El ex biógrafo de la Princesa recupera la memoria

Alfredo Urdaci apareció hace unos días en el programa de Jesús Quintero. En el transcurso de la entrevista, el comunicador le preguntó por todo y de todo, de su paso por Televisión Española como responsable de los informativos, de su salida, de su nueva ocupación como jefe de prensa del Francisco Hernando, del periodismo en general y de sus experiencias profesionales. Preguntas tranquilas que Urdaci contestaba sin mover apenas las manos tal que estuviera a punto de presentar el telediario.

 

Como era de esperar llegó el “momento Letizia”, que realmente es el tema que interesa cuando se entrevista a Urdaci. El ‘Proyecto Pocero’ es secundario. En el momento en que Quintero pronunció la palabra mágica, es decir, “princesa” hubo un cambio de registro. Aparentemente más nervioso, con jugueteo de manos y dedos, pausas largas y sobre explicaciones. Por ejemplo, al preguntarle Quintero si Letizia era ambiciosa, respondió afirmativamente que sí, aunque añadió “pero vamos a hablar bien de la ambición” dando a entender (por si las moscas) que Letizia no era como la protagonista del Diablo viste de Prada.

 

La siguiente cuestión fue directa: “¿Es competitiva? La respuesta fue “sí,” a secas. Pero lo realmente llamativo no fueron estas aclaraciones, sino que por fin Urdaci recuperó la memoria. Cuando Vanitatis.com publicó la noticia (Ver ‘La princesa Letizia no autoriza su biografía’) hubo un revuelo mediático y el periodista negó la mayor. Es decir, que ni había libro, ni nada que se le pareciera. La noche de Los Ratones Coloraos no sólo confirmó que efectivamente tenía ya escritas ochenta páginas, sino que fue más allá. Contó que la gran lección que había aprendido era “a no fiarse de nadie” y “yo intento ser muy amable para que se fíen de mí”.

 

Explicó también que la biografía “era una buena historia, pero me da la sensación de que aún no se puede contar” y aquí iría la parte en la que la princesa no se anduvo con chiquitas y le dijo (tal y como el refirió a muchos colegas) que de biografía nada de nada (Ver ‘El ex biógrafo de Letizia miente’). La conclusión sobre la obra literaria negada hace meses por Urdaci y ahora confirmada fue: “A mí me gustaría contar la verdad de cómo doña Letizia se convirtió en princesa. Cómo una familia real asumió a una mujer que venía de otro mundo y de otro ambiente. Le traspasó su patrimonio institucional, su patrimonio familiar, su cultura, su conocimiento…”.

 

El libro de Urdaci no verá nunca la luz, pero seguramente sí habrá otros periodistas o escritores que lo hagan. Y en alguna de esas obras se transcribirá las opiniones del confesor del Rey, recientemente fallecido y que ahora parte de esas impresiones se han hecho públicas. Algunos de los juicios no tienen desperdicio. “Cuando en noviembre de 2004 se lanza la misiva a los medios de comunicación, Bartolomé telefonea al Rey varias veces, los días 1, 2 y 3 de noviembre. «Me dicen que el Rey está ausente, en una cacería. Y después recibo un fax con las firmas de los dos dándome las gracias por mis llamadas. Se acaba de anunciar el noviazgo entre el Príncipe Felipe y Letizia Ortiz y el monarca no las tiene todas consigo .Hay un genealogista, Javier Cordero, que está rastreando los orígenes de Doña Letizia por la rama del abuelo paterno, el asturiano Luis Ortiz Velasco, por si encuentra alguna veta noble, algún trazo nobiliario en ese costado del árbol genealógico. En todo caso, interesa saber de dónde procede la que puede ser Reina de España”. Con gestos y medias palabras, fraile Bartolomé traslada la impresión de que el Rey, una vez casados el heredero y la periodista, no está muy satisfecho respecto a Doña Letizia, o todavía no ha encajado muy bien esa boda ni el origen y la vida anterior de Letizia”.