La novia ‘fantasma’ de Manolo Santana

Dicen los malintencionados que la nueva novia de Manuel Santana, la brasileña Claudia, no cae lo que se dice bien a alguno de los hijos del que fuera uno de los mejores tenistas españoles de todos los tiempos. Su hija mayor, Beatriz Santana, que vive entre A Coruña y Madrid, y que ahora protagoniza en un teatro madrileño la función dramática El enfermo imaginario, no ha tenido ocasión -se rumorea que no ha puesto el menor interés en ello- de encontrarse cara a cara con la nueva pareja de su progenitor.

“No la conozco”, soltó hace unos días cuando le preguntaban por la viuda brasileña casi cincuentona que sustituye en el corazón de Manolo a la que fuera durante muchos años su mujer, la nórdica Otti Glanzelius. Y puso cara de pocos amigos al hablar sobre el tema, limitándose a añadir que “lo que me importa es que veo a mi padre tranquilo, que es lo que necesita ahora mismo”.

Mejor relación parece existir entre el hijo adolescente de Claudia y Manuel Santana. Incluso les han visto jugar juntos al paddle en la localidad marbellí. Claudia y Otti llegaron a entablar en su momento una buena amistad. Parece ser que les presentó hace tiempo en Marbella un amigo común. Exactamente, coincidieron por primera vez en el Marbella Club. Pero, evidentemente, ahora, ni se hablan. 

Beatriz y su padre se ven pocas veces al año, habida cuenta de que el segundo reside en tierras andaluzas, y su hija, como ya hemos dicho, se mueve más por el centro y el norte de la Península. Aún así, la relación es buena. En cuanto a los otros hijos de Santana, Manolo, el varón, también tiene su casa y su trabajo en A Coruña; Borja en Madrid, y la pequeña, Alba se ha afincado con su marido en Holanda.