Es noticia
Menú
Artistas a domicilio en las mansiones más lujosas
  1. Noticias
NOTICIAS

Artistas a domicilio en las mansiones más lujosas

Los conciertos ya no son lo que eran. Ya no se llevan las colas interminables, ni las noches veladas a la intemperie, ni los gritos. Ahora

Foto: Artistas a domicilio en las mansiones más lujosas
Artistas a domicilio en las mansiones más lujosas

Los conciertos ya no son lo que eran. Ya no se llevan las colas interminables, ni las noches veladas a la intemperie, ni los gritos. Ahora lo más de lo más son los conciertos privados. Una buena suma de dinero hace el resto. Y, a pesar de que hipnotizan a las masas con sus gargaritos, hay muchos artistas que prefieren la intimidad y la exclusividad de los recitales con servicio a domicilio. Como Julio Iglesias.

Miembros de la Casa Real saudí, nobles alemanes y destacados empresarios, como Juan José Hidalgo, bailaron al ritmo de sus heys en el concierto privado que ofreció en 2008 en un hotel de Estepona por 1.600 euros. El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, pagó mucho más por ver muy de cerca a la tonadillera por antonomasia, Isabel Pantoja. “Feliz y emocionada”, dijo sentirse la mamá de Kiko Rivera, después de cantarle ‘al oído’ al político ruso.

De cuestiones de empatía sabe la bailaora de la compañía de Rafael Amargo, María La Coneja. Durante la visita a España de Muamar Al Gadafi, la artista actuó para el mandatario libio en el Palacio de El Pardo y provocó que éste se arrancase a tocar las palmas. Hannibal Gadafi, su hijo, también suele pagar cantidades millonarias por ver a artistas de primera línea en su propia casa. La cantante Beyoncé ha sido la última en sucumbir a los designios del hijo del dictador libio.

1.350.000 euros  millones de euros fueron suficientes para que la artista americana, una de las favoritas del matrimonio Obama, que cuenta con ella para todas las grandes celebraciones, fuese la protagonista indiscutible de la fiesta de Año Nuevo. La actuación no ha estado exenta de polémica y ya han corrido ríos de tinta. El hijo del político libio no le quitaba los ojos de encima a la intérprete de Single Ladies. Pero, echando mano de la hemeroteca, se descubre fácilmente que es una práctica habitual entre las estrellas del mundo de la canción.

Leona Lewis, que se ha visto envuelta en una persecución policial recientemente, aceptó un sorprendente contrato: debía cantar en una suite de un hotel para un multimillonario que la quería como regalo de cumpleaños y no dudó en aceptar la invitación, previo pago de 100.000 euros. Y como este millonario rumano, Roman Abramovich, propietario del equipo de futbol Chelsea, también se las gasta para sorprender a sus parejas.

La decadente Amy Winehouse cantó para el millonario petrolero y su novia, la modelo Daria Shukova, a quien ya regaló 40 hectáreas de parcela en la mismísima Luna. El dinero no parece importarles ya que durante estas fechas navideñas se han gastado más de 3 millones de dólares en diferentes fiestas en su mega-yate. Beyoncé, Gwen Stefani y Prince pusieron la música a los 250 invitados, que no quisieron perderse la oportunidad.

Frente al aforo de Ibramovich, los hijos del millonario azerbayano Telman Ismailov le regalaron un recital exclusivo de la cantante y actriz Jennifer López para un reducido grupo. Pero, al igual que la puertorriqueña, Shakira, Rihanna o incluso actores de la talla de Bruce Willis, Sharon Stone, Richard Gere o Mónica Bellucci son habitualmente tratados como reclamo para las convocatorias sociales. Previo paso por caja, todo el mundo puede figurar.


 

Los conciertos ya no son lo que eran. Ya no se llevan las colas interminables, ni las noches veladas a la intemperie, ni los gritos. Ahora lo más de lo más son los conciertos privados. Una buena suma de dinero hace el resto. Y, a pesar de que hipnotizan a las masas con sus gargaritos, hay muchos artistas que prefieren la intimidad y la exclusividad de los recitales con servicio a domicilio. Como Julio Iglesias.