno, festejar el cumpleaños de Amalia, la dueña de la casa, y otro, los veinte años de matrimonio de la pareja.

Ahora, sabemos que la invitación traspasó nuestras fronteras. Hubo baile y ahí fue donde Fiona Swarovski y su bello marido dejaron a parte de la concurrencia asombrada y a la otra admirados del amor que se demostraban en público. Bailaron agarrados como si fueran Bisbal y Chenoa cuando concursaban en ‘Operación Triunfo’ y después se besaban como Bardem y ‘Pe’ en la película de Woody Allen.

Se trata de una pareja singular con un amor casi de adolescentes y bromas también de adolescentes, como cuando a la heredera se le escurría su traje palabra de honor y el cañón del colorado (así bautizaron las féminas al ex político) se lo subía entre las risas de los invitados que confirmaron lo encantadores y agradables que resultaron los dos.

En el 2005, la historia de amor de la pareja fue motivo de escándalo. El ministro Grasser era un hombre divorciado a punto de casarse con la joven Natalia cuando apareció en escena Fiona. En uno de los encuentros clandestinos, un estudiante les fotografió y más tarde las imágenes se publicaron en la primera página de los diarios más importantes de Austria. Tres años después se casaban en una ceremonia de cuento de hadas. Ella aportaba tres hijos y un imperio que factura más de 1.800 millones de euros anuales. El renunció a una carrera política por un futuro prometedor en al empresa familiar de su mujer.