Martina Klein y las arenas del desierto

Viajes y viajeros los hay de todos los tipos. Unos prefieren viajar por placer y otros se ven abocados a hacerlo por motivos laborales. Sea cual sea la causa, cada vez nos desplazamos más, por eso. Paris, Londres, Roma o Nueva York son los lugares preferidos por algunos de quienes viajan a menudo, entre ellos, algunos de nuestros rostros conocidos.

La primera edición de los premios Traveler, entregados por la revista homónima que dirige Sandra del Río fue un lugar en el que múltiples viajeros habituales hicieron un alto en el camino tras la llamada de Ana Marchessi, que cumplió con su habitual eficacia en la organización del evento. Allí se dieron cita personajes de la talla de Beatriz de Orleans, Paula Vázquez o Aitana Sánchez Gijón, que no quisieron perderse el evento en los Jardines Cecilio Rodríguez del madrileño parque del Retiro. (Ver álbum)

Premios a gogó para los asistentes, incluido un crucero de doce días por el Mediterráneo, el Adriático y el Egeo. Aunque desde la organización pidieron que el ganador mantuviese el anonimato hubo quien comentaba tras la celebración que el afortunado era uno de los integrantes de la mesa del empresario Kike Sarasola, a decir de murmullo y el movimiento que se montó en la mesa tras sacar el número premiado.

Martina Klein fue una de las invitadas estrella de la noche. Con su habitual simpatía y desparpajo subió al escenario para entregar dos galardones: mejor accesorio femenino y masculino. Y era la persona indicada para entregar un premio relacionado con el sector del viaje, ya que por su profesión ha recorrido medio mundo.

Memorias de África, Europa y, a veces, Asia

Contaba la modelo para Vanitatis que quizá el lugar que más le había impactado, de todos los que había visitado era “el desierto de Namibia”. Ante la sorpresa de Ana García-Siñeriz, con quien charlaba animadamente en los jardines comentaba “es de arena naranja”. “Cuando llegas allí parece que te han cambiado los colores”, afirmaba divertida.

Klein, que vive ahora una etapa familiar, dedicada sobre todo a disfrutar de la infancia de su hijo, contaba que había visitado el desierto de Namibia hace ya unos años con motivo de una sesión fotográfica. Entonces le gustó tanto que lo recuerda con cariño.

Por su parte, la presentadora Ana García-Siñeriz se decantaba por Kenia. Concretamente por la zona de la isla de Lamu. Afirma Siñeriz que “allí he visto a las mujeres más bellas del mundo” y hace una pausa para mirar a Martina Klein y con toda su educación y una sonrisa agregaba entonces un “mejorando lo presente”. Curiosamente en ese lugar de África, de cuyo nombre es complicado acordarse, tienen su villa de vacaciones Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover.

Josemi Rodríguez Siero, se queda con la Ciudad de la luz. Con ese París que le ofrece los almuerzos y el brunch de los mejores hoteles de la ciudad. El interiorista Tomás Alía prefiere quedarse aún más cerca. La zona del Ampurdan, que, según nos contó “he visitado hace muy poquito”. Es uno de los pocos viajes de placer que su trabajo le deja hacer porque, tras recibir un premio por parte de Architectural Digest, toca seguir con la rutina.

Ese premio se lo entregó José Bono, con quien mantiene una estupenda relación. “Nada político”, aclara el decorador, “pero tenemos una relación fantástica”, quizá por cosas de que “la tierra siempre tira” y a ambos Castilla-La Mancha les llama desde siempre. Por eso se mostró encantado de que hubiera sido el Presidente del Congreso el encargado de poner sobre sus manos el galardón.

Otra de las expertas en viajes, Paula Vázquez, se decanta por Asia. En ese continente la presentadora elige Tailandia “por su filosofía de vida y su forma de entender el mundo”, aunque si tuviera que vivir fuera de España lo haría, seguramente en Copenhague porque “están mucho más avanzados que aquí”.

La gallega protagonizó una de las escenas más divertidas de la noche cuando hablaba con la reportera Pilar Rubio y se iban las dos de la sala en la que se celebraba el evento entre comentarios y risas. Precisamente Pilar Rubio es una de las que se decanta por América, comentaba que había disfrutado de su viaje al Cañón del Colorado por las sensaciones que le provocó. “¡Te sientes tan pequeño ante eso!” nos decía, ‘es increíble que la naturaleza haya podido hacerlo’.

“¿Qué tal Torrelodones?”, bromeaba la joven Clara Lago. Ella, chistes a parte, se decanta por Buenos Aires, una gran urbe con alma propia que, dicen, atrapa a quienes alguna vez han pisado sus calles. La actriz, que estrenará dentro de pocos meses El mal ajeno, acudió a la gala para entregar un premio y de paso, disfrutó de la compañía de los asistentes. Entre ellos, el entrenador Pepu Hernández, un hombre agradable y cordial cuya educación contrasta sobremanera con los modales de alguna que otra maniquí que se rió hasta del apuntador junto a sus acompañantes. Les aseguro que a más de uno le dieron ganas de mandarla de viaje, y no precisamente a Torrelodones. Eso queda demasiado cerca.