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Pilar Urbano: “Hay una hernia entre la Casa del Rey y la Casa de la Reina”
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Pilar Urbano: “Hay una hernia entre la Casa del Rey y la Casa de la Reina”

Pilar Urbano vuelve a la escena editorial con una nueva obra: Secretos de mi escritorio, unas páginas que sirven para hacer una suerte de demostratio veritatis

Foto: Pilar Urbano: “Hay una hernia entre la Casa del Rey y la Casa de la Reina”
Pilar Urbano: “Hay una hernia entre la Casa del Rey y la Casa de la Reina”

Pilar Urbano vuelve a la escena editorial con una nueva obra: Secretos de mi escritorio, unas páginas que sirven para hacer una suerte de demostratio veritatis de su último libro, el polémico La reina muy de cerca. Dice que no quiere revuelo, pero estas páginas que llegaron ayer a los puntos de venta, por el momento, ya han conseguido atraer las miradas de sus compañeros de profesión.

Hace un año salía a la venta La reina muy de cerca, una entrevista a la Reina Sofía en la que se reflejaban opiniones de la esposa del Rey Juan Carlos que sentaron como un jarro de agua fría en algunos sectores de la población. En esos apartados se hablaba del matrimonio homosexual, el aborto o la eutanasia y las reacciones tras la publicación no se hicieron esperar.

Entonces, Urbano observó cómo se publicaba un teletipo que aseguraba que las “supuestas afirmaciones de doña Sofía contenidas en la obra de la periodista no corresponden con exactitud a sus palabras y tampoco reflejan su absoluto respeto y neutralidad frente a asuntos objeto de polémica".

Pese a que tras unas semanas las aguas volvieron a su cauce, Urbano decidió preparar Secretos de mi escritorio, que escribió “para decir la última palabra” y por la “defensa gremial”. Asegura que “esto no puede ocurrir más, porque no todo el mundo tiene las condiciones de autodefensa que tengo yo”. Como afirma ella misma, “cincuenta años de presencia en el escenario del periodismo” avalan ese saber capear el temporal.

Defiende la profesión periodística e incluso asegura que “el periodista lo que hace es transmitir una información veraz y eso es un derecho constitucional”, algo que todos los ciudadanos han de respetar.

“El primero que lo tiene que cumplir es Su Majestad el Rey, a quien respeto muchísimo. Es el primer español que tiene que cumplir y hacer cumplir la Constitución”, afirma Urbano. La periodista entiende que “ahí hay una lesión” ya que asegura que “yo tengo un derecho al honor, a la fama, porque yo sí que he estado transmitiendo información veraz” por lo que escribe esto en forma de autodefensa.

“Yo no grabo nada, porque con la reina no se graba. Por lo tanto es una relación de respeto, de confianza mutua”, explica Urbano. Y reitera, como ya avanzara en un extracto del libro en La otra Crónica el pasado fin de semana, “yo recogí en directo y en voz las palabras de la Reina. Sometí a su lectura el texto íntegro y esperé hasta que se me dio luz verde”.

La polémica y el desmentido

Luego vino la polémica con una nota que, Urbano dice, desmonta pieza a pieza en su libro. Cuenta que se encontraba en plena promoción de la obra cuando se enteró de la existencia del teletipo. “Me dicen que había un teletipo de la agencia Efe, y yo pensé que era una broma” comenta la escritora. “Si ocho días antes me lo acababan de confirmar todo y con gran alegría... Entonces llamé inmediatamente”, cuenta.

“Era un desmentido tan tosco en la forma que yo dije 'esto no puede haberlo hecho Zarzuela'. ¡Era tan reiterativo!, había veintiocho repeticiones en once líneas”, asegura. “Un mes después supe por la corresponsal de la agencia Victoria Burnett que ella misma había llamado a Zarzuela y le dijeron que no había comunicado".

Cuenta la autora que “Al leerlo (el comunicado) ya me di cuenta no sólo de la mala traza, sino también de que era una mentira” y añade que “esto es una puñalada de pícaro queriendo salvar algo. ¿Salvar el qué? ¿Las opiniones de la reina -que no son opiniones sino convicciones en ella- sobre los temas que El País había sacado?”.

Según Urbano en las páginas de su libro “la reina hablaba de cuarenta mil cosas más, para mí mucho más importantes” que los que suscitaron la polémica. Dice la autora que doña Sofía “opina y con esas frases, estaba poniendo en cuestión ni más ni menos que toda la oferta social del Gobierno”. Sin embargo afirma que cree que contestó a esa pregunta y no a otras porque para ella, al contrario que las que rechazó, “estos temas no eran de política sino de moral y sociología”.

Cuenta que en plena tempestad “las lesbianas, los gays y los republicanos pedían a la reina que rectificase o abdicase” y, dada su situación, afirma que “como la reina no puede abdicar porque no tiene corona y a mí no me podían decir que no había hecho el libro porque estaba todo autorizado” decidieron “hacer una cosa ambigua con el ‘puede haber algunas imprecisiones… la reina lamenta que sus palabras hayan sido malinterpretadas…”, sentencia.

Dice que el libro es “entre la Reina y yo. Sin la Reina no habría libro”. Pero mantiene que todo pasó por el ojo de la Casa Real, puesto que su libro “hasta que no lo autorizó, no salió”, algo que no sucede con Secretos de mi escritorio. Sin embargo asegura que “hay una hernia entre la casa del rey y la casa de la reina”, y continúa: “Hay una disonancia, o al menos lo ha habido en algún momento determinado y a lo mejor ahora están bien pero en un momento yo vi que había dos almas en la Zarzuela”.

Esas dos almas eran “una diplomática, civil, que podríamos personificarla en Alberto Aza (jefe de la casa del Rey)" y otra con un carácter “más militar, incluso más controladora, que podríamos personificarla en el General Cabrera”. Urbano puntualiza “no es que todos sean militares, porque tiene una pléyade de secretarias que son todas civiles, pero yo vi como dos almas, dos sensibilidades”. Unas sensibilidades que espera no despertar con esta obra que contiene, dice, “la versión de lo que creo. Lo otro es la versión de lo que no ocurrió”.

Pilar Urbano vuelve a la escena editorial con una nueva obra: Secretos de mi escritorio, unas páginas que sirven para hacer una suerte de demostratio veritatis de su último libro, el polémico La reina muy de cerca. Dice que no quiere revuelo, pero estas páginas que llegaron ayer a los puntos de venta, por el momento, ya han conseguido atraer las miradas de sus compañeros de profesión.