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El príncipe Felipe, a Londres sin Letizia
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El príncipe Felipe, a Londres sin Letizia

Poco o nada se sabe de los viajes privados que realizan los miembros de la Familia Real. Especial recelo existe con los desplazamientos no institucionales de los príncipes

Foto: El príncipe Felipe, a Londres sin Letizia
El príncipe Felipe, a Londres sin Letizia

Poco o nada se sabe de los viajes privados que realizan los miembros de la Familia Real. Especial recelo existe con los desplazamientos no institucionales de los príncipes y de las infantas Leonor y Sofía, que aparecen en escena en contadas ocasiones. Pero, de vez en cuando, se dejan ver fuera de los actos públicos, ante la sorpresa de los viandantes y viajeros que se encuentran con la estampa familiar principesca.

Así sucedió durante la pasada Navidad. Si,tras la Nochebuena en Zarzuela, las infantas Elena y Cristina pasaban unos días en Baqueira practicando el esquí, uno de sus deportes preferidos, los príncipes de Asturias habían desaparecido del mapa, o al menos se mantenían alejados de los ojos de la prensa. Nadie sabía donde estaban, una táctica que parece que se se está tornando habitual entre más de un rostro conocido.

Según ha podido saber Vanitatis, el príncipe pasó con sus hijas los primeros días de 2010 fuera de España. Era la mañana del día 4 de enero cuando el futuro rey y sus hijas volaban desde el aeropuerto londinense de Gatwick rumbo a Barajas. Aunque gran parte del pasaje no pudo ver a don Felipe y a las infantitas durante el vuelo, ya que iban alojados en la parte delantera del avión de Air Europa. Algunos de los afortunados que tenían su asiento al lado de la ventanilla pudieron ver al heredero descender las escaleras del avión hacia los coches oficiales que esperaban en plena pista de aterrizaje.

Según comentan los testigos, en la comitiva, formada por don Felipe, las niñas una mujer y un hombre, se echó en falta la presencia de Letizia, aunque el príncipe estuvo en todo momento muy pendiente de las niñas, a las que mantuvo entretenidas durante el vuelo. Sorprendía también que el heredero viajara junto a su heredera, ya que en la mayoría de las ocasiones quienes están en puesto de acceso directo al trono realizan sus desplazamientos en distintos medios de transporte.

La presencia principesca alentó la curiosidad de los más monárquicos, que seguramente recordarán el encuentro visual con el hijo del rey Juan Carlos en tertulias y cenas. Incluso las azafatas de la compañía aérea se mostraban alteradas por tan ilustres pasajeros, máxime teniendo en cuenta que no todo el mundo tiene la posibilidad de atenderles durante las cerca de dos horas y media que dura el trayecto entre los dos aeropuertos en condiciones normales.

La suerte, o un pronóstico meteorológico hizo que el grupo tomara el avión a buena hora, ya que esa misma tarde el aeropuerto de Gatwick tuvo que ser cerrado por culpa de la nevada que cayó sobre la ciudad del Támesis. Si no, no hubiesen llegado a tiempo para asistir a la cabalgata de Reyes de Pozuelo de Alarcón, donde, de nuevo, volvieron a camuflarse entre el pueblo llano que disfrutaba con sus hijos de tan señalada fecha.

 

Poco o nada se sabe de los viajes privados que realizan los miembros de la Familia Real. Especial recelo existe con los desplazamientos no institucionales de los príncipes y de las infantas Leonor y Sofía, que aparecen en escena en contadas ocasiones. Pero, de vez en cuando, se dejan ver fuera de los actos públicos, ante la sorpresa de los viandantes y viajeros que se encuentran con la estampa familiar principesca.